Capítulo III: Nuevos Horizontes

Para recuperar lo que más se quiere, cualquier precio a pagar es pequeño; incluso la vida propia.

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Atanvarno
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Atanvarno »

Kaiken Matsumoto

Agaché la cabeza. Poco podía decir frente a aquella respuesta. ¿Qué podía hacer? ¿Realmente merecía la pena tanta molestia? ¿Qué podía hacer un extranjero infiel frente a aquella gente? Quizás me hubiera compensado más buscar a otro pero sentía que, al menos, aquel hombre necesitaba una explicación. Al menos tener una conversación con su hija.

- Sinceramente, no sé como podría resolver esta situación. Lo único que puedo hacer es averiguar que ha pasado con sus cartas y conseguir noticias de su hija e intentar un contacto entre ambos. ¿Sabe dónde reside desde que se unió a la Inquisición? Por cierto ¿Cómo se llama?

Me levanté y me despedí de Julián.

A la salida, conté a mis compañeros la situación. Había pensado visitar, más tarde o mañana por la mañana al párroco Don Francisco y contarle la situación y ver si podría utilizarle como medio para contactar con la hija de Julián o averiguar algo.

Tras salir de allí iré a buscar un taller de paños.
Isildur
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

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Kinko
Distrito Barrio Nuevo


Rikku
26º día del mes de Akodo de 1186, Atardecer, Soleado

Tras la visita a Yasuki Sojiro, regresaste a la ciudad tras descender del Takamichi.
El ambiente seguía enrarecido por los ataques del día anterior, con la gente andando deprisa y con un gran despliegue de guardias.
Llegaste a Aramachi, y luego al Cuartel de la Guardia de Oro, donde a empezabas a ser conocido y apenas te hicieron preguntas.

OR: Aparte de hablar con Hideo, no tengo muy claro que pretendes hacer aquí, así que ya dirás. Saludos!
Isildur
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Isildur »

Merenae
Baroma


Matsumoto
El artillero se mostró sorprendido por tu interés.
(M)Reside en la Sede de la Inquisición de San Cristóbal y se llama Elvira Salazar. Es una joven de cerca de veinte años, de piel pálida y cabellos oscuros...
Si lograrais hacer que se comunicara conmigo de algún modo, os estaría muy agradecido.
explicó Julián.

Tras ello, decidiste ir a una tienda donde vendieran paños, de las que no te costó encontrar un par no muy lejos de donde estabas.

OR: Ya dirás qué pretendes hacer. Saludos!
Rafinha
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Rafinha »

BORRAR
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Atanvarno
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Atanvarno »

Kaiken Matsumoto

Me despedí de Julián y partimos hacia una tienda-taller de paños. Por allí cerca habían varias opciones y me decanté por la que más variedad de gamas tenía.

- Buenas tardes- saludé cortés mientras me quitaba el sombrero.

- Me llamo Matsumoto. Soy un comerciante extranjero y busco paños que me resulten interesantes para vender en mi país. Enséñeme gamas y precios, si es tan amable.

................................................

Tras la visita a los fabricantes de paños y los bodegueros, nos dirigimos a la parroquia de San Nicolás, en el barrio de La Jineta. El párroco, Don Francisco, era amigo mío y quería ver si podía ayudarme con el asunto de Elvira. Sin la ayuda de alguien de dentro, veía casi imposible la idea de contactar con la hija del artillero.

Llovía ligeramente en La Jineta, un barrio humilde aledaño al puerto en donde vivían mayoritariamente familias de sirvientes y profesionales de baja cualificación y aparceros, aunque también había una zona donde vivían funcionarios de bajo rango. Su parroquia era gris y con un encanto misterioso, sobretodo bajo aquel cielo plomizo y lluvioso. Doña Begoña, una beata cotilla y complaciente de cerca de los 60 años, nos recibió casi a la entrada y avisó a Don Francisco de nuestra llegada. Doña Begoña era una buena y amable mujer. Siempre me trataba con cariño pero le corroía que no me hubiese bautizado y andaba siempre minando mi conciencia con eso. Yo, por supuesto, la deba largas siempre con ese asunto.

- ¡Buenas tardes, Doña Begoña! Se le ve radiante y de buena salud ¡como siempre! ¿Está Don Francisco por aquí?

Cuando llegó el cura, nos dimos un fuerte abrazo, risueños.

- Padre Francisco ¡Qué alegría volver a verle!

Tras las presentaciones me metí en materia.

-Mire, padre. Necesito su ayuda. Se trata de un amigo: su hija ha entrado en la Inquisición y está preocupado por ella porque hace tiempo que no contesta a sus cartas. El caso es que desea volver a verla, o al menos contactar con ella. ¿Podría usted averiguar qué es de ella y ver si podemos ponerla en contacto con su padre? Ella se llama Elvira Salazar. Siendo usted un "ministro" de Dios pensé que le resultaría más sencillo tratar con esa gente y acceder a cosas en donde cualquier laico no podría...
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Shukei
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Shukei »

HARUNO

El ronin cabalgaba cerca de Sakura todo el camino. Las contadas veces que sus miradas se cruzaban, el la dirigía hacia otro lado, avergonzado por su actitud el día anterior. No tenía excusa, y solo se había dejado llevar por sus deseos carnales. El se consideraba un hombre de fuerte autocontrol, tendría que haber sido capaz de aguantar el deseo, sobre todo con una samurai-ko tan hermosa y delicada.

Solo Eijiro se le aproximó durante la cabalgada, y cuando lo hizo solo trató de clavar aun más la espina. Pero esa información era valiosa para Haruno, que comprendía que este había estado todo el tiempo atento a ellos, y que tenía varios espías a su servicio, puede que incluso en las Arenas, pues su confianza no parecía haber menguado tras abandonar el Imperio. No era uno con el que el samurai podía permitirse un desliz.

Juntos en la última parada, la situación no había cambiado, Haruno y Sakura no habían hablado, y solo podía entreverse que los peligros aumentarían a partir de aquella noche. Esta será la última noche en algo civilizado pensó conforme dirigía la mirada hacia el vasto desierto que se abría ante ellos. Una mujer le acercó un vaso con la leche fermentada, Kumis dijo conforme él tomaba el brebaje y probaba de su fuerte y agrio sabor. La extraña mezcla de aromas y leche fermentada le resultó familiar, propio y le recordó a su hogar, a los olores que sus padres desprendían.

Sobre un plato de madera, Haruno se echó una porción de la mezcla de arroz y carne. El olor era fuerte, penetrante, intenso. Le hizo salivar fuertemente. Podría ser de las últimas comidas decentes en mucho tiempo. No había palillos por doquier, y pronto vio que era con las manos que se debían alimentar, ahora comprendía porqué le habían instado y obligado a lavarse las manos tan fervientemente. había extraños frutos arrugados de brillante color ámbar y otros negros. Dubitativo, el ronin esperó a ver a los demás disfrutar de sus platos, antes de empezar a alimentarse, primero tímidamente, pero luego, tras saborear, con gran interés.

Delicioso! pronunció con arroz aun en la boca.
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Atanvarno
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Atanvarno »

Kaiken Matsumoto Anexo

- ¡Ah! Por cierto...- hurgué en mi bolsillo y saqué una reluciente moneda de oro que mostré al cura y la beata muy intencionadamente- una donación para el cepillo de la iglesia.

Nunca antes había donado nada y a pesar del aprecio entre Don Francisco y yo y de que el hombre era un hombre de bien que no estaba de más un poco de ayuda a la causa y por la causa: Don Francisco tenía sus ocupaciones y había que motivarle un poco, por si acaso, y había que hacerle ver que la cosa era seria.

He estado pensando que quizás pareciese que me excediera un poco con éste personaje de Don Francisco, ya que es como sacarme un aliado de la manga y aprovecharme de ello. Si no lo hubiese inventado, habría recurrido a un cura igualmente, con la ayuda de "una donación". He hecho la donación para compensar el hecho de haber creado el personaje.
La invención del pnj es puramente narrativa, considerando que Matsumoto hizo amigos durante su estancia allí.

Saludos!
Isildur
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Isildur »

Kinko
Distrito Barrio Nuevo


Rikku
26º día del mes de Akodo de 1186, Atardecer, Soleado

Tras pedir audiencia con el Capitán Akodo Jinei, el veterano Bushi no tardó en recibirte.
Parecía bastante ocupado, con varios guardias revisando mapas de la ciudad; probablemente buscaban lugares donde los autores del ataque del día anterior podrían esconderse.

Rikku-san, me alegra veros por aquí. ¿Habéis ya decidido algo sobre mi propuesta? preguntó con interés.
Isildur
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Isildur »

Merenae
Baroma


Matsumoto
El vendedor de paños se mostró sorprendido por que alguien de tu aspecto le hablara de negocios tan tranquilamente.
(M)Ah, sí, claro... dijo, y empezó a traer rollos de tela ayudado por un mozo que se le parecía bastante.

La calidad era buena en general, había de distintos tonos y diseños.
También te mostró paños ya hechos, con un acabado destacable.
Especialmente unos fabricados en una tela blanca y bordados con un hilo dorado.
(M)Estos los suele comprar el Duque de Soldado. Dudo que encontréis mejores telas por la ciudad...
En cuanto a precios... podríamos hablar. Estos de aquí podría dejarlos por 2 cobres por pieza si el pedido es superior a 50 unidades. Estos... podría dejarlos por 1 de plata por pieza por pedidos superiores a 20 piezas...
dijo, señalando uno y otro tipo de telas.


Ya en la iglesia, visitaste al Padre Francisco, que en ese tiempo había ganado canas, pero seguía ejerciendo cada día como era costumbre.
(M)¡Pero que ven mis ojos! ¡Gracias al Señor que has vuelto por aquí! dijo, dándote un fuerte abrazo.

Agradeció tu donativo, pocas personas daban una moneda de oro así como así, pero se mostró algo más cauto con tu petición.
(M)Vaya, yo que pensaba que venías a bautizarte de una vez y me vienes a pedir que hable con una inquisidora...
En otros tiempos no habría habido problemas, pero desde que el Archisacerdote Tevus tomó el mando...
Creo que será algo que tardará su tiempo, si es que se dignan a escucharme...
Los Inquisidores se han vuelto secretistas y actúan de manera cruel y despiadada... Se han vuelto una organización fanática y que poco tiene que ver con los supervisores de Theus que deben ser.
El Archisacerdote Tevus es un fanático que fue expulsado del monasterio de San Juan por causar daños a varios novatos... Estuvo mucho tiempo alejado de la iglesia, nadie sabe exactamente haciendo qué. Se unió a la Inquisición y en poco más de dos años ya era su líder tras retirarse inesperadamente su predecesor hace cosa de un año.
Desde entonces, han habido desapariciones, asesinatos públicos, hogueras humanas... Un verdadero infierno...

Dudo que se dignen a escucharme... Es más, yo de tí andaría con cuidado con ellos...
explicó el párroco, algo preocupado por tu consulta.
Rafinha
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Rafinha »

Kakita Rikku

El duelista se presento ante Jinei con una profunda reverencia marcial.

- Akodo Jinei-sama.-se dirigio al Capitan- Lamento interrupiros en un momento como este.-se disculpo- Asi es.-le confirmo- He venido a ofreceros mi espada. Con gusto servire en la Guardia de Oro.-se inclino ligeramente hacia delante con el puño cerrado de su mano habil sobre el corazon- Mas ahora debo partir a tierras Grulla, no sin antes hablar con Hideo en caso que eso fuera posible. Me gustaria tener unas palabras con el prisionero antes de partir.
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Isildur
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Isildur »

Las Arenas Ardientes

Haruno
3º día del mes de Doji de 1186, Ventoso, Mañana

Tras pasar con calma la última noche en el campamento, partisteis por fin a las Arenas Ardientes.
El clima, a medida que avanzabais, era más seco y cálido. El calor era tan intenso que sin darte cuenta empezabas a estar empapado por el sudor.
Peor aún lo tenían tus compañeros acorazados, especialmente Sheng.

El camino no estaba definido, pero aún así habían algunos ligeros rastros de antiguos viajeros o caravanas, que a medida que avanzabais se iban perdiendo.
La extraña sensación de estar solos ante la nada era evidente, y los únicos signos de vida que veías de vez en cuando eran las águilas o buitres que buscaban sus presas.

El camino seguía, con los caballos comenzando a notar el cansancio que suponía el irregular terreno con el asfixiante calor.
Sakura te comentó que buscaría a los exiliados quienes podrían informaros del actual paradero del ejército al que seguíais la pista.

Con todo, llegó la noche, y como ya recordabas la temperatura bajó considerablemente, tanto que obligó a hacer un fuego para poder pasarla, junto a las mantas que habíais traído.
Por la noche te pareció ver sombras de alguna criatura gigantesca, pero debió de ser alguna confusión por la intensa luz de la luna.
De lo que sí estabas seguro, es de haber escuchado los aullidos de lobos, que no parecían demasiado lejos de vosotros.

Al llegar la mañana, todo se tranquilizó y proseguisteis el camino.
El día se presentaba con un fuerte viento que levantaba las temibles tormentas de arena.
Sakura dijo que era demasiado arriesgado proseguir, pero Sheng insistió en que perder tiempo escondidos era un desperdicio.
La discusión entre ambos parecía subir de tono por momentos, cuando el Moto llamó "niñata cobarde" a Sakura... Eijiro observaba la escena como si de un espectáculo se tratara, pero o hacías algo o el asunto podía terminar de mala manera.
Isildur
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Isildur »

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Isildur
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

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Kinko
Distrito Barrio Nuevo


Rikku
26º día del mes de Akodo de 1186, Atardecer, Soleado

Jinei te miró satisfecho, era un hombre que no mostraba demasiadas emociones, pero su amago de sonrisa podía considerarse todo un logro.

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Me alegrará teneros en mis filas. La Guardia de Oro se enfrenta a momentos de incertidumbre y su capacidad será puesta a prueba. No es un momento dulce para unirse a la guardia, me temo, pero sed bienvenido.
Aguardaremos a vuestra vuelta entonces.
dijo a modo de despedida el León.
Tampoco encontraste trabas para visitar a Hideo en los calabozos.

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El Doji estaba sentado, cabizbajo, y no se movió ni dijo nada cuando vió verte llegar.
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Atanvarno
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Atanvarno »

Kaiken Matsumoto

En las tiendas
Los precios me parecieron bastante razonables. Era lo que tenía comprar directamente de la fábrica.

-Está bien. Me llevaré 150 rollos y 50 paños bordados.

Fui escogiendo de distintos colores y bordados, de forma que pareciesen lo más únicos posibles. También pregunté donde podría encontrar alfombras y tapices.

- Prepáremelos y guárdelos aparte. No me los voy a llevar ahora sino en unos días. ¿Cuando llegue el día, podrán llevarlos al puerto?

Tras marcharnos de allí, visitamos la fábrica de tapices y alfombras.

Con Don Francisco

Don Francisco no estaba nada convencido, de hecho quería escaquearse. Le rodee la espalda y le tomé por el hombro para aproximarle a mí en gesto de confianza e intimidad.

-Padre. Si acudo a usted es precisamente por que, al ser usted "ministro" de Theus, deberían confiar en usted... Pero veo que las cosas se han puesto complicadas. Mire: Ahora no tengo tiempo, pero cuando haya resuelto todos mis asuntos en Merenae vendré a verle y pondremos en práctica un plan- le dije, mientras caminábamos alrededor de la oscura y fresca iglesia- Como tengo que ir a San Cristóbal, echaré un vistazo a ver cómo es la sede de la inquisición. ¿Sabe usted algo de cómo está dispuesta por dentro? ¿Tiene algún plano? Se me ocurre que podría hacerme pasar por un novicio que quiere ingresar en la Orden. Usted sería mi introductor y valedor...

En algún momento, tendría que largarme de allí y desaparecer. en tal caso podría poner en riesgo a Don Francisco. El plan no era bueno, había que cambiarlo.

- Perdone, padre, no había pensado en el riesgo que correría usted cuando desapareciese yo de allí. Pensaré en otra cosa... Quizás, si me deja la ropa y los abalorios adecuados...
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Shukei
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Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes

Mensaje por Shukei »

HARUNO

Haruno cabalgaba sobre su caballo a pesar de las inclemencias del tiempo. De cuando en cuando se pasaba la manga de su túnica por su sudorosa frente cuando el sudor comenzaba a caerle por los ojos y meterse en su boca. Sentía la tentación de tomar más y más agua, pero su fortaleza le permitió aguantar el deseo en más de una ocasión, pues la cantidad de la que disponían era limitada y apenas habían comenzado su divagar en las arenas.

Miraba a sus compañeros de viaje, ataviados con sus armaduras, y se cuestionaba si el peligro era tan grande como para que renunciasen a la comodidad de viajar sin ella puesta, o tal vez reducirla al mínimo posible. Pero seguramente su orgullo de samurai les impediría quitarse la armadura, así que se guardó sus pensamientos.

El ronin no podía distinguir el camino que Sakura seguía. Apenas podía determinar la dirección en la que caminaban si no fuere por el brillante sol encima de sus cabezas. Pero parecía que la Unicornio comprendía donde estaban y apenas titubeaba en elegir el camino. No había indicativos, no había señal alguna, solo silencio absoluto, roto por el viento que comenzaba a fortalecerse. Al día siguiente el viento era tan fuerte que movilizaba la arena, y parecía que les rodearía en una temible tormenta de arena.

El ronin permaneció asombrado observando la gran nube de arena que les amenazaba mientras Sakura discutía abiertamente con Sheng. La discusión ascendía rápidamente conforme uno y otro se replicaban. Eijiro no haría nada al respecto, aunque solo él podría detener a Sheng seguramente, y las cosas estaban escalando rápidamente.

Sumimasen, honorables samurai-sama Interrumpió el ronin con potente voz interponiéndose entre ambos. El viento es fuerte y parece que no nos dejará en paz. Aunque el tiempo apremie, no tiene sentido que tratemos de movernos en esta tormenta si no podemos guiarnos a través de ella. Tanto Eijiro, como yo, podemos perdernos, pues no somos tan hábiles como ninguno de ustedes; y perdernos significaría nuestra muerte. Con aquello tal vez el otro Unicornio comenzaría a preocuparse y ayudar a detener la disputa.
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