Cómo formar tu mesa de juego de rol

[Nota del editor]  En esta ocasión en Nación Rolera nos complace recibir la visita de Carlos Medela, quien tras muchos años de experiencia dirigiendo partidas de rol, se ha animado a compartir con todos nosotros uno poco de su sabiduría y en una serie de artículos nos señalará consejos o recomendaciones para hacer más cómoda -o guiarnos por el buen camino- la tarea o el arte de dirigir la trama en un juego de rol. En esta primera parte nos aconseja sobre qué debemos plantearnos a la hora de buscar los jugadores que van a participar en la partida, los cuales deberán reunirse alrededor de la mesa semana a semana para jugar la campaña que como Máster vas a dirigir. Agradecer a Carlos Medela su confianza y deseamos que a nuestros lectores les sirva de referencia todo lo que nos explica.

 

Cuando decidí aprovechar la oportunidad lanzada por los editores de Nación Rolera y aportar mi granito de arena a este blog, me encontré con un viejo conocido: la página en blanco que te mira en silencio. Tenía claro que quería formar parte de esto, pero no estaba seguro de saber cómo hacerlo. ¿Tendré algo que decir que pueda interesar a alguien? ¿Por qué voy a ser yo quien lo diga y no otros? ¿Qué voy a decir que sea tan especial?

Al final, algo resonó en mi cabeza y es que las dudas que me asaltaban eran muy similares a las que sentí la primera vez que me senté a dirigir una partida de rol para mis amigos. Me lancé a la piscina con muy pocas tablas, habiendo jugado apenas un par de sesiones de otro sistema y me atreví con una partida de La llamada de Cthulhu en una Nochevieja en medio del monte.

Partida de La llamada de Cthulhu de noche en medio del monte… ¿qué más se puede pedir?

 

Fue una locura, una experiencia maravillosa que me hizo decidir que a partir de entonces quería convertir el rol en un hobby constante en mi vida.

Desde entonces he jugado poco y dirigido mucho, decenas de sistemas diferentes, para jugadores de todos los tipos, algunos veteranos, pero, sobre todo, muchos novatos a los que he intentado introducir en esta afición lo mejor que he sabido. De cada vez que me he sentado detrás de una pantalla he aprendido algo y cada vez salgo con más dudas de cómo hacerlo mejor. Y eso es lo que pretendo aportar: una pequeña guía de tropiezos y lecciones; sacar a la luz las dificultades que me he encontrado aprendiendo a dirigir cada día (que espero que otros también hayan tenido) y las soluciones que yo, sin saber más que nadie, he ido utilizando. Y espero que esto sirva a otros igual que las lecciones que yo leí en muchos libros y blogs (como este mismo) me ayudaron a mí en su momento. Sin más preámbulos, vamos a ello.

 

Dime con quién vas y te diré quién eres

Recientemente, comencé con un grupo de amigos una campaña de D&D. Como casi siempre he dirigido para jugadores nuevos, mi experiencia es sobre todo con one-shots y partidas de una o dos sesiones como mucho, en las que gran parte del tiempo se lo comía la explicación del sistema y el arrancar a jugar, una parte complicada.

Escena habitual en one-shots de D&D

No era ésta la primera campaña que dirigía, pero en el pasado todas habían terminado sin pena ni gloria, simplemente decayendo el interés de todos por ella, por diferentes motivos clásicos: Falta de compromiso (de jugadores o mío), de tiempo, de ganas, de ideas. Por tanto, esta vez comencé esta campaña con dos propósitos sólidos en mi mente:

Quería hacer una campaña de espada y brujería bastante clásica, pero sin resultar superficial. Contar las historias que a mí me gustan, pensadas por mí. Quería poder entrar en detalle, resolver tramas profundas y plantear dilemas que en un one-shot no consigues desarrollar al mismo nivel. Buscaba que los jugadores se quedasen boquiabiertos, se mordiesen el labio sin saber qué iba a ocurrir o qué camino seguir. De cómo me planteé conseguir esto hablaremos en otra ocasión.

No hay nada más divertido para el DM que los jugadores elijan el camino… equivocado

 

El segundo objetivo, en el que me centraré hoy, era conseguir que mi partida fuese un evento social. Que todos los integrantes la sintiesen como suya, les interesase, tuviesen ganas de la siguiente sesión y que ese interés continuo hiciese de motor para continuar jugando a lo largo del tiempo.

 

La partida es un evento social, y el objetivo del director de juego es que todos los integrantes la sientan como suya, que tengan ganas de la siguiente sesión y que ese interés continuo sea el motor para continuar jugando a lo largo de semanas y meses.

 

Para conseguir esta sensación, lo primero que tuve que hacer es elegir muy bien con quién quería jugar. Me encanta dirigir, y lo he hecho para muchísima gente diferente, y siempre que alguien me ha dicho de probar me he ofrecido a llevar una sesión para presentarle este hobby. Creo que una parte importante de disfrutar de algo es compartirlo, así otros podrán apreciarlo como tú. Sin embargo, para esta campaña buscaba algo diferente. Quería reunir un grupo de amigos en los que confiase para poder sentirme cómodo en la mesa y explayarme a gusto, y que conectasen entre ellos para tener buen rollo y complicidad a la hora de rolear. Gente dispuesta a dejar que otros tuviesen el foco de atención en los momentos apropiados.

Y si las sorpresas son habituales, los jugadores deben estar coordinados,
pues serán el foco de atención muy a menudo…

 

Muchos buenos amigos mostraron interés en jugar en esta mesa cuando comencé a prepararla, pero las plazas son limitadas. Roleros maravillosos con los que me muero de ganas de jugar tuvieron que quedarse fuera. No por ello dejarán de ser grandes amigos míos, pero cuando en una mesa hay un máximo de 5 huecos (rolear con más gente es imposible, ya lo he probado, chicos) y necesitas generar un clima concreto, hay que elegir. Así que ese sería mi primer consejo: plantearos qué buscáis crear, cuál es vuestro objetivo, y en base a eso elegid con quién podéis conseguirlo. Rolear es algo muy íntimo en cierta forma, donde creas algo con ayuda de otras personas y lo pones en sus manos para que lo manipulen con libertad. Necesitas poder confiar en tus compañeros de mesa para ello. Yo terminé con un grupo muy diverso, con una veterana, dos personas con algo de experiencia, y dos novatos, y no puedo estar más contento. Nuestras dos primeras sesiones fueron algo lentas hasta que se conocieron del todo y comenzaron a entenderse, pero a partir de la tercera funcionaron como un reloj suizo.

 

Y no hay nada mejor que celebrar la victoria con tus amigos en la taberna tras cumplir el objetivo de la campaña

 

Y esta es mi primera aportación a este querido blog, espero que pueda resultarle de interés a alguien. Me encantará recibir cualquier duda, sugerencia o aportación por aquí o en redes, el feedback siempre es bienvenido. ¡Nos vemos muy pronto!

 

 

Carlos Medela es un psicólogo valenciano con cinco añitos de experiencia jugando a rol. Apasionado desde siempre de la literatura fantástica, encontró en esta afición un hogar acogedor donde quedarse y le abre las puertas a todo el que quiera pasar.


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