Capítulo 7-O: Entre Dos Mundos

Es el amanecer de la Cuarta Edad. Y en la Tierra Media reina la paz... Pero aún quedan muchas cuentas pendientes. Incluyendo una de los Días Antiguos...
Director: Rittmann
Jugadores: Alier-mim, Anarion el Kafir, Arty, Bardino, Darth Mandelbroth, Derkin, Elen-dûr, Firu, Iasbel, Jacob Curapies, JJDLTC, Kazhi, Mandrigal, Morag, Ron, Sonvlad y Thorontir

Moderador: Rittmann

Cerrado
Avatar de Usuario
Rittmann
Mensajes: 2427
Registrado: 15 Abr 2007, 17:40
Ubicación: Batallando por la galaxia
Contactar:

Capítulo 7-O: Entre Dos Mundos

Mensaje por Rittmann »

Año 16 de la Cuarta Edad, finales de invierno

Campamento militar de la Alianza, a dos millas de la puerta este de Khazad-dûm


Jugador de esta trama: Vlad (Haleth)


El funeral por el rey elfo fue solemne. Ante las puertas orientales de Moria, allí donde la trampa del enemigo sepultara a traición miles de eldar, los cantos de sus hermanos supervivientes a la guerra de Lorien entonaron un salmo de despedida por todos ellos. Y por encima de todos, por el rey, a quien su hijo Legolas decidió dar sepultura no en su hogar en el Bosque Verde, sino a los pies de Moria, junto a aquellos que lo habían seguido. Y junto al túmulo del rey elfo, el del rey enano, el de Durin...

Había tantos a quien dar sepulcro ese fatídico día de finales de invierno...

Legolas : Hoy es un día triste para todos nosotros - empezó el nuevo rey del Bosque Verde con tono solemne pero visiblemente afligido -. Una amenaza común nos ha unido, y todos hemos sufrido terribles pérdidas. Es pues aquí, frente a sus cuerpos mortales, que rendimos homenaje a los que nos han dado esta victoria. Su muerte es un ejemplo de sacrificio por la libertad de los pueblos de la Tierra Media. La luz de sus vidas nos guiará por siempre a partir de hoy, y la Nueva Alianza que forjaron perdurará de hoy en adelante contra cualquier amenaza. Se lo debemos, todos nosotros. Que este lugar sea conocido a partir de hoy como el Túmulo de los Héroes, y que hombres, elfos y enanos honren su memoria y lo que para todos simboliza: un futuro de paz y unidad.

Esa misma tarde, el rey Elessar partió a toda prisa hacia Góndor. Las nuevas fatídicas de la desaparición de su hijo hicieron que no esperase más allá de los funerales. Los enanos leales al rey Thorin regresaron a Erebor sin dirigir palabra con aquellos que se hacían llamar los Fieles de Durin, aquellos a los que Kazhi representó en el fatídico choque en el salón de Moria, y que habían logrado ser los únicos que se quedaron con la mansión enana. Tenían una durísima tarea, la de limpiar los niveles inferiores de trasgos, y por ello sus parientes llenos de rencor por lo sucedido con su rey se negaron a prestar ayuda alguna en aquella tarea. En la práctica, un cisma había dividido a los pueblos enanos de la Montaña Solitaria y a los de Moria.

El campamento rohirrim fue el último en desmontarse. Haleth sentía el terrible pesar en el corazón de haber visto a sus compadres morir sin poder impedirlo. Tordek, Hegel... ¿Estaría Lida bien, al menos, en su misión en Erebor?

Y hablando de Lida. Un pensamiento asaltó al capitán de la Marca.

Arië.

images/old/icon_arrow.gif Bueno, turno para ver qué hará Haleth a partir de ahora. Así que te invito a reflexionar sobre el futuro del capitán de la Marca... O cortejador de elfas. Pero ten presente que puede ser imposible compatibilizar el intentar conseguir a la elfa, y ejercer de capitán. El futuro de Haleth es complejo, como ves.

images/old/icon_arrow.gif Así que: reflexión, y ver qué hará el rohirrim.

_________________
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...

Visita www.rolhistorico.org - La web para jugar la Historia
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...
Avatar de Usuario
Rittmann
Mensajes: 2427
Registrado: 15 Abr 2007, 17:40
Ubicación: Batallando por la galaxia
Contactar:

JJDLTC el Martes, 27 de Noviembre del 2006 a las 01:17

Mensaje por Rittmann »

El funeral que recibieron los caídos fue un funeral de guerreros, sus cuerpos reposarían para toda la eternidad junto al de sus compañeros de armas en el campo de batalla que desde ahora seria nombrado como El Tumulto De Los Héroes, lugar donde muchos sacrificaron sus vidas y demostraron que una alianza entre los pueblos libres de la sombra aun era posible, aunque el costo fue tétrico al mermar casi la mitad del ejercito y peor aun causando las bajas de dos baluartes de inspiración para la alianza como lo eran Durin y Thranduil...

Eleazar y sus hombres volvían a Gondor pues su presencia era mas valiosa y solicitada en su pueblo que en la ahora culminada batalla, los enanos aun divididos y confundidos por lo que sucedió dentro de Moria comenzaban a sentir rencor entre los clanes enanos, los elfos en su estado de aislamiento por la muerte de tantos de sus hermanos también partían a sus hogares.

Ya caída la noche tan solo quedaban los hombres de Rohan, curando sus heridas y reposando sus dolidos cuerpos, pero un sentimiento general crecía y era la duda de que esa guerra no seria la ultima luchada en esos días. Uno a uno Haleth veía a los hombres a su lado mientras caminaba sin rumbo fijo por el campamento y se preguntaba cuantos mas habría visto de no ser por su orden de disparar hacia el techo... estos pensamientos le asaltaban fugazmente cada cierto tiempo pero el sabia que debía superarlos.

Sentado junto a una fogata y sin mas nadie a su alrededor comenzó a reflexionar sobre lo sucedido los últimos días y el futuro que tendría que afrontar, una cosa llevaba a la otra y siempre inevitablemente terminaba pensando en Arië...
...Sobre mi recae el peso de las muertes de muchos hombres en Moria pero también debo henchirme de orgullo al recordar que por mi muchos mas vivieron al derrumbar la represa en las afueras de Lorien... Lorien... inevitablemente volvió su pensamiento hacia Arië...
...Ahora soy un Capitán De La Marca, mi responsabilidad es para con mi Rey, el me dio la oportunidad de emprender esta misión que en un principio se dirigía hacia Gondor y luego hacia las tierras Elfas, conociendo tanta y tan valerosa gente, Jaja hasta incluso conocí la bella y dedicada Lida y... y a su hermana Arië...

Todo parecía indicar que pronto tendría que decidir entre dos caminos que marcarían su futuro y determinarían su felicidad, aun así no lograba descifrar cual seria su decisión llegado el momento, pues ambos rumbos serian el sueño de cualquier hombre...

Haleth giro su mirada hacia ambos lados y echando una fugaz y ultima mirada a las estrellas decidió reposar de ese tema por el momento y lo mas indicado que se le ocurrió fue buscar a su Rey, quizás estuviera celebrando el triunfo o discutiendo sobre el futuro que se avecinaba militarmente pero Haleth sentía curiosidad por saber el destino de las tropas, cuando volverían a Rohan y especialmente que le tenían deparado a él, sabia que sus deseos ahora estaban concentrados en aquel Mago o Hechicero que tantos problemas había causado pero no deseaba sonar egoísta ni vengativo así que al llegar trato de disimular lo mejor que pudo su idea.

Haleth: Mi señor... Se que hemos vencido a un alto costo esta guerra, pero vencimos... sin embargo, como muchos aun siento que tal vez esto sea solo el comienzo de algo mas grande y si no lo prevenimos cuanto antes tal vez no arrepentiremos luego. Esta claro que los orcos por si solos no planearían un ataque de esa magnitud ni mucho menos usarían magia como lo hemos visto, sabemos que un mago les ayudaba y así respondimos las dudas sobre estas artes, pero aun así, dudo que un simple mago o hechicero lograra organizar tantos orcos, detrás de él debe estar alguien mas... Quisiera que se me permitiera investigar sobre esto, quizás así logremos recolectar información que nos beneficie en un futuro, por favor permítame partir en busca de esa animaña y de esas respuestas

Un pequeño silencio reino y Haleth solo esperaba que sus peticiones fueran apoyadas, debía partir cuanto en busca de aquel sujeto pero para su decepción no lograba decidir hacia donde seria mas indicado partir... estaba aun en espera de respuestas...
_________________
--------Siempre Listo--------
Dragon Azul
Comunidad De Dragones De PR
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...
Avatar de Usuario
Rittmann
Mensajes: 2427
Registrado: 15 Abr 2007, 17:40
Ubicación: Batallando por la galaxia
Contactar:

Rittmann el Martes, 4 de Diciembre del 2006 a las 21:17

Mensaje por Rittmann »

En la oscuridad sólo interrumpida por una pequeña tea encendida, la tienda real de Éomer parecía enorme. Era como si una catedral en honor al mejor guerrero de todo Rohan estuviese plantada en la alfombra de hierba fresca del prado a los pies de las laderas que llevaban a la mansión enana conquistada.

El rey parecía cansado. Las arrugas en su frente eran más visibles con las sombras danzantes de la noche, y su barba rubia marcadamente encanecida estaba poco arreglada. Tales eran las marcas visibles que la guerra había mellado en el semblante del señor de los jinetes. A su lado, Haleth había pronunciado su petición. El rey suspiró.

Éomer : Vamos a enviar una expedición al norte, en busca del elfo Kalluin, tal y como le dijimos a la dama Mistë en el concilio a nuestra llegada a Lorien. Aparte de esto, ayer quedé con Elessar que le visitaría en Minas Tirith dentro de tres meses para discutir qué hacer... Sobretodo a raíz de la desaparición de su primogénito, secuestrado.

El rey se mesó la barba y se recostó con un brazo apoyándose sobre una mesa en la que diversos mapas estaban esbozados en pergamino.

Éomer : Que esto que ha sucedido aquí ha sido orquestado, no me cabe la menor duda. Pero piensa en esto, Haleth. Ese hechicero que asesinó a Thorin logró reunir a su alrededor a los orcos de Khazad Dûm. Logró matar a casi la mitad de los guerreros elfos que quedan en estos lares de la Tierra Media. Logró matar a Thranduil en nuestro propio campamento. Podemos asumir que él o su gente ha secuestrado al hijo de Elessar. Han dividido a los enanos, herido fatalmente a los elfos y desheredado al trono de Góndor. Sólo la fortuna me hizo dar la orden a tiempo que evitó una masacre de los nuestros... Y tu llamada a los caballos también fue decisiva. Pocos te culpan por la orden en los salones de la mansión enana. Tú, como todos nosotros, caíste presa de las artimañas de aquel hechicero.

>> Pero lo peor no es esto. No tenemos ni idea de quién era, ni de dónde provenía. No tenemos un nombre, salvo que se lo arranquemos a los orcos. Y no cabe duda que es poderoso si ha dado muerte a Thranduil. ¿Cómo pretendes vencerle solo, Haleth? Siento la misma rabia e impotencia para con este enemigo, este enemigo invisible y sin nombre. Este enemigo tan letal como una serpiente venenosa, de mordedura certera y mortal. Te entiendo, Haleth. Entiendo tu arrojo al querer ir a buscarle. Pero... ¿Acaso tienes alguna pista? ¿Algún lugar por el que empezar?

Haleth se quedó en silencio. Su rey había hablado cosas que él sabía. Con rabia, impotente, se sintió como un ratón a merced del águila sobrevolando su bosque: el pájaro acechando desde las alturas, impidiendo al ratón defenderse de su ataque. Pero a diferencia del ratón, Rohan no podía esconderse entre la maleza.

Haleth : ¿Y entonces, qué?

Éomer : El cómo afrontar esta amenaza es algo que debatiré con Elessar, y luego con el rey Legolas de Bosque Verde y con quien sea que lidere a los enanos en los próximos meses. Ahora mismo, dudo que nada más nos amenace directamente, al menos en una temporada. Es hora de lamer nuestras heridas y prepararnos para la siguiente batalla, que ya veremos dónde será.

Haleth se quedó sin saber qué decir. ¿Cuál sería, pues, su lugar?

Éomer : Haleth, ahora eres un capitán de la Marca. Elfhelm me comentó que el viejo capitán Rorandom del folde Oeste perdió a sus dos hijos en la guerra contra Saruman, y que tenía pensado ofrecerte a él para que fueras su heredero. Se te concederá, pues, un título y tierras donde ejercer tu capitanazgo. Rorandom fue un capitán a las órdenes de mi tío, y al perder a sus hijos perdió también las ganas de vivir. Asume sus responsabilidades y prepara a los jinetes de sus tierras para la guerra que se avecina. Aprende a ser un señor de Rohan.

Haleth escuchó en silencio el dictado de Éomer. Eran las palabras de su rey, y difícilmente podría desobedecerlas. Y de nuevo, Arië regresó a su mente, al imaginarse en aquellas tierras tan lejanas de Lorien...
_________________
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...

Visita www.rolhistorico.org - La web para jugar la Historia
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...
Avatar de Usuario
Rittmann
Mensajes: 2427
Registrado: 15 Abr 2007, 17:40
Ubicación: Batallando por la galaxia
Contactar:

JJDLTC el Domingo, 9 de Diciembre del 2006 a las 22:56

Mensaje por Rittmann »

La visión de su Rey dio a Haleth un claro mensaje sin que siquiera emitiera palabras, el semblante de agotamiento y a la vez de realeza dejo claro que por ahora todo estaba hecho aunque fuese a un alto costo, a pesar de eso el Rohirrin comenzó a hablar, y al culminar por mas que intento disimular se le notaba a simple vista las intenciones y ánimos de Venganza, tanto así que dejaban cegada a veces la razón de Haleth como lo demostró su intención temeraria de partir en busca del enemigo, pero las palabras sabias de su Rey lo hicieron entrar en razón nuevamente.

Éomer: Que esto que ha sucedido aquí ha sido orquestado. (...) Tú, como todos nosotros, caíste presa de las artimañas de aquel hechicero.

Caí presa de sus engaños no había duda (pensaba para sus adentros) pero eso no debe afectar mi juicio, no me cegare por ello...

Éomer: Pero lo peor no es esto. No tenemos ni idea de quién era (...) ¿Acaso tienes alguna pista? ¿Algún lugar por el que empezar?

Las verdades eran claras, no había pistas que seguir ni ideas de hacia donde iría aquel hechicero pero al menos Haleth se sentía comprendido, Su Rey y de seguro todas las tropas que tuvieron conocimiento de aquel hechicero le debían de estar odiando tanto como el.

Haleth: ¿Y entonces, qué?

Éomer: El cómo afrontar esta amenaza es algo que debatiré con Elessar (...)Es hora de lamer nuestras heridas y prepararnos para la siguiente batalla, que ya veremos dónde será.

Éomer: Haleth, ahora eres un capitán de la Marca. (...) Asume sus responsabilidades y prepara a los jinetes de sus tierras para la guerra que se avecina. Aprende a ser un señor de Rohan.

Entrenar a los jinetes de las tierras de Elfhelm, tal vez era lo correcto tomando en cuenta su posición, pero luego de todo lo sucedido no se sentía capaz de esperar un largo periodo fuera del campo de batalla, pero... cual campo de batalla? Rohan ahora partía a recuperarse y tal como lo decía su Rey era mas que probable que hubiera una temporada de tranquilidad. La pregunta ahora era clara, deseaba pasar esa temporada de tranquilidad en Rohan o... Tal Vez en Lorien .... Con un rápido meneo de su cabeza trato de alejar todas sus dudas para así terminar de convencerse que lo mas adecuado era partir a Rohan sin siquiera reclamar.

En ese momento Haleth no sabia si esa lucha interna que tenia hace algunos días era perceptible para otros, pero esperaba que Eomer Su Rey no la notara y viera en ella debilidad.

Haleth: My Rey... Rohan Nos Espera. (con esas palabras se despidió Haleth por esa noche)
Debía pensar muchas cosas, tal vez no dormiría pensando en las consecuencias de sus acciones, ahora estaría aun mas lejos de Arië y tal vez ella no lo supiera, hasta el amanecer Haleth se dedico pensar en su futuro, a que le depararía ahora en Rohan, como seria recibido en el que ahora seria su nuevo hogar y no solo eso, también, entre descansos en la noche se dedico a escribir una carta a Arië con todos sus pensamientos sobre ella y lo extraño que era el tenerla en su mente a pesar de haber compartido tan poco tiempo... Parecía que ella realmente había Calado en el corazón de Haleth. Pero la carta nunca debia ser enviada, pues Haleth deseaba hablar en persona con Arië y aquella carta era tan solo una forma de ordenar sus ideas y tener con él un recuerdo de La Elfa que ahora le robaba el pensamiento

Al partir, Haleth hecho nuevamente un vistazo al lugar que ahora servia de ultima morada a muchos guerreros caídos y con ellos e su mente decidió que encontraría a ese Hechicero nuevamente y cuando sus caminos se cruzaran de nuevo le haría saber que sus actos no quedarían impunes.
_________________
--------Siempre Listo--------
Dragon Azul
Comunidad De Dragones De PR
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...
Avatar de Usuario
Rittmann
Mensajes: 2427
Registrado: 15 Abr 2007, 17:40
Ubicación: Batallando por la galaxia
Contactar:

Rittmann el Viernes, 28 de Diciembre del 2006 a las 23:03

Mensaje por Rittmann »

El campamento rohirrim empezaba a levantarse, y la hora de la partida se acercaba cada vez más. Haleth habría podido quedarse con sus compañeros en el linde del bosque, pero tenía algo que hacer todavía. En un bolsillo de su sobrevesta llevaba un trozo de papel escrito que nunca debía ser leido. Había tardado más de lo esperado en poder escribirlo, pero finalmente había logrado darle la forma que deseaba a sus ideas. Aquello era lo verdaderamente importante.

Pues a fin de cuentas, aunque sintiese mucho por la dama Arië, ¿quién era él, un mortal condenado a envejecer y a morir, para arrastrar a aquel ser de luz y pureza a un dolor y una angustia de muerte? Él no era ni tan siquiera de los dúnedain. Ni una sola gota de sangre de elfo corría por sus venas. Viviría aún menos tiempo que el rey Elessar, y se decía que la reina Arwen medioelfa tendría una vida mortal. Arië, inmortal y sin sangre de hombre en sus venas, no podía tomar tal elección.

Avanzando sobre Thelias hacia el dorado bosque de mallorn que rodeaba Caras Galadhon, el meara se giraba de vez en cuando para mirar al rostro de su jinete, consumido por la angustia y la pena.

Haleth : Tranquilo, amigo - le replicó Haleth dándole unas palmadas en el cuello -. Estaré bien. Estaré bien.

Surcando el camino de la ciudad élfica oculta, recordó las semanas pasadas en aquel lugar, y cuánto había cambiado su vida en tan poco tiempo. Había llegado enviado por el rey Elessar de Góndor, trayendo unas escasas muestras de pergaminos mágicos quemados para ser analizadas, y se había encontrado con una guerra. Pero también con los mejores amigos y compadres que uno pudiese desear en una guerra. Y ahora, estaban muertos. Tordek y Hegel habían muerto ante sus ojos, y él no sólo no había podido hacer nada para impedirlo: para colmo, había llevado la muerte a muchos más por dejarse llevar por sus sentimientos apresurados.

Y esos mismos sentimientos apresurados le habían permitido enamorarse de una dama elfa, un sueño de juventud quizás, pero un sueño imposible. Llevándose inconscientemente una mano al bolsillo de la carta, Haleth se dio cuenta que su puño estaba sobre su mismísimo corazón. ¿Acaso esa era la clave de todo su dolor? ¿Su sangre era demasiado veloz para llegar a ser un buen día un buen comandante? ¿Un buen hombre? Haleth buscaba sus respuestas, pero no las hallaba. La culpa de los muertos por su orden se apelotonaba entre sus sienes. ¿Acaso se iba a volver loco?

¿O quizás, la clave era tan sencilla como matar sus sentimientos?

Y aquella se le antojó una posibilidad tentadora en verdad, pues todo remitía a ellos. Su dolor por no poder quedarse con Arië, su precipitación en la orden de disparar contra el hechicero, el vacío de la pérdida de sus amigos, y la culpa por los muertos causados... Todo aquello había nacido de sus sentimientos, pero salvo su amistad por Tordek y Hegel, el resto habían nacido de su precipitación.

Los primeros flets de Caras Galadhon ya podían verse sobre los árboles. Mientras Thelias recorría aquellos últimos pasos hacia su destino, Haleth se preguntaba muchas, muchas cosas. Quizás en la Marca pudiese darles un lugar a todos aquellos sentimientos.

Imagen Bien, turno doble. Por un lado, me gustaría que narrases el encuentro con Arië. Te dejo completa libertad para narrarlo, con el desenlace que prefieras. Piensa que no está su hermana en Lorien, de modo que no hagas aparecer a Lida. Sugiero que no haya otros personajes en la conversación, para facilitar las cosas.

Imagen La segunda parte puede ser tras la conversación con la elfa. Me gustaría que Haleth empezase a sacar conclusiones o aclarar hacia dónde irán sus motivaciones y pensamientos. He dado una sugerencia, la de templarse y enfriar sus sentimientos, por lo de que apresurarse en sus decisiones y acciones es lo que le ha traido todo el dolor. No quiero decir con esto que se vuelva un témpano de hielo insensible, ni mucho menos, pero sí que es un buen momento para asentar las bases para que el carácter de Haleth madure. Esta parte no hace falta hacerla ahora entera, pues me gustaría que la desarrollases a lo largo del interludio: aprender de las lecciones del pasado.

_________________
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...

Visita www.rolhistorico.org - La web para jugar la Historia
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...
Avatar de Usuario
Rittmann
Mensajes: 2427
Registrado: 15 Abr 2007, 17:40
Ubicación: Batallando por la galaxia
Contactar:

JJDLTC el Domingo, 6 de Enero del 2007 a las 22:03

Mensaje por Rittmann »

Cabalgando junto a su fiel meara, adentrándose en el Bosque en busca de las respuestas que necesitaba para aclarar su mente, con un rostro de inconfundible preocupación por el futuro y una mirada perdida, así se hallaba Haleth mientras se acercaba Caras Galadhon con sus ideas condensadas en una carta.

Con un largo suspiro y haciendo acopio de fuerzas Haleth entro en la ciudad Elfica y se encamino a paso calmado en la búsqueda de Arië, sabia donde buscarla y cada paso que daba hacia ella le producía una mezcla de emociones, dentro de él bullían al mismo tiempo la emoción, la pasión y para desgracia del Rohirrin también sentía un temor inmenso por saber que tal vez fuera la ultima vez que lograra cruzar palabras con Arië.

Al detenerse y volver la mirada hacia la realidad Haleth se dio cuenta que se hallaba en silencio frente a la casa de Arië, levantando la mano se dispuso a tocar la puerta pero al golpear esta se abrió dejando abierto de par el hogar de la elfa...

Con un paso adelante se adentro en aquel hogar y mudo de la impresión olvido anunciar su presencia, aquel mundo le parecía tan ajeno, lleno de cosas incompatibles y contradictorias a su vida, pero aun así no dejaban de sentir aquel sentimiento por ella...

Arië: Lo normal (dijo Arië a un costado de Haleth para sorprenderle) Es Saludar...
Haleth: Arië... no te vi... no sabia... he venido a... Debemos hablar... (la belleza de la elfa aun le cautivaba)
Arië: (Posando su mano en la mejilla del Rohirrin) Hablemos, pues nada te aclarara mas el corazón y la mente que una buena charla...
Haleth: Te he extrañado? (tal vez no era la mejor forma de empezar una despedida pero era la realidad para Haleth)... Te he pensado casi a cada instante desde que partí de este bosque la ultima vez.
Arië: Caminemos? (dijo Arië tomándolo de la mano y dirigiéndolo hacia fuera) También Rondas mis pensamientos mas seguido de lo que otro lo halla hecho...
Haleth: Esa... era la respuesta que mas deseaba y temía a la vez. El que me extrañes y me pienses como yo a ti es...
Arië: A que has venido en realidad?
Haleth: A verte? tal vez por ultima vez
Arië: Ya no deseas verme entonces
Haleth: No deseo hacerte sufrir con mi muerte... y es lo que te causare si me quedo
Arië: Quien eres para decidir por mi?
Haleth: Alguien que te quiere?
Arië: Lo que decidas debes hacerlo por ti... no por mi... aunque sea considerada joven entre los míos tengo suficiente vida recorrida para saber que algo dentro de mi me impulsa hacia ti como nunca antes me había sucedido con nadie... tal vez sea un arrebato de emoción, o tal vez no... pero es la realidad
Haleth: Sabes que he de morir, sin importar nada mi chispa se extinguirá y tu seguirás tan brillante como siempre viendo a un ser querido morir... que soy yo un simple mortal para hacerte sufrir así?
Arië: Es una forma de pensar un poco cobarde el no afrontarse a ello no crees?
Haleth: Tal vez? aun así es mi decisión, se que en tu futuro solo seré una vela que se consumió luego de alumbrar una etapa de tu vida pasada... pero nada mas... Te quiero y por ello debo partir.
Arië: ...(silencio)?
Haleth: Gracias por todo... Te extrañare
Arië: Y yo a ti

Con un vació creciendo en su interior el Rohirrin se alejo a paso calmado de donde hablaba con la elfa, ahora su destino estaba marcado por su decisión, se sentida como un cobarde por no permitirse la aventura de una vida junto a Arië pero ya nada podría hacerse debía seguir adelante y aunque el recuerdo de su pasado con ella le persiguiera por algún tiempo sabia que debía olvidarla.

Esa noche fue la primera en mucho tiempo en la que Haleth no se dedico a pensar Arië, se decidió a ponerle barreras a esa parte de su vida para superarla, ahora le esperaba un futuro lejos de ella y al servicio de su Rey,Fue Algo necesario (se repetía entre pensamientos)Fue necesario ...
_________________
--------Siempre Listo--------
Dragon Azul
Comunidad De Dragones De PR
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...
Avatar de Usuario
Rittmann
Mensajes: 2427
Registrado: 15 Abr 2007, 17:40
Ubicación: Batallando por la galaxia
Contactar:

Rittmann el Martes, 15 de Enero del 2007 a las 21:26

Mensaje por Rittmann »

Regresar a Rohan fue algo extraño para Haleth. No regresaba a Edoras. Tampoco al pueblo donde había vivido su familia, una aldea no muy lejana de la capital. Acompañando a la hueste de Elfhelm, se separaron del grupo del rey al poco de atravesar las fronteras de la Marca. La del mariscal era una hueste de casi quinientos hombres, todos ellos jinetes procedentes del Folde Oeste, de las tierras que rodeaban la zona del nacimiento del Isen. Eran pocos, sí, pues las suyas eran las tierras que más habían sufrido la embestida de Saruman cuando éste traicionó a los Pueblos Libres, y las cicatrices de aquel conflicto apenas estaban empezando a cerrarse.

Haleth no había estado en aquella región de Rohan desde hacía mucho tiempo. Las largas llanuras de pastos estaban moteadas por rebaños ocasionales de ovejas, con algún pueblo disperso aquí y allí. Poco a poco, los hombres fueron separándose a medida que la hueste pasaba cerca de sus pueblos. Elfhelm no quería entrar en ningún pueblo, pues no quería cargar a las gentes del lugar con las necesidades de su hueste. Prefería que cada cual llegase a su pueblo de origen sin alterar su día a día, y además aquel era un modo más rápido de avanzar.

Erkanshal al fin apareció en el camino, tras ocho días tras partir de Lorien. Era un pueblo de pequeñas dimensiones, apenas una aldea que no contaría con más de doscientos habitantes. Estaba situada al pie de una pequeña loma coronada con una torre de vigía ligeramente fortificada, que Elfhelm se encargó de confirmar como la torre del capitán Rorandom. Junto al pueblo, una pequeña barranca y algunos campos de cultivo completaban el lugar, que se veía claramente que era un pueblo volcado en sus rebaños.

Elfhelm : Erkanshal. No es muy grande, pero controla estas tierras al sur de Fangorn. Gente humilde pero trabajadora, que ha aportado hasta ocho jinetes a nuestra expedición. Pero lo más importante, es que en sus tierras está el paso sur de Fangorn. Astur Rorandom controla este paso, y con los tiempos que corren de alianzas con pueblos extranjeros, Éomer cree que esta se puede convertir en una zona de paso para caravanas que vayan hacia el nuevo reino del norte, buscando el paso del Isen ahorrando algunas jornadas de viaje.

Haleth : Pues es una zona muy poco poblada.

Elfhelm : Erkanshal es el pueblo más grande de esta zona. Hay ocho aldeas por aquí bajo el señorío de Rorandom. Entre todas, deben sumar cerca del millar de almas. Sigue sin ser mucho, pero si esto se convierte en una zona de paso, no dudes que vendrán colonos. Como tú mismo.

Con aquellas perspectivas inciertas en el horizonte, Haleth llegó a las puertas del pueblo acompañado del mariscal. Siete jinetes les acompañaron, hombres que regresaban a sus casas, mientras la hueste principal se quedaba en las afueras a la espera del regreso del mariscal. Uno de los jinetes que regresaba a casa dijo que se ocuparía de dar la noticia a la viuda que había dejado el octavo jinete, el que no había regresado de la guerra.

Así, Elfhelm y Haleth se acercaron a la torre de vigía. No era muy grande, aunque sí se la veía robusta. Alrededor de una almenara preparada para encender fuegos de aviso, se había reconstruido la muralla antigua del lugar en tiempos recientes. Probablemente, durante la rebelión de Saruman, o durante los años siguientes. Un mozo trabajaba en el establo del torreón cuando llegaron, entrando a través de las puertas abiertas. Junto al torreón, había dos edificios: una caballeriza, y una vivienda, presumiblemente para el servicio a cargo del señor del lugar. El mozo estaba trabajando con una pila de paja junto a la puerta.

Mozo : Saludos, nobles señores - dijo el mozo tan cortés como pudo al ver las insignias del mariscal y el capitán -. ¿Qué les trae a este lugar?

Elfhelm : Llama a tu señor Rorandom, y dile que Elfhelm de la Marca ha venido a verle.

El mozo reconoció al mariscal de inmediato, y dejando la pila de paja inmediatamente, se lanzó casi a la carrera hacia la torre. El viejo Rorandom salió poco después envuelto en una bata, ayudado por una chica y apoyado en un bastón.

Astur Rorandom : Salve, Elfhelm, señor de caballos, mariscal del Folde Oeste. Hacía mucho que no nos veíamos.

Elfhelm : Me alegro de ver que sigues en pie, Astur.

Astur Rorandom : Bueno, la artrosis hace mella en mi, pero por suerte Ecaterina me ayuda con las tareas más engorrosas. Y para alguien de mi edad, es un alivio. ¿Qué te trae a mi casa? Pero dejémonos de formalidades, que aquí hace frío. Entrad en casa. ¡Parlo!

Mozo : ¡Sí, señor! - respondió el mozo al momento.

Astur Rorandom : Parlo, lleva los caballos del mariscal y el joven capitán al establo, y dales agua, avena y un buen cepillado.

El mozo asintió diligente, y tras desmontar Elfhelm y Haleth, tomó a ambos caballos por las riendas y se los llevó mientras los demás entraban en la torre. El interior de la torre estaba forrado en madera, y era inusualmente confortable para ser una construcción de gruesa y fría piedra. Un hogar bien alimentado ardía en brasas en un rincón, y algunas linternas de grasa iluminaban cerca del hogar lo que la luz natural no lograba iluminar en aquella oscura torre. Dos armaduras completas de elegante factura estaban colgadas en sus perchas flanqueando la puerta, y algunas estanterías llenas de libros en buen estado completaban la sala de estar, además de los elementos más típicos: una mesa, varias sillas para invitados, algunos utensilios para el fuego, algo de decoración... Astur invitó a sentarse a Elfhelm y a Haleth y pidió a la muchacha que les fuese a buscar algo caliente para beber y reconfortarse.

Astur Rorandom : Ese meara que monta tu amigo, Elfhelm, es impresionante. ¿Quién eres, muchacho, que tan joven ya luces los emblemas de un capitán de la marca?

Haleth : Soy Haleth, hijo de Hama - respondió Haleth con un cierto tono de orgullo en su voz.

Elfhelm : A su padre le conociste. Sirvió a Théoden como guardia real.

Astur Rorandom : Hama... Sí. Cayó en la emboscada de los huargos, ¿no? Me enteré tras la batalla de Cuernavilla. Siento lo de tu padre, muchacho.

Haleth no supo qué decir.

Astur Rorandom : Ese caballo, ¿era suyo?

Haleth : Thelias, pertenecía a mi familia. Me lo dieron cuando me enviaron a Góndor a aprender en Minas Tirith táctica militar.

Elfhelm : Haleth ha destacado en la guerra de Lorien, alcanzando el rango de capitán. Éomer mismo hizo el nombramiento.

Astur Rorandom : Oh... - clamó poco impresionado Rorandom -. No está mal, no.

Elfhelm : El rey Éomer cree que sería bueno que se quedase contigo aquí, aprendiendo de ti, y preparándose para ser un día el señor de estas tierras.

Un largo silencio siguió a aquellas palabras, interrumpido únicamente por el trajín de la muchacha sirviéndoles té caliente. El rostro del viejo Rorandom era casi petreo, aunque sus ojos buscaron en un par de ocasiones las armaduras de la puerta.

Elfhelm : Eso es lo que nos trae aquí - añadio el mariscal.

Astur Rorandom : Sí - dijo al fin Astur Rorandom -. Imagino que es hora de tener un heredero, de dejar ir a mis hijos. Haleth, ¿eh? Bienvenido a Erkanshal, muchacho.

Imagen Bien, empieza el interludio de diez años de Haleth. En este primer turno, te tocará describir las tierras de Rorandom. He dado unas primeras indicaciones de las mismas, pero los detalles te los dejo a ti para que los crees. Si tienes dudas de si algo es inapropiado, no dudes en consultármelo.
_________________
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...

Visita www.rolhistorico.org - La web para jugar la Historia
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...
Avatar de Usuario
Rittmann
Mensajes: 2427
Registrado: 15 Abr 2007, 17:40
Ubicación: Batallando por la galaxia
Contactar:

JJDLTC el Domingo, 10 de Febrero del 2007 a las 00:59

Mensaje por Rittmann »

Mas de nueve años habían pasado ya desde la llegada de Haleth a Erkanshal acompañado de los siete jinetes de los pueblos cercanos y de Elfhelm, a pesar de ser un extraño en tierras nuevas su estancia nunca fue incomoda, en todo momento fue tratado con cortesía y respeto aunque al parecer de Haleth a Astur Roradon le costo algún tiempo acostumbrarse a su presencia, a la presencia de un heredero ajeno a su sangre y su crianza, esto se vio evidenciado mayormente en los primeros meses de su estancia pero con el tiempo esta muestra de desinterés o bien desapareció o simplemente Roradon lo disimulaba con tal eficacia que no se notaba, cualquiera fuera el caso Haleth trataba de aprender lo mas que podía sobre como ser un Señor de esas tierras tan apreciado y respetado como lo era ahora su nuevo mentor Roradon.

Con el paso del tiempo Haleth recorrió gran parte de las tierras que circundaban a su nuevo hogar, pues le parecía que el no explorar y conocer una extensión tan grande y amplia de tierra era un total fracaso para si, deseaba ver todo lo que algún día seria la razón de sus gritos de guerra, quería conocer a las personas por las que derramaría su sangre y a quienes debía proteger del mal que mas que seguramente pronto atacaría a toda la tierra. Comenzó por visitar a los jinetes con los que había compartido viaje hacia Erkanshal, todos y cada uno le recibían con los brazos abiertos por varias jornadas en sus hogares, Haleth disfrutaba del paisaje en cada viaje (pues eran distantes unos de otros al tener que atender algunas instrucciones y entrenamientos de Roradon), toda oportunidad para admirar la belleza de aquel territorio era aprovechada, desde los ruidosos bosques y arroyuelos hasta los desiertos cálidos y silenciosos eran disfrutados por la vista de Haleth..

Ya pasados un par de años Haleth se dedico a ir en busca de los jóvenes en edad adecuada para comenzar su adiestramiento como hombres de armas, como jinetes y como arqueros, todo aquel que tuviera la convicción de unirse al entrenamiento era bien recibido, algunos iban por temor a ser visto como cobardes, otros iban en busca de gloria y renombre, algunos pocos llegaban por la mera ilusión de conocer nuevas tierras pero todos volvían a sus hogares con un solo ideal, La Protección De Su Patria, Su Hogar Y Su Honor.

Haleth era un buen guerrero pero le costo un poco el comienzo como instructor, pues sus destrezas eran algo propio y desconocía como transmitirlas y hacerlas entender ante nuevas personas, pero gracias al apoyo de Roradon logro enfocarse de la manera correcta y sacar lo mejor de si como entrenador. A menudo veía algún joven decepcionado por su imposibilidad de ser jinete al no tener los recursos para costear un caballo, pero Haleth haciendo acopio de fuerzas siempre evitaba deserciones prematuras convenciéndoles de que cada guerrero era importante en una batalla sin importar su rango o cabalgadura, lo que importaba era el valor y pasión que colocaran para vencer, a menudo también les decía ?Si tu no estas entrenado quien defenderá nuestras tierras cuando el deber llame a los jinetes?... como vez todos somos de vital importancia?

Al principio de su décimo año de estancia Haleth ya contaba con un buen puñado de hombres entrenados que darian su vida por proteger su hogar y de ser necesario irían a batalla, también tenia un poco mas de una decena de nuevos jinetes, jóvenes y briosos a los que se le sumaban los siete antiguos jinetes aun activos que viajaron con Haleth de vuelta a Erkanshal.

Roradon se veía cada vez mas deteriorado pero se negaba a echarse a morir en una habitación y siempre que podía salía a tomar aire y reflexionar mientras observaba el paisaje, él sentía un afecto especial por una pequeña caída de agua que había a las afueras de Erkanshal, era una zona visible y tentadora pero de muy difícil acceso y eso era una de las cosas que mas interesantes le hacían, pues casi ninguna persona había llegado a bañarse en sus aguas cristalinas y admirar las vistas desde hay, afortunadamente Roradon era una de esas personas y incito a Haleth a hacerlo (cosa que quedo solo en sus planes pues siempre debía posponer aquel viaje) pero esas pendientes escabrosas y poco accesibles siempre tentaron al muchacho.

En compañía de Haleth, Astur compartía aquellos momentos de reflexión (cosa que gratificaba mucho al chico), muchas veces estas reflexiones comenzaban como simples monólogos de Astur pero al poco tiempo se volvían charlas amenas donde ambos combatían ideas y discutían sobre algunos intereses.

A pesar de todo, había algo que sin importar el tiempo que llevaba en aquellas tierras aun soñaba a cada noche (y silenciaba en las mañanas), soñaba con el rostro de Arië, con su voz que curaba la nostalgia y desvanecía las distancias. Pero al despertar todo se desvanecía, ella no estaba a su lado y sabia que nunca lo estaría aunque luchara hasta el final, aun así, su recuerdo acompañaba los sueños de Haleth a cada noche y hasta cierto punto esto le agradaba, pues le impedía llenarse de odio innecesario hacia viejos enemigos (El Hechicero Desconocido) y en cambio dedicaba sus noches a reposar observando la belleza de un imposible.

-------------
Imagen Pues si lo admito Imagen no tiene mucha descripcion de paisaje pero es que quice ubicarte en el chat de PR varias veces y pos como no lo logre decidi no ahondar mucho en las descripciones
Imagen Creo q del resto lo que queda es tu opinion xD...
_________________
--------Siempre Listo--------
Dragon Azul
Comunidad De Dragones De PR
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...
Avatar de Usuario
Rittmann
Mensajes: 2427
Registrado: 15 Abr 2007, 17:40
Ubicación: Batallando por la galaxia
Contactar:

Re: Capítulo 7-O: Entre Dos Mundos

Mensaje por Rittmann »

Astur Rorandom estaba sentado junto al hogar con la leña ya prácticamente convertida en brasas. Haleth se acercó al fuego y añadió un par de leños, y tras colocarlos con las pinzas del fuego, se acercó a su padrastro y le ajustó la manta con la que se cubría los cada día más frágiles huesos. Astur agradeció en voz baja y se quedó dormido como un pajarillo en su nido.

Haleth suspiró, y abandonó el salón para salir a la puerta. La luna estaba en cuarto creciente amagando su presencia entre algunas nubes quebradas, y el frío aire del norte lo sorprendió tras el calorcillo del interior. Pero esa noche, Haleth estaba nostálgico, y quería contemplar el rostro de la luna. Había descubierto que mirando a Isil, como la llamaban los gondorianos de la vieja sangre, en cierto modo veía también a su dama elfa, perenne, inmaculada. Él en cambio ya empezaba a asomar canas y algunas arrugas en los ojos.

Rorandom: Tienes que olvidar a esa mujer que te embrujó, Haleth - le había dicho Astur -. No sé qué mujer puede hechizar a un hombre del modo que lo estás tú, pero desde luego llevas aquí el suficiente tiempo como para haber encontrado una moza casadera. ¡Y no será porque no te haya traido a más de una muchacha de noble linaje!

Haleth suspiró. La guerra llegaría. Podía notarla como si de truenos en una lejana tempestad escondida tras las montañas se tratase. Tardaría más o menos, pero llegaría. Y él seguía solo, y a veces se preguntaba si alguien lo lloraría si caía en la guerra. Bueno, su madre sí lo haría. La pobre había venido algunas veces a verlo en su señorío, y de hecho Haleth estuvo tentado en invitarla a quedarse a vivir con él, pero su madre se había acostumbrado a Édoras, y la vida en Erkanshal era dura para una mujer que ya empezaba a ser mayor. Siempre que la veía, además, ella le decía lo mismo. ¿Cuándo le daría un nieto? Era ya la única ilusión que le quedaba en la vida.

Y mientras Haleth envejecía y su tiempo menguaba como aquella luna, Arië seguía perenne en el Bosque Dorado, apenas ocho días de marcha tranquila a caballo, menos aún si Thelias se ponía serio. Levantándose de las escaleras, Haleth se acercó a los establos y buscó en la oscuridad a su montura. Thelias le saludó con un meneo de cabeza y un suave relincho, al que Haleth respondió con una palmada sobre el cuello.

Haleth: Lo sé, viejo amigo. Es tarde, pero otra vez me cuesta dormir.

Thelias apenas era visible en la penumbra, pero sus ojos refulgían bajo la leve luz de un modo que era inequívoco. Thelias también notaba el pesar de Haleth, su duda interior, y sufría por ver a su jinete de aquel humor. Con el cuello acarició la melena rubia de Haleth, y por un momento el rohirrim se sintió aliviado al tener a su amigo a su lado.

Haleth: No recibí ninguna herida en Lorien tan profunda de orco, como la que recibí de una mujer elfa. Pero mi tiempo es breve, Thelias. El pueblo crece, la gente me trata bien, y los muchachos aprenden... Pero yo... A veces creo que mi vida terminó en Lórien. Aquí me siento un extraño. ¿Cómo es posible, si esta es mi patria, mi señorío, mi lugar?

El sol se levantó perezoso, y más perezosas se abrieron las pestañas de Haleth. Hablando con Thelias, se había quedado dormido sentado junto al caballo, y éste le había aguantado y se había quedado a su lado para evitar que cogiese frío. Lo había logrado en parte, pero Haleth notó su barba fría y su cara congelada. Desperezándose, se levantó y regresó a la torre con Rorandom. El anciano seguía durmiendo bajo su manta, pero el fuego estaba casi extinto, de modo que Haleth lo renovó con más leña.

Quizás fue a medio poner la leña cuando se dio cuenta que el suave ronquido tan característico de Astur Rorandom se había desvanecido en la noche. Y su presentimiento se tornó realidad cuando se acercó al ya difunto anciano que había muerto una fría noche de otoño en su propia casa. Ahora era el señor del lugar.

:arrow: Esto sucede unos cuatro años tras la llegada de Haleth a Erkanshal. Es por ello que a partir de aquí, me gustaría que narraras el funeral de Rorandom, y un poco unos cuantos recuerdos de cosas que puedas haber vivido con él, aprendido de él...

:arrow: También es un turno para ver qué piensa Haleth de su futuro: ¿buscará esposa? ¿Se quedará soltero de por vida? Son cosas que, si vas a hacerlas, o es ahora, o es nunca.
Zu jeder Zeit, an jedem Ort,
ist das Tun der Menschen das gleiche...
Avatar de Usuario
jjdltc
Mensajes: 82
Registrado: 15 Abr 2007, 22:01

Re: Capítulo 7-O: Entre Dos Mundos

Mensaje por jjdltc »

Un nuevo día comenzaba y Haleth se encontraba junto a Thelias con los pensamientos sumidos en lo que fue su pasado y lo que seria su futuro, inmerso en una laguna de imágenes Haleth observaba como su imaginación lo llevaba a todas las posibilidades que a el se le ocurrían para un final a la vida, parecían infinitas, algunas juntos a una familia he hijos por los cuales se sentiría orgulloso, otras en soledad luchando por defender a su rey y su patria, incluso logro distinguir varias que representaban mezclas de ambas, pero un par de esas imágenes lograron que se sumiera aun mas en aquel trance, en una de ellas estaba él que ya había sufrido las embestidas del tiempo y a su lado Arië con un rostros que simbolizaba su mas grande temor, ella sufría por que el debía morir y eso era algo que Haleth no le deseaba a Arië; aun así, otra imagen se superponía a esa, era el envejeciendo junto a alguien que no lograba distinguir, pero eran felices y eso traía un candido momento al corazón de Haleth.

Luego de decidir que debía liberarse de aquella trampa que su imaginación junto a sus sentimientos le habían tendido y comprender que su futuro seria la soledad, se dispuso a ir a la torre para asearse y comenzar a afrontar el día de una mejor manera, pero ese no seria un día común, esto lo descubrió al percatarse que su mentor de los últimos años no despertaría nunca mas.

Haleth estaba camino al funeral, seria al atardecer para despedir al señor que todos respetaban con una magnifica puesta de sol, sin embargo mientras él se dirigía hacia el lugar Haleth comenzaba a recordar lo que había vivido junto Rorandom, tal vez su mentor no estaba tan incrustado en sus sentimientos como él quisiera pero era alguien que sin duda jamás olvidaría, recordaba como, tiempo atrás en una charla junto a Astur logro dispersar a los fantasmas que aun le perseguían por sus acciones en Moría, gracias a Rorandom ya esas decisiones eran parte de un capitulo cerrado y algo que no debía nublar su juicio en el futuro.

Que decir, se preguntaba el jinete mientras estaba casi llegando al lugar de sepultura de Rorandom, él no era el más indicado para hablar y dar una despedida digna a Astur, pero debía de hacerlo, las palabras debían surgir de su interior para expresar sus sentimientos y demostrar a los presentes que aquella perdida era algo doloroso pero no era el final del camino.

Haleth: Hoy, un líder irremplazable ha partido y no podemos mas que honrarlo y recordarlo en su grandeza, seguir sus pasos y guías para asegurarnos que sus ideales y los nuestros siempre estén encaminados al triunfo.

Haleth: Hoy? Debemos de mirar al futuro con la experiencia del pasado?

Sin saber que mas decir, he incluso desconociendo si sus palabras fueron las correcta Haleth se quedo en silencio mientras el ritual culminaba e incluso un poco mas, mientras los presentes se retiraban.
*** JJDLTC ***
Cerrado

Volver a “Los Hijos del Dragón [ESDLA RMF]”