Capitulo I: Introduccion

Hace 11 años, un grupo de brujos conjuradores se reunieron en Eldiah con la intención de devolver al mundo a uno de los dioses olvidados. En el momento culmen del ritual alguien robó un talismán que era una pieza clave en el mismo. Ahora hay alguien interesado en recuperar la reliquia y sus intenciones no son nada buenas. ¿Podrá impedirse la catástrofe evitando que uno de los dioses antiguos vuelva a caminar por el mundo?
Director: ArmaGGon.
Jugadores: Falath, Lugom, Isildur, Mickey_malote, Heimdarll.
Jugadores Reserva: Se aceptan.
Plazas libres: --
Periodicidad de los turnos: Semanal.

Moderador: ArmaGGon

ArmaGGon
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Capitulo I: Introduccion

Mensaje por ArmaGGon »

-¿A que has venido aquí, traidor?
-Ya sabes a por lo que vengo. Y si sabes lo que te conviene me lo vas a dar, no querrás verme enfadado, maldito viejo.

Golpeó una cercana mesa de café destrozándola en el acto. Un pequeño aviso para el anciano, si sabia lo que le convenía.

-Sabes? que no me impresionan? tus exhibiciones. No me subestimes.
-Ya, ya, ya, seguro que tenéis sorprendentes defensas en las grandes bibliotecas con las que defenderos de intrusos como yo. Pero esta es demasiado pequeña, seguro que nadie la usaría para guardar nada valioso, ¿me equivoco?
-?.

Fue acercándose lentamente hacia el paralizado anciano.

-¿Dónde está?
-Yo?no lo?sé.
-No me mientas.

Sus caras se apartaban apenas un palmo.

-Dímelo.
-??

Una explosión de luz. Un grito.

__________________________

Saint Pierre

Atardece en la villa de Saint Pierre. Algunos bohemios dicen que es un atardecer de los más bellos de toda Gaia. El sol se pone en el horizonte, iluminando la Île des Mouettes y resaltando la enorme cantidad de cuevas que posee como si fuera un enorme esqueleto de algún ser de la antigüedad, como si guardara secretos para invitar a todos los incautos que desean buscar algo de aliciente para sus vidas a que vayan y descubran su interior por ellos mismos. En tanto suena el viento en los acantilados, y las olas llenan de espuma las orillas, y cientos de gaviotas surcan el cielo de regreso a sus lugares de cría, el cielo va cogiendo tonalidades rojizas, algo rosáceas, hasta que el sol termina de esconderse, dando paso a una noche sin nubes, cuajada de estrellas. Saint Pierre no es un mal sitio para vivir. Por lo menos en lo que anocheceres respecta.

El resto del pueblo también es un buen sitio donde vivir. Cualquier noble que quisiera alejarse del bullicio de las grandes ciudades pero sin renunciar a las comodidades que estas ofrecen. No existe un barrio marginal propiamente dicho. La barriada alta es el lugar donde residen los nobles, es una zona aparte de la ciudad que ocupa las colinas que la rodean. Ahí tienen los nobles sus lugares de descanso.

El resto de la ciudad es un conglomerado de casas con el estilo típico gabrielense, poco recargadas pero elegantes, para agradar a la vista y hacerlas practicas para vivir. Aquí viven todo tipo de gentes, y como actualmente se encuentra en un proceso de expansión hay mucho que hacer y casi no hay gente que no tenga trabajo, y por lo tanto todo el mundo puede disfrutar de las pequeñas necesidades de la vida. Repartidos por toda la ciudad se encuentran diferentes locales y gremios, zapateros, tejedores, alfareros, joyeros, constructores, tabernas, dos mercados y otros tantos establos.

En el puerto, terminan las faenas diarias. Las gabarras y algunos cargueros mas grandes descargan sus mercancías, mientras que los pescadores recogen sus redes, terminan de repartir las capturas del día, y van despidiéndose de sus compañeros.

Armand Facet, un veterano pescador, está dentro de su pesquero, terminando de cerrar la bodega.

-¡Hey, Armand! ¿Has acabado?
-Hola Julian. Estoy cerrando.
-Estupendo, he quedado en encontrarme con Phillipe en el muelle principal para cenar y echar un trago en el Lobo.
-¿Comer en el Lobo?
-Si, hoy ha sido un buen día. Además, tampoco es tan caro como te pueda parecer. Lo que pasa es que eres muy agarrado.
-A mi no me ha ido muy bien.

Ambos echan a andar hacia la entrada de los muelles.

-Venga, venga, no celebraré un buen día sin mi mejor amigo. Yo te invito, ya me lo devolverás en mi cumpleaños o cuando sea.
-?bueno, de acuerdo
-A ver que ha preparado esta noche Marie.
-¡Hola muchachos!
-¿Qué tal, Phillip?
-Bien, bien, podría haber sido mejor, pero no se ha dado mal el día.!
__________________________

La Posada del Lobo Rampante no era la mejor taberna del pueblo, pero tenia una merecida fama, ya que su cocinera Marie, era la mejor de todo St. Pierre. Su cocina era un aliciente a la hora de ir a cenar y dormir allí, y como no queda muy lejos del centro pues casi todo el mundo puede acercarse y es un buen lugar para los viajeros de paso. Asi que casi siempre tiene gente disfrutando de una buena cena a un precio bastante justo. Y su cerveza tampoco es mala.

Construida sobre unas ruinas de la antigua ciudad (como casi todas las construcciones del centro) que quedó abandonada tras la última guerra, tiene un estilo antiguo mezclado con tendencias más actuales, que sus dueños han intentado conservar al introducir la segunda ampliación del edificio. La mayor parte del edificio estaba conservado en muy buenas condiciones, piedra gris y madera, junto con un tejado de teja por el que sobresalía una chimenea por la que salía un humo gris que olía a tronco de manzano.
__________________________

- ¡¡Hola perros mojados!! Que alegría veros por aquí. - Exclamo el tabernero al ver a los tres pescadores entrando al local.
- Hola Maurice. Sírvenos una mesa cerca del fuego, por favor.
- En seguida. - Y acto seguido se metió en al cocina a coger tres cubiertos y los demás enseres de servir.
-Antes de comer hay que refrescarse un poco con cerveza.
- Si, nada mejor para mojarse el gaznate.
__________________________

Kiki, dentro del Lobo

Cerca de allí, en una mesa larga junto a la pared, una muchacha envuelta en una capa de viaje observa la escena con atención mientras espera que le sirvan la cena, pensando en cual será su proxima jugada.
__________________________

Isildur y Clare, en las afueras del pueblo.

C- Ya estamos llegando.
I- De acuerdo.
C- ¡Vamos, anímate! Llevamos mucho tiempo en la carretera, y esta posada es de las mejores que he visto en meses. Te encantará.
I- ¿Dónde queda?
C- Está en el centro de la ciudad. Espero que la cocinera aun se acuerde de la hermana Melissa, me contó que la última vez que estuvo aquí fue muy amable con ella y le traigo recuerdos de su parte.
I- ¿Cómo decías que se llamaba?
C- El Lobo. Bueno, el Lobo Rampante.
__________________________

Falath. En la puerta del Lobo.

Bueno, aquel era el sitio donde lo habían citado. El hombre que lo queria contratar, un tipo bajito y poca cosa llamado Murtel, no parecía muy de fiar, ni que tuviera mucho dinero para darle, pero le había dicho que era una misión fácil: escolta a una ciudad vecina. No parecía demasiado difícil, y por otro lado necesitaba algo de dinero, así que empujó la puerta de la posada dispuesto a encontrarse con su nuevo patrón.
__________________________

Zack, vagando por una calle del pueblo.

Grrrroooalgh??

El rugido que se escuchó en la calle bien podria haber pertenecido a una bestia salida del mas oscuro averno, incluso un par de guardias de la ciudad volvieron la vista para averiguar de donde salia aquel sonido. Pero la realidad era muy distinta. En lo que mas se parecia a esa metáfora es que el agujero que tenia en su barriga bien podria haber sido igual de negro.

Se dio un par de palmaditas en la barriga, esperando que asi se calmara un poco e hiciera menos ruido. Al cruzar una esquina, a su nariz llegaron unos deliciosos aromas. Alzó la mirada para encontrarse con un cartel que tenia un lobo en posición de ataque y que rezaba:

El Lobo Rampante.

La verdad es que tenia mucha hambre. Y podía permitirse un buen plato de estofado. Así que Zack se quedó en la puerta, con la mano en el picaporte, todavía imaginando lo que podria acompañar al estofado.
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Lugom
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Lugom »

Clare

Hacía ya varias semanas que mi peregrinaje en solitario había acabado. Dios así debió quererlo ya que Isildur, un joven reservado y poco hablador, se cruzó en mi camino y desde entonces no había consentido en dejarme viajar a solas. Yo agradecida de su compañía, me había venido encargando de preparar las comidas cuando no encontrábamos alojamiento en nuestro camino. Con las monedas que conseguíamos en los pueblos por los que pasabamos, gracias a mis artes curativas, y a la ayuda que Isildur procuraba, conseguiamos lo suficiente para mantenernos, sin lujos, a los dos, a la vez que deshacíamos alguno de los pequeños entuertos que estas pequeñas localidades en ocasiones presentaban.

Esta tarde era diferente, nos acercábamos a la villa de Saint Pierre y estabamos presenciando uno de los atardeceres más bellos que hubiera visto jamas. Este pueblo no me era del todo desconocido, ya que la hermana Melissa me había contado muchas cosas de él, entre otras, las delicias con las que Marie, la cocinera de la posada "el lobo rampante", agasajaba a sus huéspedes. Así se lo hice saber a Isildur, al que ya le empezaba a notar algo cansado de caminar, aunque sé que jamás lo reconocería.

Adentrándonos en el centro del pueblo, directos hacia el establecimiento del que tan buenas referencias tenía. Una vez allí entramos en el mismo y fue Isildur, el que como siempre hacía, se dirigía hacia el posadero a pedir habitación y comida mientras yo buscaba una mesa con un par de asientos en el que sentarnos los dos.
Última edición por Lugom el 28 Oct 2008, 08:09, editado 1 vez en total.
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Mickey_malote
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Mickey_malote »

Zack Loneheart

La vida de vagabundo paseando por el mundo no era precisamente de las más fáciles de asimilar. No dejaba mucho dinero, y estabas constantemente viajando de un lugar a otro por sendero que nunca sabías a donde te llevarían o a que peligros te acercarían. Pero para Zack, aquella vida tenía una gran ventaja: Libertad. No tenía que quedarse estancado en una sola ciudad durante años, podía hacer lo que quisiera cuando quisiera y sobre todo te permitía conocer a la gente más variopinta del mundo. Para Zack, aquello era una recompensa más que suficiente para continuar de aquella forma.

Había llegado a Gabriel porque un hombre ya bastante mayor le había contratado como guardaespaldas desde Phaion. Zack había aceptado sin dudarlo, ya que la recompensa era buena y podría poner a prueba sus habilidades, las cuales se mostraron claramente superiores al vencer a los bandidos que atacaron al carromato. Así, había llegado al principado, a una ciudad cercana a Saint Pierre, donde aquel anciano se quedó en una lujosa casa con su familia y aunque había invitado a Zack a quedarse unos días (se había desarrollado una pequeña amistad entre los dos hombres), el joven decidió seguir con su camino. No tenía pensado qué hacer despues, ya que no conocía aquella región, por lo que decidió quedarse allí una temporada, buscando un lugar donde entrenar y vivir hasta que estuviese listo para partir, lo cual ocurrió de forma rápida y terminante.

No sabía cómo, pero había perdido su oro. No todo, pues no lo guardaba todo en el mismo lugar debido a la mala suerte que tenía el pobre hombre, pero la gran mayoría había desaparecido. Aquello no habría sido tan dramático si no fuese porque gracias a eso tuvo que salir corriendo de la ciudad, dejando sin pagar la posada y las comidas. Con pies en polvorosa, salió de aquella ciudad esquivando a los guardias y a los dueños de la taberna. Una vez más, su mala suerte se la había jugado.

Así había acabado en Saint Pierre, hambriento y cansado tras varios dias de camino. Comenzó a deambular por las calles pensando en cómo podría obtener comida a aquellas horas tan tardías. De repente, el estómago le rugió, sorprendiendo a varias personas a su alrededor. El semblante de Zack cambió a una cara de semblante (aun más) abatido, y se golpeó la tripa. Aquello sólo lo empeoró.

Ya estaba pensando en tener que irse a pescar al puerto cuando olió un aroma que para Zack podría ser el que habría en el cielo, solo que en aquella ocasión provenía del Lobo Rampante, sin duda una manifestación de los dioses para calmar el hambre que tenía el joven. Desesperado como estaba en llevarse algo al estómago, no dudó en gastarse sus últimos ahorros en un buen plato de estofado, como bien hizo saber a la posadera cuando entró corriendo a toda velocidad, casi derribando a varias personas que salían, y apoyándose en la barra.

- ¡Rápido, comida! ¡Necesito comida!
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Heimdarll
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Heimdarll »

Kiki

Aquel hombre... Habías pasado los últimos meses con él y ni siquiera sabías cuál era so nombre, aunque tú tampoco le dijiste el tuyo; pero la cuestión es que "Aquel" hombre te había hablado bien de la ciudad de SAINT PIERRE y como además nunca habías visto el mar, decidiste que ese era un destino tan bueno o mejor que cualquier otro, cuando vuestros caminos se separaron.

Estuviste horas en el puerto, disfrutando de los cambios de luz reflejados en el agua. No udiste evitar escuchar, cómo la mayoría de los pescadores hablaban elogios de un local llamado el "Lobo Rampante" y habiendo conseguido reunir algo de dinero ultimamente pensaste que estaría bien por una vez, desde que te escapaste de casa, cenar en condiciones.
Seguiste a unos de esos "lobos de mar" hasta el lugar y una vez dentro buscaste un lugar donde llegase el calor de la chimenea pero no su luz... En las sombras siempre eras bien recibida.

Cuando la camarera se acercó a preguntarte que qué querías tomar, no estabas muy segura, así que buscaste en tus bolsillos y pusiste sobre la mesa todo lo poco que habías ahorrado. La camarera te dedicó una cálida sonrisa y desapareció en dirección a la cocina.

Mientras esperabas te pusiste como de costumbre a estudir la situación: las gentes, su comportamiento, su aspecto, los grupos; la disposición del mobiliario, etc. Memorizándolo todo, casi sin darte cuenta. De repente un nudo en el estómago te puso sobre aviso; ¿peligro?, pero no, la cadena estaba "fría", entonces caíste en la cuenta: era hambre, no sabías cuánto había pasado desde que la camarera se marchó... OTRA VEZ SE HABÍAN OLVIDADO DE TI. Levantaste la cabeza y pudiste ver a la camarera mirando a todos los lados; no se había olvidado de ti (todavía NO) tan sólo era un despiste; levantaste la mano y la hiciste señas para llamarla.

Al final te trajo la cena, cogió las monedas y volvió a su trabajo. En la mesa tenías una jarra, pan y un cuenco con estofado, en el cual estabas convencida, se le había caído algún cucharón de más del que correspondía por tan poco dinero (los ojos se te humedecieron, pero no querías estropear el guiso); desmenuzaste la hogaza y la echaste en el plato, en el tiempo que la miga se impregnaba con el caldo, desentumeciste los huesos con la cerveza tibia de la jarra. Cuando te dispusiste a comer, alguien montaba escándalo en la barra, pero en esta ocasión te interesaban más los trozos de carne que había en la cuchara... BUEN PROVECHO!!!
Luchar, follar, celebrar.
Rudo y quimerista; así deben ser los dioses.
Nosotros los creamos y los combatimos, ellos... Nos bendicen.
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Isildur »

Isildur Schauff

El fuerte ruido despertó al anciano. Sin saberlo, se había quedado dormido en el porche de su casa, pues la tarde era cálida y propicia para el descanso. Se fijó en el causante del ruido y se sobresaltó en su sillón de madera, dando un pequeño salto.
Delante de sus narices, había un cuerpo magullado, con la ropa rasgada, y que sangraba por la nariz considerablemente. Aunque odiaba ver a una persona en ese estado, se alegró al reconocer el rostro aguileño de Thobias, el líder de la banda de Los Cuervos Grises.
Su mirada entonces se dirigió instintivamente unos pasos hacia atrás, donde aguardaba de pie el aventurero que había derrotado a Thobias.
Ahora que le veía de nuevo, no recordaba que fuera tan alto, y que su armadura fuera tan gruesa. Sin hablar de aquella espada? Desde luego, imponía respeto, y eso unido a su fría expresión nórdica no invitaban a pensar que el joven fuera un alma caritativa.
Oh, maese Isildur? me alegro ver que habéis completado el trabajo? dijo el alcalde de Villebleu.
Isildur Schauff asintió sin mucho ánimo.
¿Está muerto? Preguntó el alcalde señalando a Thobias.
No? tan sólo le dí un puñetazo, no me gusta limpiar mi espada constantemente. Respondió el hendell.
Ya veo? aquí tenéis vuestra recompensa? iba diciendo el alcalde mientras le acercaba una bolsa repleta de oro.
Guardaos vuestro oro, no lo necesito. Por lo que he visto, vuestros conciudadanos lo necesitan más que yo. Respondió Isildur con calma.
Thobias asintió, si bien no acababa de entender porqué rechazaba la recompensa? ¡Aventureros! ¿Quién demonios los entendía?

El camino siguió para el joven hendell, viajando por las provincias de Gabriel. Por los caminos había conocido a Clare, una dama de votos religiosos que le transmitía paz y calma. Aunque apenas llevaban unas semanas compartiendo viaje, Isildur sentía como si la conociera de mucho más tiempo.
Para el aguerrido nórdico, Gabriel era una nación demasiado codiciosa. Los nobles crecían aquí y allí, y sus mansiones se levantaban en los lugares más visibles, para demostrar su poder a todos cuanto la vieran. Dudaba de cuántos de ellos sobrevivirían un invierno en sus gélidas tierras.

Pero ya que estaba allí, debía disfrutar lo bueno de ese lugar. Los nobles solían meterse en innumerables problemas, y los aventureros solían ser la forma más rápida y fiable de solucionarlos. Aunque no trabajaba por el oro, sí que quería ayudar en cuanto fuera posible. Por ello, no se dejaría seducir por el noble más rico, si no por el más respetable.

Mientras, Isildur y su acompañante hicieron una parada en El Lobo Rampante, una famosa posada de una ciudad llamada Saint Pierre.
El guerrero se acercó, haciendo sonar el metal de su armadura al caminar, a la barra.
Sírvanos un té y una cerveza, por favor. dijo señalando la mesa en la que esperaba Clare. Ah, y hay comentarios de que aquí se cocina muy bien? ¡que sean dos especiales de la casa! Añadió, esperando hacer una buena comida.

Mientras esperaba lo que había pedido, Isildur lanzó una rápida mirada alrededor, tratando de averiguar qué tipo de clientes frecuentaban el lugar.
Última edición por Isildur el 08 Nov 2008, 21:20, editado 1 vez en total.
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Falath
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Falath »

Falath

Extiendo mis dos brazos frente a mí con los dedos bien estirados y cierro los ojos, respiro profundamente y continúo así hasta sentir mi ki en total armonía con la energía del universo. Llevo mi mano derecha detrás de mi nuca hasta sentir la empuñadura de mi katana, la acaricio sintiendo su perfecta textura para luego sujetarla firmemente y desenvainarla en un movimiento rápido.

A partir de ese momento permanecí horas realizando cortes, defensas y estocadas manteniendo mi armonía con el ki universal, que en ese estado se me hacía evidente con el viento, ruidos y vibraciones del lugar. Al terminar el último corte hago una profunda inhalación y enfundo mi espada con la exhalación.

Me arrodillo en el mismo lugar que me encontraba pensando, ?últimamente, solo en estos momentos encuentro paz, fuera de estos momentos ya no soy yo el que maneja mi cuerpo y mente, y lo peor es que ni siquiera sé donde me encuentro yo en esos momentos?; me paro y empiezo a hablar en voz alta conmigo mismo

- Deberías empezar a recuperar el dominio de tu cuerpo y mente, -giro hasta mirar el hermoso atardecer, y continúo- tal vez uno de los caminos para conseguir eso sea empezar buscar trabajos como aventurero, es muy posible que eso te lleve a situaciones donde constantemente te veas forzado a usar tus habilidades con la katana y el dominio del ki, perfeccionándolos en busca una armonía absoluta

Al instante me vino la imagen del tipo bajito, Murtel creo que se llamaba, me había ofrecido un trabajo de escolta que no pensaba aceptar? hasta ahora. Gire sobre mis talones y empecé a caminar hacia la taberna donde dijo que me esperaría.
Al llegar al lugar ya era la misma persona de siempre, un hombre sin expresión ni emoción, entro al lugar y busco con la vista a Murtel, el resto de las personas que se encuentran en el lugar ni me interesan.
ArmaGGon
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por ArmaGGon »

En El Lobo Rampante

El olor de la madera de manzano que se quema en la chimenea inunda el aire. Esta, junto con unos cuantas lamparas de aceite con forma de candelabros en las paredes y una gigantesca araña llena de velas, colman la sala con una agradable luz, ni muy suave ni muy fuerte, y el ambiente que genera es tremendamente agradable. El suelo es una tarima de madera, las paredes están recubiertas de argamasa de un color amarillento, y el techo está recorrido por una serie de grandes vigas para sujetar el piso superior. Amplias ventanas con los postigos abiertos, daban a la calle permitiendo a los presentes observar su interior, y a los caminantes de fuera observar el acogedor interior para invitarles a entrar y tomar una cerveza. Tras una barra, el posadero Thomas, se afanaba en limpiar vasos y servir jarras a los parroquianos recien llegados mientras tomaba las ordenes de comida y se las pasaba a la cocinera por una especie de ventanilla practicada en la pared. Habia una serie de personas sentadas y disfrutando de una buena cena, no era la mayor concentracion de gente que habian tenido pero animaba bastante el local con sus risas y sus conversaciones.

__________________________
KIKI

Al final no costó tanto como te imaginabas. Tan solo 5 Monedas de Plata. Patatas, zanahorias, guisantes, champiñones, un par de alcachofas asadas y la mejor ternera que habias probado en tu vida. Todo aderezado con sal y unas buenas hierbas entre las que pudiste distinguir algo de romero. Una buena hogaza de pan blanco, y una buena jarra de cerveza. Un ambiente cálido y nadie que te moleste. ¿Que mejor manera de disfrutar una comida?

Mientras comias tu cena saboreando cada cucharada, levantaste los ojos de nuevo. La concurrencia en la posada era cada vez mayor. Una mujer con un sencillo habito eclesiastico estaba sentada en una mesa mirando como su compañero, una mole embutido en una decorada de campaña con un enorme espadón, pedía en la barra. Otro hombre bastante alto con una extraña camisa, que entró corriendo como un poseso a la posada y que se puso a pedir comida inmediatamente. Y junto a la puerta un muchacho con el pelo desgreñado que parecia buscar algo.

__________________________
ISILDUR

- ...¡que sean dos especiales de la casa!

El posadero le gritó la orden a la cocinera por la ventanilla, y a continuacion procedió a servir las bebidas que habias pedidom mientras te miraba de arriba a abajo con una expresion de extrañeza en los ojos. Normal, no era muy comun ver a alguien tan acorazado y armado por estos lares.

- Oiga amigo, no es por ser descortés pero, mis sillas de madera no aguantarán su peso ¿Le importaria sentarse en uno de aquellos bancos de la esquina? - señala detras tuya en direccion a la puerta.- Estan construidos de piedra y no se quebrarán como una ramita de cerezo marchito. Aqui tiene sus bebidas. La camarera les llevará su pedido en cuanto salga.

Te das la vuelta y ves que hay dos bancos como los que te ha descrito el posadero. Uno a la derecha ocupado por siete parroquianos disfrutando de una partida de cartas y el otro en el que está sentada una joven delgada en la que no habias reparado antes.

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CLARE

Te sientas en una mesa mientras Isildur se dirige a la barra para poder pedir vuestra comida. Como siempre, te relajas cierras los ojos un momento y expandes tu conciencia por el ambiente. Vuelves a abrirlos y ahora tienes una mejor concepcion de lo que te rodea. Isildur se acerca hacia tu mesa sujetando las jarras de hidromiel y cerveza con habilidad.

__________________________
ZACK

Tu estómago ruge, mientras hueles las delicias que salen de la cocina y pides que te sirvan un buen menú. En tu entusiasmo casi tropiezas con un hombre embutido en una gigantesca armadura y con un par de jarras en las manos.

- Usted seguro que tiene buen estomago joven, se ve que es de buen comer. - Deja delante de ti una gran jarra de cerveza y seguido un pequeño plato con un trozo de pan y un pedazo de cerdo a la sal.- Tome, para que su barriga se calme un poco y no me espante a la clientela con sus rugidos. ¡Jajajaja!. Es una broma, amigo. Disfrute de la velada.

__________________________
FALATH

Junto a la puerta de la posada, diriges tu mirada por el gran salón. Hay mucha gente, pero entre ellos no esta el pequeño hombre que te habia citado aqui al ponerse el sol. Ya se estaba retrasando.

_____________________________________________________________
Mientras, en otro lugar...

- No puedes huir de mi, viejo insensato...

El extraño individuo se acerco a la ventana y agarrandose con una mano al marco e impulsandose con una pierna en el alféizar subió al tejado, dejando tras de si la destrozada habitacion.
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Mickey_malote
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Mickey_malote »

Zack Loneheart

Si Zack tenía algún defecto, aquel era su debilidad por la comida. Aunque se mantenía en forma debido a su riguroso entrenamiento, cuando se ponía a comer no había quien lo parase. Había llegado a acumular incalculables deudas en otras posadas de otras regiones y se había visto obligado a salir corriendo para evitar tener que empeñar alguna cosa para pagar las jugosas comidas que tanto le encantaban.

Aquella situación era parecida, con la excepción de que tenía algunas pocas monedas para gastar. En cuanto le sirvieron la cena, Zack soltó un alegre "Muchas gracias" mientras al mismo tiempo cogía una hogaza de pan y la hundía dentro de su plato de comida, llevándoselo a la boca con un apetito voraz e insaciable. Continuó comiendo a ritmo frenético el sabroso plato de cerdo que le habían dado, de buena calidad y recién horneado, hasta que un trozo demasiado grande se le atascó en la garganta. Tomó un buen trago de cerveza para bajarlo y continuó saboreando su plato hasta que se lo acabó. No podían haber pasado más de diez minutos.

Entonces Zack se dió unas palmadas en su estómago, como si lo calmase por la falta de comida que había tenido hasta entonces. Miró a su alrededor, echando un vistazo al lugar al que había entrado y al cual había observado hasta que se acabó su plato de comida. Sin duda era un lugar agradable, muy bien cuidado y sin duda de calidad, a juzgar por la gran cantidad de afluencia que tenía a aquellas horas. Y por lo visto no era el único viajero, como pudo ver cuando un hombre enorme con un espadón casi de su mismo tamaño se había acercado a la barra para pedir un plato de comida para él y para su bella acompañante, que ya se había sentado en una de las mesas del fondo del local.

Cuando se acabó su cerveza miró al posadero, esperando a que tuviese un momento libre. Entonces abrió su bolsa de dinero, alarmantemente ligera, y lanzó una moneda sobre la barra.

- Aqui tiene lo que le debo, buen hombre.- Dijo el joven.- Ahora, ¿sería tan amable de indicarme un lugar barato en el que pasar la noche? No tengo mucho dinero, pero estoy bastante cansado.
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Isildur »

Isildur Schauff

El norteño tomó las dos jarras, la cerveza y el té, mientras escuchaba el comentario del posadero sobre sentarse en los bancos.
¿Qué clase de sillas de broma tienen aquí? dijo en su idioma natal, protestando. Luego, miró al posadero sonriente, y prosiguió en latín.
No se preocupe... dijo mientras se marchaba lentamente para reunirse de nuevo con Clare.

La monja estaba esperando tranquilamente, quizás pensando en algo. Por el camino, un chico que comía como un poseso está a punto de chocar con Isildur, que caminaba con cuidado con ambas jarras. Miró al viajero, y sus ropas extrañas, como prodecentes de lejanas tierras le llamaron la atención. No vió que portara armas, y tampoco parecía amenazador, así que pasó se largo con una casi imperceptible inclinación de cabeza.

Toma dijo a Clare, poniendo su té en la mesa Parece que estas sillas están hechas para enanos... el posadero teme que se rompan si me siento... ¡Debería ir a Hendell y ver qué es una silla! En fin, tengo sed así que iré a sentarme en aquél banco de allí. dijo el rubio guerrero, que avanzó negando con la cabeza, por el hecho de que el posadero hubiera dicho eso.

Llegó ante los bancos, y uno de ellos estaba a revosar de lugareños, hablando de temas que no interesaban a Isildur. Miró el otro, en el que sólo una chica estaba sentada, la cuál no había visto antes.
Isildur se sentó al otro extremo del banco, y empezó a beber cerveza.
No eres un viejo cotilla ni un guerrero acorazado, ¿por qué te sientas aquí? dijo Isildur a la chica, esgrimiendo una gentil sonrisa.
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Falath »

Falath

Miro alrededor sin encontrar a Murtel

- Maldito enano ?digo maldiciendo entre dientes- ya está retrasado

Atravieso la taberna en dirección a la barra y me siento al lado de un hombre rubio, bastante alto, cuando el tabernero se acerca a servirle algo le pregunto al posadero, no en tono desagradable, sino más bien sin ganas y con la mirada perdida

- Que sirven aquí para comer?
Última edición por Falath el 14 Nov 2008, 14:36, editado 1 vez en total.
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Lugom
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Lugom »

Clare

Tras agradecer a Isildur el té, me disculpé diciendo - perdona no caí en eso y no reparé en los bancos de piedra del fondo - tras decir eso me levanté de la silla y cogiendo la taza entre las dos manos seguí al corpulento guerrero hasta llegar a la mesa del fondo. Allí imitando el gesto de mi amigo (es decir sonriendo a la chica y haciendo una pequeña inclinación de cabeza a modo de saludo) me senté a su lado (de Isildur) y atenta a la respuesta de la chica, saboreé el té, para luego, sacar una delicada pipa del zurrón y prenderla con mimo.
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Heimdarll
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Heimdarll »

Había acabado por completo con aquella cena, saboreando cada bocado pues bien que ese sabor habría de durarme una buena temporada, probablemente. Ahora tenía la jarra de cerveza entre las manos y la vista perdida en su fondo, sumergida en mis pensamientos. Tuvo entonces que sacarme de mis ensoñaciones una voz grave como un trueno.

- ... ni un guerrero acorazado...

"Totalmente a la defensiva" pensé: ¿Acaso busca pelea? ¿Por qué se ha fijado en mí? Giré la cabeza para encontrarme con un hombre capaz de dar sombra a tres como yo y detrás suya, haciendo movimientos, una extraña mujer de extraños hábitos.

- N... no; yo sólo quería una comida caliente, enseguida acabo y les dejo tranquilos. -Mi voz no podía ocultar un suave temblor, no tanto por miedo como por la falta de costumbre de tratar con extraños.
Luchar, follar, celebrar.
Rudo y quimerista; así deben ser los dioses.
Nosotros los creamos y los combatimos, ellos... Nos bendicen.
Isildur
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Isildur »

Isildur Schauff

El poderoso Hendell miró extrañado a la chica, que parecía entre asustada y poco dada a hablar con desconocidos. Pero por otra parte, aunque sus rasgos eran de lo más normales, había algo en ella que no la hacía parecer una aldeana más.
Pero si estabas aquí antes que nosotros... ¿por qué ibas a tener que marcharte? Además, no nos molestas en absoluto. Más bien, nos gustaría conocer a algún lugareño que sepa de trabajos para aventureros... ¿a qué te dedicas? comentó Isildur, suavizando su tono por si le había parecido ofensivo a la chica.
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Heimdarll
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Heimdarll »

- Yo... -Kiki sopesó bien sus palabras no sabía hasta que punto podía fiarse de aquellas personas- La verdad es que no soy de aquí; lo cierto es que no tengo ni sitio donde pasar esta noche. Aventuras no busco, pero después de esta cena un trabajo me vendría bien también a mí. Vaya, creo que no respondí a ninguna de sus preguntas. -dijo Kiki mostrando una anplia sonrisa, ya que el tono del guerrero, ahora más dulce, le había hecho bajar momentáneamente la guardia- Oh; dónde están mis modales, dejadme que me presente, me llamo QUI... KIKI. Encantada y ustedes, viajan juntos?
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Lugom
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Re: Capitulo I: Introduccion

Mensaje por Lugom »

Clare

- Hola Kiki, yo soy Clare, una sierva de Dios y misionera en estas tierras que busca echar una mano a aquellos que lo necesiten y transmitir a través del ejemplo la palabra de nuestro señor Jesucristo. - digo con mi dulce voz, acompañando mis palabras de una cálida mirada. - Como dice mi amigo y compañero Isildur no tienes porqué marcharte, hemos sido nosotros los groseros al importunarte en tu tranquilidad. Te pido que nos disculpes. Buscábamos sitio donde reposar nuestros pies tras una larga jornada de camino y aquellas banquetas no soportarían el peso de mi acompañante, así que en aras de encontrar también un poco de descanso nos hemos acercado al banco en el que te hallabas. -
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