Kinko
Distrito Barrio Nuevo
Rikku
25º día del mes de Akodo de 1186, Mañana, Soleado
Estudiaste a tu oponente; su respiración estaba algo acelerada, y apretaba con fuerza el mango de su katana.
Estaba nervioso.
El árbitro alzó su abanico para dar comienzo al duelo.
¡Shobu! gritó, con la palabra que daba inicio a los combates o duelos de este tipo.
El Suzume no esperó, fue al ataque. Pero ya lo habías previsto, sabías por su ansiedad que se lanzaría al ataque a las primeras de cambio.
Desenvainaste con velocidad y antes de que el Gorrión pudiera siquiera sacar la mitad de su filo, se encontró con un fino corte en su pecho.
El árbitro no lo dudo.
¡Shobu ari! gritó ante los aplausos del público.
Especialmente ruidosos eran los aplausos de un tipo, que viste enseguida por que su cabeza sobresalía por encima de las demás; Dogu.
El Hida aplaudió mientras te retirabas del ring, y el árbitro anunciaba el próximo combate que traería el debut de Hideo.
El Doji se enfrentó a un Matsu que parecía sacarle dos cabezas, pero que nada pudo hacer ante la velocidad del Grulla. Como dato curioso, el Doji parecía dominar el estilo Kakita, y manejaba la katana con la zurda.
Poco después, el árbitro anunciaba una pausa de media hora antes de comenzar los enfrentamientos de segunda ronda.
El mismo proclamó los enfrentamientos que estaban previstos.
En el lado Nishi,
Kakita Rikku contra Bayushi Nakasuke
Shiba Tadai contra Mirumoto Katsude
En el lado Higashi,
Doji Hideo contra Yunan
Akodo Yosuke contra Toku Esuji
Dogu apoyó una de sus manazas en tu hombro.
¡Buen combate! ¿Qué tal fue con el viejo Akodo?
Tomi-chan no vendrá, mañana es su boda, su padre está preparándolo todo... En serio, Rikku, ¿no has a hacer nada por evitar esa boda? ¡Que ese va a ser mi cuñado eh! dijo, mirando a Hideo, que atendía sonriente a un grupo de fans femeninas que le entregaban un ramo de flores.
Capítulo III: Nuevos Horizontes
Moderador: Isildur
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kinko
Distrito Barrio Nuevo
Haruno
25º día del mes de Akodo de 1186, Mañana, Soleado
El corcel se reincorporó como nuevo, ante la alegría de su dueña que lo acarició enérgicamente.
Cobraste un par de bu como indicaba la tarifa mínima y la Shinjo se quedó algo contrariada cuando llegó tu madre con el té y le pediste que se quedara a tomarlo.
Eh... bueno, si eso os complace, es lo mínimo que puedo hacer tras vuestra ayuda. dijo, y tu madre la guió al interior del edificio, indicándole donde dejar su voluminoso equipaje.
Haruno-san, perdonad mi intromisión, pero parece ser que podéis usar los favores de los Kami. Me preguntaba porqué motivo un hombre santo como vos trabaja como mozo de cuadras... Bueno, es un trabajo honrado, quiero decir, cuidar de los corceles y todo eso, sólo alguien de corazón puro podría... dijo, demostrando que no se le daba muy bien hablar en público.
Distrito Barrio Nuevo
Haruno
25º día del mes de Akodo de 1186, Mañana, Soleado
El corcel se reincorporó como nuevo, ante la alegría de su dueña que lo acarició enérgicamente.
Cobraste un par de bu como indicaba la tarifa mínima y la Shinjo se quedó algo contrariada cuando llegó tu madre con el té y le pediste que se quedara a tomarlo.
Eh... bueno, si eso os complace, es lo mínimo que puedo hacer tras vuestra ayuda. dijo, y tu madre la guió al interior del edificio, indicándole donde dejar su voluminoso equipaje.
Haruno-san, perdonad mi intromisión, pero parece ser que podéis usar los favores de los Kami. Me preguntaba porqué motivo un hombre santo como vos trabaja como mozo de cuadras... Bueno, es un trabajo honrado, quiero decir, cuidar de los corceles y todo eso, sólo alguien de corazón puro podría... dijo, demostrando que no se le daba muy bien hablar en público.
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Tierras Senpet
Matsumoto
La Faraona asintió.
(S)Prepararé a los hombres para partir mañana, y como supongo que os serán necesarias, provisiones y material de repuesto.
No pensaba que os marcharais tan pronto, aún no ha terminado el recuento de las arcas. Si lo necesitáis, puedo avanzaros una suma estimada de lo que os pertoca. dijo.
(S)Eso, y... sacó una pequeña cajita de madera de la lado de su dormitorio.
...quiero que os quedéis esto. Es un obsequio personal, el Sello de Ouris, Señor Sol. Rara vez alguien fuera de la familia real ha recibido uno de estos, cuidad de él. añadió.
En la cajita había un anillo de oro, con grabados jeroglíficos y un pequeño diamante de color rojo tallado en forma de "sol".
La sirvienta se mostró sorprendida por que le preguntaras su nombre y por tus extraños pedidos.
Ayara, que así decía llamarse, asintió y fue a organizar lo que les pedías.
Lamentablemente, no crecían muchas flores en una tierra como esa, y lo más parecido eran los pétalos de la llamada flor del desierto o adenio, de un color rosado.
También trajo una bebida compuesta de agua y miel y alguna otra especia que solían beber las doncellas en estos lares.
Aguardaste con todo preparado, hasta que finalmente llamaron a la puerta.
Aohime vestía una de esas túnicas locales blancas, envolviendo su cuerpo casi por completo. Era una imagen curiosa.
No me miréis así. Todas mis mudas se quedaron en el barco. Parece que a vos os han ofrecido lo mismo. dijo sonriendo, mientras avanzaba al interior de la habitación.
¿Qué se supone que es tan importante a estas horas? preguntó, sus ojos fijándose en las flores esparcidas por la habitación.
Matsumoto
La Faraona asintió.
(S)Prepararé a los hombres para partir mañana, y como supongo que os serán necesarias, provisiones y material de repuesto.
No pensaba que os marcharais tan pronto, aún no ha terminado el recuento de las arcas. Si lo necesitáis, puedo avanzaros una suma estimada de lo que os pertoca. dijo.
(S)Eso, y... sacó una pequeña cajita de madera de la lado de su dormitorio.
...quiero que os quedéis esto. Es un obsequio personal, el Sello de Ouris, Señor Sol. Rara vez alguien fuera de la familia real ha recibido uno de estos, cuidad de él. añadió.
En la cajita había un anillo de oro, con grabados jeroglíficos y un pequeño diamante de color rojo tallado en forma de "sol".
La sirvienta se mostró sorprendida por que le preguntaras su nombre y por tus extraños pedidos.
Ayara, que así decía llamarse, asintió y fue a organizar lo que les pedías.
Lamentablemente, no crecían muchas flores en una tierra como esa, y lo más parecido eran los pétalos de la llamada flor del desierto o adenio, de un color rosado.
También trajo una bebida compuesta de agua y miel y alguna otra especia que solían beber las doncellas en estos lares.
Aguardaste con todo preparado, hasta que finalmente llamaron a la puerta.
Aohime vestía una de esas túnicas locales blancas, envolviendo su cuerpo casi por completo. Era una imagen curiosa.
No me miréis así. Todas mis mudas se quedaron en el barco. Parece que a vos os han ofrecido lo mismo. dijo sonriendo, mientras avanzaba al interior de la habitación.
¿Qué se supone que es tan importante a estas horas? preguntó, sus ojos fijándose en las flores esparcidas por la habitación.
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kakita Rikku
Inmediatamente de finalizado el duelo, Rikku reparo en la presencia de Dogu -quien sobresalia por encima de la multitud- y le dedico una sonrisa. El hecho de ver una cara conocida le lleno de alegria y esperanza.
- Suzume Taro san.-llamo en vano; Rikku habia rodeado el escenario en busca de su oponente pero cuando le encontro, este no le pudo escuchar debido al bullicio de gente.-¡Suzume Taro San!-el Gorrion se dio vuelta- Admiro vuestra gallardia y determinacion. Os queria decir esto en persona. Ha sido un buen duelo.-un gesto de satisfaccion se dibujo en su rostro, seguido de una respetuosa reverencia.
El clan de la Grulla y el clan del Gorrion tenian muchas cosas en comun. Sobre todo historia. Los Gorrion, si se quiere, podian ser llamados los primos lejanos de la Grulla. Por otra parte, Rikku le tenia un afecto especial a los clanes menores.
No fue dificil llegar a Dogu.
- Me alegro de verte, Dogu san.-le sonrio- Mas me alegraria el doble si Tomiko san estuviera aqui.-suspiro- Me ha ido bien. Gracias. Akodo Jinei sama me ha ofrecido un puesto en la Guardia de Oro. Parece un hombre de honor como pocos. ¿Tu que opinas?
Rikku paro la oreja al escuchar los proximos combates.
- Mira, Dogu..-dijo en confianza- Puede que me tomes por loco pero la verdad es que en este momento no puedo confiar en nadie mas que tu. ¿Recuerdas el enfrentamiento en el puerto? Pues bien. Hay algo que me llama curiosamente la atencion..-el Cangrejo parecia confundido- Veras, cuando me enfrente con La Gran Araña, su postura, su tecnica... todo en el me dijo que se trataba de un miembro de mi clan. De mi familia. Si bien Doji Hideo sama no es Kakita, cabe la posibilidad de que haya entrenado con algun maestro Kakita. Ademas es zurdo, igual que La Gran Araña. ¿Cuantos zurdos que dominen la tecnica Kakita crees que puede haber aqui?.-la siguiente ronda estaba por comenzar- Descuida. No me hagas caso. El cansancio y la imaginacion no son buenos aliados.-le sonrio.
Tras sembrar la semilla de la duda en Dogu, Rikku aguardo a ser llamado para el proximo duelo.
- ¿Un Escorpion?-se llevo su mano habil al menton- Esto sera interesante.
Inmediatamente de finalizado el duelo, Rikku reparo en la presencia de Dogu -quien sobresalia por encima de la multitud- y le dedico una sonrisa. El hecho de ver una cara conocida le lleno de alegria y esperanza.
- Suzume Taro san.-llamo en vano; Rikku habia rodeado el escenario en busca de su oponente pero cuando le encontro, este no le pudo escuchar debido al bullicio de gente.-¡Suzume Taro San!-el Gorrion se dio vuelta- Admiro vuestra gallardia y determinacion. Os queria decir esto en persona. Ha sido un buen duelo.-un gesto de satisfaccion se dibujo en su rostro, seguido de una respetuosa reverencia.
El clan de la Grulla y el clan del Gorrion tenian muchas cosas en comun. Sobre todo historia. Los Gorrion, si se quiere, podian ser llamados los primos lejanos de la Grulla. Por otra parte, Rikku le tenia un afecto especial a los clanes menores.
No fue dificil llegar a Dogu.
- Me alegro de verte, Dogu san.-le sonrio- Mas me alegraria el doble si Tomiko san estuviera aqui.-suspiro- Me ha ido bien. Gracias. Akodo Jinei sama me ha ofrecido un puesto en la Guardia de Oro. Parece un hombre de honor como pocos. ¿Tu que opinas?
Rikku paro la oreja al escuchar los proximos combates.
- Mira, Dogu..-dijo en confianza- Puede que me tomes por loco pero la verdad es que en este momento no puedo confiar en nadie mas que tu. ¿Recuerdas el enfrentamiento en el puerto? Pues bien. Hay algo que me llama curiosamente la atencion..-el Cangrejo parecia confundido- Veras, cuando me enfrente con La Gran Araña, su postura, su tecnica... todo en el me dijo que se trataba de un miembro de mi clan. De mi familia. Si bien Doji Hideo sama no es Kakita, cabe la posibilidad de que haya entrenado con algun maestro Kakita. Ademas es zurdo, igual que La Gran Araña. ¿Cuantos zurdos que dominen la tecnica Kakita crees que puede haber aqui?.-la siguiente ronda estaba por comenzar- Descuida. No me hagas caso. El cansancio y la imaginacion no son buenos aliados.-le sonrio.
Tras sembrar la semilla de la duda en Dogu, Rikku aguardo a ser llamado para el proximo duelo.
- ¿Un Escorpion?-se llevo su mano habil al menton- Esto sera interesante.
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kaiken Matsumoto
- S Nos os preocupéis, mi señora: volveremos. Os agradezco dicho adelanto pues nos será útil. Me hubiese gustado quedarme más tiempo, descansar y conocer mejor su fascinante país pero ya ve que las circunstancias nos fuerzan. Espero volver con la cabeza de su hermano... si le place.S
Era triste ver a dos hermanos enfrentados hasta tal punto. Se me revolvían las tripas de angustia de pensar mínimamente en algo así con mis propios hermanos.
Antes de retirarnos, Nafné me entregó una cajita con un anillo dentro que se estimaba de gran valor. Me dijo que era un bien familiar que casi nadie de fuera de la familia real Senpet ha poseído. Sin duda era un gran honor y un símbolo de nuestra amistad y un reconocimiento que, en cierta manera, me ligaba socialmente al trono imperial. Desconocía el protocolo senpet para un momento así por lo que lo acepté con humildad.
-S Sin duda esto es un gran honor para mí y mi clan. Muchas gracias, Alteza. Lo guardaré y protegeré con celo y orgullo. Alteza, si no es molestia, me gustaría conocer la historia de éste anillo y lo que representa.S
.......................................................
Con Ahoime
Araya cerró la puerta tras Ahoime y nos quedamos solos.
- Mañana partiremos hacia Merenae a toda prisa. El Faraón Usmeth y sus aliados Thrane marchan a atacar Merenae, así que nos adelantaremos a avisar al Rey Felipe para defender el país y, de paso, asestaremos el golpe definitivo a Usmeth.
Tomé entonces una copa y la llené con el licor que habían preparado las sirvientes y se lo acerqué a Ahoime mientras me servía otra a mi mismo.
- Me hubiese gustado descansar un tiempo aquí pero... en ocasiones como ésta, hay que tomar la iniciativa, aunque quizás nos cueste la vida. Ésto lo hago por mis camaradas y por supuesto para que el Rey nos deba un gran favor...
Tras tomar nuestras bebidas, me acerqué a ella y le tomé las manos con delicadeza. eran suaves como la brisa de la mañana.
- Ahoime. Hemos pasado muchas cosas desde que salimos de Futaoka y sinceramente, creí que nuestros días acabarían en ese desierto. Y aunque el fragor del momento no me dio tiempo para darme cuenta, faltó el canto de un zeni para habernos quedado encerrados en aquella tumba hasta que algún brujo hubiese encontrado nuestros huesos. a pesar de ello no me arrepiento de nada, de hecho, me soprende haber seguido vivo años atrás hasta haber ingresado en los Kaiken...
Lo que quiero decir es que nuestra vida está llena de peligros, al menos la que he decidido vivir, y es muy probable que, a pesar de nuestros éxitos, no volvamos nunca a nuestra tierra pues todavía debemos enfrentar muchos e importantes peligros.
Tomé aliento mientras la grulla me observaba expectante.
-No es morir lo que lamentaría sino irme del mundo sin haber pasado al menos una noche juntos, una noche sólo nuestra, en la que el mundo no tenga entrada ni nos moleste, lejos de quienes puedan juzgarnos, y amarnos... - la acerqué a mi cuerpo hasta apretarla dulcemente contra mi pecho.
-Porque es muy posible que, en la batalla o por capricho del mar, no volvamos a tener otra oportunidad de estar juntos nunca más.
- S Nos os preocupéis, mi señora: volveremos. Os agradezco dicho adelanto pues nos será útil. Me hubiese gustado quedarme más tiempo, descansar y conocer mejor su fascinante país pero ya ve que las circunstancias nos fuerzan. Espero volver con la cabeza de su hermano... si le place.S
Era triste ver a dos hermanos enfrentados hasta tal punto. Se me revolvían las tripas de angustia de pensar mínimamente en algo así con mis propios hermanos.
Antes de retirarnos, Nafné me entregó una cajita con un anillo dentro que se estimaba de gran valor. Me dijo que era un bien familiar que casi nadie de fuera de la familia real Senpet ha poseído. Sin duda era un gran honor y un símbolo de nuestra amistad y un reconocimiento que, en cierta manera, me ligaba socialmente al trono imperial. Desconocía el protocolo senpet para un momento así por lo que lo acepté con humildad.
-S Sin duda esto es un gran honor para mí y mi clan. Muchas gracias, Alteza. Lo guardaré y protegeré con celo y orgullo. Alteza, si no es molestia, me gustaría conocer la historia de éste anillo y lo que representa.S
.......................................................
Con Ahoime
Araya cerró la puerta tras Ahoime y nos quedamos solos.
- Mañana partiremos hacia Merenae a toda prisa. El Faraón Usmeth y sus aliados Thrane marchan a atacar Merenae, así que nos adelantaremos a avisar al Rey Felipe para defender el país y, de paso, asestaremos el golpe definitivo a Usmeth.
Tomé entonces una copa y la llené con el licor que habían preparado las sirvientes y se lo acerqué a Ahoime mientras me servía otra a mi mismo.
- Me hubiese gustado descansar un tiempo aquí pero... en ocasiones como ésta, hay que tomar la iniciativa, aunque quizás nos cueste la vida. Ésto lo hago por mis camaradas y por supuesto para que el Rey nos deba un gran favor...
Tras tomar nuestras bebidas, me acerqué a ella y le tomé las manos con delicadeza. eran suaves como la brisa de la mañana.
- Ahoime. Hemos pasado muchas cosas desde que salimos de Futaoka y sinceramente, creí que nuestros días acabarían en ese desierto. Y aunque el fragor del momento no me dio tiempo para darme cuenta, faltó el canto de un zeni para habernos quedado encerrados en aquella tumba hasta que algún brujo hubiese encontrado nuestros huesos. a pesar de ello no me arrepiento de nada, de hecho, me soprende haber seguido vivo años atrás hasta haber ingresado en los Kaiken...
Lo que quiero decir es que nuestra vida está llena de peligros, al menos la que he decidido vivir, y es muy probable que, a pesar de nuestros éxitos, no volvamos nunca a nuestra tierra pues todavía debemos enfrentar muchos e importantes peligros.
Tomé aliento mientras la grulla me observaba expectante.
-No es morir lo que lamentaría sino irme del mundo sin haber pasado al menos una noche juntos, una noche sólo nuestra, en la que el mundo no tenga entrada ni nos moleste, lejos de quienes puedan juzgarnos, y amarnos... - la acerqué a mi cuerpo hasta apretarla dulcemente contra mi pecho.
-Porque es muy posible que, en la batalla o por capricho del mar, no volvamos a tener otra oportunidad de estar juntos nunca más.
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kinko
Distrito Barrio Nuevo
Rikku
25º día del mes de Akodo de 1186, Mañana, Soleado
El Gorrión se inclinó profundamente para agradecer tu cumplido.
¡Muchas gracias Kakita-sama! Espero algún día llegar a ser tan rápido como vos. afirmó para devolverte el cumplido y retirarse discretamente.
Hablaste con Dogu de tus pensamientos.
Mmm... Ha de ser duro ser guardia en un nido de avispas como esta ciudad... Pero seguro que es mejor que seguir en Pueblo Paleto ese de donde vienes... dijo, sonriendo.
¡¿Qué?! Pero espera, eso no tiene ningún sentido. ¿Para qué iba Hideo a secuestrar a su prometida? preguntó al aire el Hida, siguiendo con la mirada al popular Doji.
Mientras se anunciaba una representación de Kabuki para el atardecer, el torneo de Iaijutsu siguió en segunda ronda.
Te llamaron de nuevo, y al llegar al ring llegó al mismo tiempo un tipo esbelto y de largos cabellos negros, con una máscara roja con colmillos que tapaba la mitad inferior de su cara.
El Escorpión tenía una serie de cascabeles en el mango de su katana, que iba toqueteando con los dedos para tratar de desconcertarte.
Saludó con pocas ganas y el árbitro anunció vuestros nombres justo antes de dar por comenzado el duelo.
¡Shobu! gritó ante la expectación del público.
A diferencia del Suzume, el Bayushi aguardó con calma el momento.
Observaste su respiración, parecía tranquilo.
"Tilín, tilín"
El ruido de los cascabeles te desconcertaba. El Escorpión no parecía decidirse a atacar.
"Tilín, tilín"
¿Qué era eso? Te habías desconcentrado un instante, y el Bayushi aprovechó para atacar. Apresurado, desenvainaste, pero iba a ser demasiado tarde.
¡Shobu ari! gritó el árbitro.
No habías notado ningún golpe, parecía que tu oponente había calculado mal la distancia y su filo se quedó a pocos milímetros de tu hombro. En cambio, tu katana había dejado un corte en su brazo derecho.
Ganador Bayu... el árbitro se quedó a media frase, al ver a los dos jueces levantando la banderita que te daba como vencedor. ...¡Kakita Rikku! gritó sorprendido.
Hubo multitud de vítores pero también algún abucheo por parte de Escorpión principalmente.
Dogu abrazó y estrujó a un pobre anciano que observaba el combate, todo eufórico.
Has tenido suerte Kakita... murmuró el Bayushi, mientras se retiraba cabizbajo.
Poco después se produjo el enfrentamiento entre el Shiba y el Mirumoto, que venció el Dragón con aplastante superioridad.
El Mirumoto, un tipo con la cabeza afeitada y bastante musculoso y de carácter irreverente, iba a ser un durísimo oponente para llegar a la final.
Por su parte, Hideo volvió a hacer buenos los pronósticos derrotando a la única participante femenina, una ronin que aún y con todo dejó ver buenas maneras.
El Akodo, otro de los favoritos del público, venció por los pelos a su rival Toku y se citaba con Hideo en la otra semifinal.
Tras ver los combates, escuchaste que el árbitro daba una nueva pausa.
Las semifinales tendrán lugar pasado el mediodía. Los participantes, tanto los que siguen en competición como los que ya han sido eliminados, están invitados a comer en el Shihai Goten, en el comedor dispuesto en la segunda planta. explicó, mientras el público se retiraba a observar otras actuaciones.
Distrito Barrio Nuevo
Rikku
25º día del mes de Akodo de 1186, Mañana, Soleado
El Gorrión se inclinó profundamente para agradecer tu cumplido.
¡Muchas gracias Kakita-sama! Espero algún día llegar a ser tan rápido como vos. afirmó para devolverte el cumplido y retirarse discretamente.
Hablaste con Dogu de tus pensamientos.
Mmm... Ha de ser duro ser guardia en un nido de avispas como esta ciudad... Pero seguro que es mejor que seguir en Pueblo Paleto ese de donde vienes... dijo, sonriendo.
¡¿Qué?! Pero espera, eso no tiene ningún sentido. ¿Para qué iba Hideo a secuestrar a su prometida? preguntó al aire el Hida, siguiendo con la mirada al popular Doji.
Mientras se anunciaba una representación de Kabuki para el atardecer, el torneo de Iaijutsu siguió en segunda ronda.
Te llamaron de nuevo, y al llegar al ring llegó al mismo tiempo un tipo esbelto y de largos cabellos negros, con una máscara roja con colmillos que tapaba la mitad inferior de su cara.
El Escorpión tenía una serie de cascabeles en el mango de su katana, que iba toqueteando con los dedos para tratar de desconcertarte.
Saludó con pocas ganas y el árbitro anunció vuestros nombres justo antes de dar por comenzado el duelo.
¡Shobu! gritó ante la expectación del público.
A diferencia del Suzume, el Bayushi aguardó con calma el momento.
Observaste su respiración, parecía tranquilo.
"Tilín, tilín"
El ruido de los cascabeles te desconcertaba. El Escorpión no parecía decidirse a atacar.
"Tilín, tilín"
¿Qué era eso? Te habías desconcentrado un instante, y el Bayushi aprovechó para atacar. Apresurado, desenvainaste, pero iba a ser demasiado tarde.
¡Shobu ari! gritó el árbitro.
No habías notado ningún golpe, parecía que tu oponente había calculado mal la distancia y su filo se quedó a pocos milímetros de tu hombro. En cambio, tu katana había dejado un corte en su brazo derecho.
Ganador Bayu... el árbitro se quedó a media frase, al ver a los dos jueces levantando la banderita que te daba como vencedor. ...¡Kakita Rikku! gritó sorprendido.
Hubo multitud de vítores pero también algún abucheo por parte de Escorpión principalmente.
Dogu abrazó y estrujó a un pobre anciano que observaba el combate, todo eufórico.
Has tenido suerte Kakita... murmuró el Bayushi, mientras se retiraba cabizbajo.
Poco después se produjo el enfrentamiento entre el Shiba y el Mirumoto, que venció el Dragón con aplastante superioridad.
El Mirumoto, un tipo con la cabeza afeitada y bastante musculoso y de carácter irreverente, iba a ser un durísimo oponente para llegar a la final.
Por su parte, Hideo volvió a hacer buenos los pronósticos derrotando a la única participante femenina, una ronin que aún y con todo dejó ver buenas maneras.
El Akodo, otro de los favoritos del público, venció por los pelos a su rival Toku y se citaba con Hideo en la otra semifinal.
Tras ver los combates, escuchaste que el árbitro daba una nueva pausa.
Las semifinales tendrán lugar pasado el mediodía. Los participantes, tanto los que siguen en competición como los que ya han sido eliminados, están invitados a comer en el Shihai Goten, en el comedor dispuesto en la segunda planta. explicó, mientras el público se retiraba a observar otras actuaciones.
OR: Ya te vale, perder la tirada de Vacío tirando casi el doble de dados!! Te falla por 1!! Como no vigiles, estará difícil ser campeón! Saludos!
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Tierras Senpet
Matsumoto
Con la Faraona
Nafné se quedó callada unos instantes, antes de responder.
(S)No deseo la muerte de Usmeth, pero es la única manera en que se detendrá... dijo, con un tono triste en su voz.
Al preguntar por el anillo, respondió más calmada.
(S)Este anillo al igual que otros cuatro fueron forjados siglos atrás por uno de mis antepasados, Yurdaeh.
Sello de Ouris, ese es su nombre. Mientras lo llevéis puesto, el Señor Sol os protegerá de las tinieblas. dijo, sin que te quedara claro su potencial.
Con Aohime
La Doji escuchó tu preludio.
Creo que empiezo a perderme entre tanto nombre que desconozco. Pero parece ser que el antiguo Señor de estas tierras es alguien vil y peligroso, por lo que debemos andar con cuidado.
Realmente este viaje está superando mis expectativas.
Nunca pensé que pudieran existir mares de arena tan grandes o edificios tan impresionantes como esas pirámides.
He sufrido heridas, y sinceramente no creía que fuéramos a salir con vida contra aquella aberración vendada, pero el recuerdo de esta aventura será imborrable para siempre. dijo, agradeciéndote de algún modo haberla llevado hasta aquí.
La tomaste de las manos y empezaste a sentir como el calor se apoderaba de tu cuerpo.
El perfume de sus cabellos y el suave contacto de su piel... no podías resistir más.
Aohime bajó la cabeza, sus ojos azules mirando tímidamente el suelo.
N... no puedo Matsumoto. Le prometí a mi tío que no haría nada que comprometiera mi honor.
Además de que... no se lo que hay que hacer... dijo, un fuerte tono rojo cubría su cara.
Yo... bueno, me cuesta decirlo en palabras, pero tengo sentimientos hacia vos... Pero no sería necesario precipitar las cosas... dijo, mientras se deshacía lentamente de tu abrazo.
Lo siento... yo... se quedó a media frase, saliendo a toda prisa de la habitación.
Te quedaste perplejo, maldiciendo tu suerte. Pero no tardaron en llamar a la puerta.
Aohime entró cabizbaja y con un grácil movimiento dejó caer su túnica, mostrando su cuerpo desnudo.
Sólo está noche... enséñame a amar... dijo, sin saber muy bien por donde seguir.
Matsumoto
Con la Faraona
Nafné se quedó callada unos instantes, antes de responder.
(S)No deseo la muerte de Usmeth, pero es la única manera en que se detendrá... dijo, con un tono triste en su voz.
Al preguntar por el anillo, respondió más calmada.
(S)Este anillo al igual que otros cuatro fueron forjados siglos atrás por uno de mis antepasados, Yurdaeh.
Sello de Ouris, ese es su nombre. Mientras lo llevéis puesto, el Señor Sol os protegerá de las tinieblas. dijo, sin que te quedara claro su potencial.
A efectos de juego hace lo mismo que un dedo de jade pero que no se consume, además tiene la propiedad de hacer luz solar, una versión reducida de lo que hizo Nafné a la momia. Para individuos con la Mancha, reciben 3g3 cada asalto que tengas activa la luz (molesta a la vista, así que si luchas con la luz activada tendrás penalizador de -5 al ataque). La luz puede ser activada un máximo de diez asaltos al día.
Con Aohime
La Doji escuchó tu preludio.
Creo que empiezo a perderme entre tanto nombre que desconozco. Pero parece ser que el antiguo Señor de estas tierras es alguien vil y peligroso, por lo que debemos andar con cuidado.
Realmente este viaje está superando mis expectativas.
Nunca pensé que pudieran existir mares de arena tan grandes o edificios tan impresionantes como esas pirámides.
He sufrido heridas, y sinceramente no creía que fuéramos a salir con vida contra aquella aberración vendada, pero el recuerdo de esta aventura será imborrable para siempre. dijo, agradeciéndote de algún modo haberla llevado hasta aquí.
La tomaste de las manos y empezaste a sentir como el calor se apoderaba de tu cuerpo.
El perfume de sus cabellos y el suave contacto de su piel... no podías resistir más.
Aohime bajó la cabeza, sus ojos azules mirando tímidamente el suelo.
N... no puedo Matsumoto. Le prometí a mi tío que no haría nada que comprometiera mi honor.
Además de que... no se lo que hay que hacer... dijo, un fuerte tono rojo cubría su cara.
Yo... bueno, me cuesta decirlo en palabras, pero tengo sentimientos hacia vos... Pero no sería necesario precipitar las cosas... dijo, mientras se deshacía lentamente de tu abrazo.
Lo siento... yo... se quedó a media frase, saliendo a toda prisa de la habitación.
Te quedaste perplejo, maldiciendo tu suerte. Pero no tardaron en llamar a la puerta.
Aohime entró cabizbaja y con un grácil movimiento dejó caer su túnica, mostrando su cuerpo desnudo.
Sólo está noche... enséñame a amar... dijo, sin saber muy bien por donde seguir.
OR: Venga gañán, que me estas pervirtiendo esto! Saludos!
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kakita Rikku
Así como su primer duelo oficial había sido contra un Gorrión, esta era la primera vez en su vida que enfrentaba a un Escorpión en un duelo a primera sangre.
Rikku había escuchado muchas historias acerca de dicho clan. Un clan en el que nadie confiaba. Un clan conocido por sus tejes y manejes. Por sus artimañas.
En cuanto vio a su oponente no pudo sino fijarse en su espada. En el mango de la misma precisamente. Los cascabeles no eran algo usual y el joven Grulla vio su calma interrumpida por el sonido de estos.
Debo hundirme en el Vacio. No puedo caer en su juego, se dijo, evitando así que su oponente se diera cuenta que su artilugio había hecho efecto.
"¡Shobu ari!", exclamo el arbitro.
¿Pero como?, se pregunto, confundido. A juzgar por lo sucedido -o lo que pensó que había sucedido-, Rikku había perdido. El lo creyó así. Por alguna razón el Escorpión no había podido concretar su golpe. Eso, o bien no quiso hacerlo. Con los Escorpión nunca se sabe.
- ¿Gane?-pregunto al arbitro, con el ceño fruncido. El arbitro asintió.
- Bayushi Nakasuke san..-se acerco rápidamente antes de que el Escorpión abandonara el escenario- Ha sido un buen duelo.-le dio sus respetos con una reverencia marcial.
Abriéndose paso por entre la multitud pudo ver a Dogu acercarse.
- ¡Dogu san!-dijo con una sonrisa de oreja a oreja. A pesar de todo por lo que había pasado, Rikku se dio cuenta que en el instante que duraba el duelo... el era feliz. En ese momento efímero que podía durar lo que un suspiro, el joven Grulla había encontrado su razón de ser. Y necesitaba compartir su júbilo y alegría con alguien. Y ese alguien era Dogu. Aunque, a decir verdad, Rikku hubiera querido compartir este momento con sus padres.
- Que bueno verte. De verdad.-le dijo al Hida- Ojala pudieras venir a almorzar conmigo. La idea de comer rodeado de gente desconocida no es nada apetitosa.-le sonrio- ¿Y tu que tal? ¿Alguna novedad? ¿Que te han parecido los combates? Vamos, que apenas hemos hablado nada. Podríamos hacer un poco de tiempo mientras se hace la hora.
Así como su primer duelo oficial había sido contra un Gorrión, esta era la primera vez en su vida que enfrentaba a un Escorpión en un duelo a primera sangre.
Rikku había escuchado muchas historias acerca de dicho clan. Un clan en el que nadie confiaba. Un clan conocido por sus tejes y manejes. Por sus artimañas.
En cuanto vio a su oponente no pudo sino fijarse en su espada. En el mango de la misma precisamente. Los cascabeles no eran algo usual y el joven Grulla vio su calma interrumpida por el sonido de estos.
Debo hundirme en el Vacio. No puedo caer en su juego, se dijo, evitando así que su oponente se diera cuenta que su artilugio había hecho efecto.
"¡Shobu ari!", exclamo el arbitro.
¿Pero como?, se pregunto, confundido. A juzgar por lo sucedido -o lo que pensó que había sucedido-, Rikku había perdido. El lo creyó así. Por alguna razón el Escorpión no había podido concretar su golpe. Eso, o bien no quiso hacerlo. Con los Escorpión nunca se sabe.
- ¿Gane?-pregunto al arbitro, con el ceño fruncido. El arbitro asintió.
- Bayushi Nakasuke san..-se acerco rápidamente antes de que el Escorpión abandonara el escenario- Ha sido un buen duelo.-le dio sus respetos con una reverencia marcial.
Abriéndose paso por entre la multitud pudo ver a Dogu acercarse.
- ¡Dogu san!-dijo con una sonrisa de oreja a oreja. A pesar de todo por lo que había pasado, Rikku se dio cuenta que en el instante que duraba el duelo... el era feliz. En ese momento efímero que podía durar lo que un suspiro, el joven Grulla había encontrado su razón de ser. Y necesitaba compartir su júbilo y alegría con alguien. Y ese alguien era Dogu. Aunque, a decir verdad, Rikku hubiera querido compartir este momento con sus padres.
- Que bueno verte. De verdad.-le dijo al Hida- Ojala pudieras venir a almorzar conmigo. La idea de comer rodeado de gente desconocida no es nada apetitosa.-le sonrio- ¿Y tu que tal? ¿Alguna novedad? ¿Que te han parecido los combates? Vamos, que apenas hemos hablado nada. Podríamos hacer un poco de tiempo mientras se hace la hora.
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kinko
Distrito Barrio Nuevo
Rikku
25º día del mes de Akodo de 1186, Mediodía, Soleado
Tras tu accidentado duelo que por suerte terminó con victoria, fuiste a hablar con tu amigo Hida.
Este parecía estarse divirtiendo, si bien en el fondo de su sonrisa había un deje de preocupación que alguien poco acostumbrado a la interacción social como él no podía ocultar.
¡Este Festival mola! dijo en una extraña jerga Cangrejo Tendrían que haber puesto alguna prueba donde usar el tetsubo...
La verdad que no entiendo mucho sobre Iaijutsu, pero creo que tu habilidad y la de ese Hideo son parecidas. Resulta que ha estado entrenando y todo, cuesta de creer.
Y cuidado con el Mirumoto, hasta ahora ha ganado sus duelos sin despeinarse... bueno tampoco tiene pelo, pero ya me entiendes. analizó el Cangrejo.
Bueno, supongo que el almuerzo es parte de la parafernalia del torneo y siendo uno de los semifinalistas no te conviene escaquearte. Yo por mi parte asaltaré algún tenderte de esos de fideos y veré si cojo algo de sake... explicó, señalando uno de los puestos de comida.
No pudiste demorarte por más tiempo, así que llegaste al salón preparado para el almuerzo de los participantes del torneo de Iaijutsu.
Dos grandes mesas, en las que había numerosa comida, estaban listas para sentaros.
El Gorrión te hizo un gesto con la mano para que te sentaras a su lado.
También viste al resto de participantes o fueron llegando acto seguido.
Hideo se acercó a tu mesa y te saludó.
¿Rikku-san verdad? preguntó, pero era absurdo pensar que no sabía tu nombre. Me alegra ver que, pese a las dificultades, estáis demostrando la superioridad de la Grulla.
Espero veros en la final... ah, y mañana en mi boda. dijo con un tono de superioridad, sentándose en la otra mesa.
El Escorpión parecía haber decidido ausentarse del evento, así como un Moto eliminado a las primeras de cambio que seguramente no se habría enterado de lo de la comida.
El resto, estabais todos, incluido tu próximo rival.
El Mirumoto estaba sentado en el extremo opuesto de tu mesa, con los ojos cerrados. Podías notar que trabajaba mucho su físico y te pareció ver algún tatuaje emerger por su cuello.
Rikku-san, ¿es conocido vuestro Hideo-san? Ambos tenéis una exquisita técnica, pero es la primera vez que veo un duelista zurdo. ¿Es eso habitual?
Bueno y decidme, ¿lleváis mucho tiempo en la ciudad?
Yo ya llevo unos meses, aunque aún hay veces que me pierdo, hehe. Mi padre tiene un negocio de sedas aquí, es un Mercader. Pero yo prefiero seguir la senda del Bushi, es más entretenida. el Suzume seguía hablando ante las miradas del resto de comensales.
Las sirvientas comenzaron a llegar, hasta que finalmente hizo entrada una comitiva formada por los jueces, el árbitro y el Consejero Ikoma que había parlamentado al inicio del Festival.
Los cuatro se sentaron en una mesa aparte, permaneciendo el Ikoma en pie.
Os agradezco a todos haber asistido a este almuerzo. Mi intención al organizarlo es fomentar el respeto y deportividad entre todos los que habéis honrado al Kiyosai participando en el torneo de Iaijutsu.
Lamentablemente tengo otros eventos en los que se requiere mi presencia y no voy a poder compartir esta comida con vosotros, pero espero que sea de vuestro agrado.
Y por último desear suerte a los participantes que aún restan en competición y dar las gracias a todos los que habéis participado en el torneo. dijo de modo solemne.
Los jueces aplaudieron sus palabras, obligándoos de algún modo a hacer lo propio.
El Consejero se marchó, posiblemente tendría un almuerzo pendiente con alguna personalidad.
El árbitro tomó la palabra.
Bueno... imagino que estáis hambrientos, así que nada... ¡Kanpai! gritó alzando su taza para brindar y dar por iniciada la comida.
No había alcohol disponible, pero la comida era abundante y deliciosa. Especialmente el pescado, traído desde el puerto y que parecía recién pescado.
El Gorrión empezó a comer como si no hubiera comido en días, pese a su reducida figura. El Shiba cercano rió ante su apetito, mientras el Mirumoto lo miraba de forma reprovativa. Posiblemente la presencia de los jueces evitó que dijera algo.
Distrito Barrio Nuevo
Rikku
25º día del mes de Akodo de 1186, Mediodía, Soleado
Tras tu accidentado duelo que por suerte terminó con victoria, fuiste a hablar con tu amigo Hida.
Este parecía estarse divirtiendo, si bien en el fondo de su sonrisa había un deje de preocupación que alguien poco acostumbrado a la interacción social como él no podía ocultar.
¡Este Festival mola! dijo en una extraña jerga Cangrejo Tendrían que haber puesto alguna prueba donde usar el tetsubo...
La verdad que no entiendo mucho sobre Iaijutsu, pero creo que tu habilidad y la de ese Hideo son parecidas. Resulta que ha estado entrenando y todo, cuesta de creer.
Y cuidado con el Mirumoto, hasta ahora ha ganado sus duelos sin despeinarse... bueno tampoco tiene pelo, pero ya me entiendes. analizó el Cangrejo.
Bueno, supongo que el almuerzo es parte de la parafernalia del torneo y siendo uno de los semifinalistas no te conviene escaquearte. Yo por mi parte asaltaré algún tenderte de esos de fideos y veré si cojo algo de sake... explicó, señalando uno de los puestos de comida.
No pudiste demorarte por más tiempo, así que llegaste al salón preparado para el almuerzo de los participantes del torneo de Iaijutsu.
Dos grandes mesas, en las que había numerosa comida, estaban listas para sentaros.
El Gorrión te hizo un gesto con la mano para que te sentaras a su lado.
También viste al resto de participantes o fueron llegando acto seguido.
Hideo se acercó a tu mesa y te saludó.
¿Rikku-san verdad? preguntó, pero era absurdo pensar que no sabía tu nombre. Me alegra ver que, pese a las dificultades, estáis demostrando la superioridad de la Grulla.
Espero veros en la final... ah, y mañana en mi boda. dijo con un tono de superioridad, sentándose en la otra mesa.
El Escorpión parecía haber decidido ausentarse del evento, así como un Moto eliminado a las primeras de cambio que seguramente no se habría enterado de lo de la comida.
El resto, estabais todos, incluido tu próximo rival.
El Mirumoto estaba sentado en el extremo opuesto de tu mesa, con los ojos cerrados. Podías notar que trabajaba mucho su físico y te pareció ver algún tatuaje emerger por su cuello.
Rikku-san, ¿es conocido vuestro Hideo-san? Ambos tenéis una exquisita técnica, pero es la primera vez que veo un duelista zurdo. ¿Es eso habitual?
Bueno y decidme, ¿lleváis mucho tiempo en la ciudad?
Yo ya llevo unos meses, aunque aún hay veces que me pierdo, hehe. Mi padre tiene un negocio de sedas aquí, es un Mercader. Pero yo prefiero seguir la senda del Bushi, es más entretenida. el Suzume seguía hablando ante las miradas del resto de comensales.
Las sirvientas comenzaron a llegar, hasta que finalmente hizo entrada una comitiva formada por los jueces, el árbitro y el Consejero Ikoma que había parlamentado al inicio del Festival.
Los cuatro se sentaron en una mesa aparte, permaneciendo el Ikoma en pie.
Os agradezco a todos haber asistido a este almuerzo. Mi intención al organizarlo es fomentar el respeto y deportividad entre todos los que habéis honrado al Kiyosai participando en el torneo de Iaijutsu.
Lamentablemente tengo otros eventos en los que se requiere mi presencia y no voy a poder compartir esta comida con vosotros, pero espero que sea de vuestro agrado.
Y por último desear suerte a los participantes que aún restan en competición y dar las gracias a todos los que habéis participado en el torneo. dijo de modo solemne.
Los jueces aplaudieron sus palabras, obligándoos de algún modo a hacer lo propio.
El Consejero se marchó, posiblemente tendría un almuerzo pendiente con alguna personalidad.
El árbitro tomó la palabra.
Bueno... imagino que estáis hambrientos, así que nada... ¡Kanpai! gritó alzando su taza para brindar y dar por iniciada la comida.
No había alcohol disponible, pero la comida era abundante y deliciosa. Especialmente el pescado, traído desde el puerto y que parecía recién pescado.
El Gorrión empezó a comer como si no hubiera comido en días, pese a su reducida figura. El Shiba cercano rió ante su apetito, mientras el Mirumoto lo miraba de forma reprovativa. Posiblemente la presencia de los jueces evitó que dijera algo.
OR: Bueno con todo esto si quieres hablar con el Hida más o con alguno de los participantes antes de que lleguen los jueces (se supone que hay unos minutos) abrimos un Alternativo. Y si no hay nada aparte vamos ya al duelo. Saludos!
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
HARUNO
Este es el negocio de mi otosan, respondió el conforme vertía el té en las dos tazas el es el amante de los caballos y el que mejor sabe manejarse con ellos. Yo soy un shugenja, como bien has visto, y mi trabajo es principalmente de mercenario, siempre y cuando sea bajo una persona de Honor. Cuando tengo tiempo libre, vengo a ayudar al negocio familiar, para que mis padres tengan un descanso. El shugenja mira hacia los establos, hacia los caballos que pacen tranquilamente del alimento que poco antes él le ha preparado. La vida de mis padres está entre estas paredes, y sin ellas no podrían hacer otra cosa. Además es mi hogar y volver a él me trae confort y tranquilidad entre batallas.
Pero como terminó tu compañero herido? Se cuestionó el ronin mientras acercaba la taza a sus labios para beber.
Este es el negocio de mi otosan, respondió el conforme vertía el té en las dos tazas el es el amante de los caballos y el que mejor sabe manejarse con ellos. Yo soy un shugenja, como bien has visto, y mi trabajo es principalmente de mercenario, siempre y cuando sea bajo una persona de Honor. Cuando tengo tiempo libre, vengo a ayudar al negocio familiar, para que mis padres tengan un descanso. El shugenja mira hacia los establos, hacia los caballos que pacen tranquilamente del alimento que poco antes él le ha preparado. La vida de mis padres está entre estas paredes, y sin ellas no podrían hacer otra cosa. Además es mi hogar y volver a él me trae confort y tranquilidad entre batallas.
Pero como terminó tu compañero herido? Se cuestionó el ronin mientras acercaba la taza a sus labios para beber.
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kaiken Matsumoto
Primero el desconcierto cayó sobre mí como cuando una ola de agua helada cae sobre la cubierta mientras, por dentro, el abatimiento se extendía como una llama que prende desde su más mínima expresión hasta que se convierte en una gran llama que te consume cada vez más rápidamente, siendo la cólera de la frustración y la tensión y deseo acumulados el combustible que lo hace cada vez más fuerte. Y ahí estaba yo, comenzando a consumirme en la frustración y la rabia cuando, de pronto, ella volvió. Su mirada era diferente, había pasado del desconcierto y del deseo reprimido a la decisión y el temor de quien explora un mundo deseado pero desconocido. Dejó caer su túnica mientras me pedía que le mostrara el camino...
Me acerqué a ella, casi temblorosa, y le tomé de nuevo las manos. Le acerqué a mí, hasta notar el contacto de su cuerpo perfecto. Me acerqué a su rostro, cerró los ojos pero le dije que mirara los míos. Nuestros labios se encontraron ¡Qué labios tan suaves! ¡Y qué sabor tan dulce!
- Sólo tienes que dejarte llevar por el corazón. Deja que el deseo te guíe...- le susurré, volviendo enseguida a rodear sus labios y comenzar a trabar nuestras lenguas en una cadencia cada vez más rápida.
Guié sus manos hasta las solapas de mi túnica, a fin de que ella misma desenvolviera el regalo que le quería ofrecer... Descubrió, así mi pecho y mis hombros, me besó. Ahora podía sentir su exuberante y caliente pecho contra el mío, ya sudoroso. Entonces soltó mi cinturón y mi ropa también cayó. Estábamos listo para el siguiente paso.
La tomé en brazos y la reposé sobre la cama. Nuestros cuerpos empezaron a frotarse y trabarse mientras nos besábamos y acariciábamos. Trataba de reprimir mi violencia habitual para ser delicado con ella, hasta que su cuerpo me pidiera más. Mi boca comenzó a explorar su cuerpo de la misma manera que lo estaban haciendo mis manos, chupando su cuello, torso, pecho... me detuve ahí un rato, masajeando y chupando sus deliciosas tetas mientras con la otra mano le acariciaba entre las piernas, haciéndola convulsionarse y deshinibirse cada vez más. Entonces seguí chupando por su tripa, sus muslos por fuera, sus pantorrillas, sus muslos por dentro... ¡qué muslos! Duros, carnosos y perfectamente torneados, los muslos de una mujer inocente pero implacable asesina. Exhaló un gemido, se convulsionó, cuando llegué a la entrada de su coño, que chorreaba como un torrente primaveral. Lo acariciaba con mi lengua lentamente pero ella me pedía más: acabé devorándolo. Ella se convulsionaba y me aprisionaba la cabeza con sus muslos de acero mientras mi boca babeaba sus flujos. Mi barbilla chorreaba como una cascada. De pronto, apretó sus muslos como un cepo para osos, casi hundiendo mi cara hast ala nariz en ella, seguido por un alarido de placer, que debió despertar a algún muerto. Su cuerpo se relajó y mi cuello lo agradeció mas su sufrimiento me había sido compensado con creces... De hecho ni me percaté hasta que no terminé.
Primero el desconcierto cayó sobre mí como cuando una ola de agua helada cae sobre la cubierta mientras, por dentro, el abatimiento se extendía como una llama que prende desde su más mínima expresión hasta que se convierte en una gran llama que te consume cada vez más rápidamente, siendo la cólera de la frustración y la tensión y deseo acumulados el combustible que lo hace cada vez más fuerte. Y ahí estaba yo, comenzando a consumirme en la frustración y la rabia cuando, de pronto, ella volvió. Su mirada era diferente, había pasado del desconcierto y del deseo reprimido a la decisión y el temor de quien explora un mundo deseado pero desconocido. Dejó caer su túnica mientras me pedía que le mostrara el camino...
Me acerqué a ella, casi temblorosa, y le tomé de nuevo las manos. Le acerqué a mí, hasta notar el contacto de su cuerpo perfecto. Me acerqué a su rostro, cerró los ojos pero le dije que mirara los míos. Nuestros labios se encontraron ¡Qué labios tan suaves! ¡Y qué sabor tan dulce!
- Sólo tienes que dejarte llevar por el corazón. Deja que el deseo te guíe...- le susurré, volviendo enseguida a rodear sus labios y comenzar a trabar nuestras lenguas en una cadencia cada vez más rápida.
Guié sus manos hasta las solapas de mi túnica, a fin de que ella misma desenvolviera el regalo que le quería ofrecer... Descubrió, así mi pecho y mis hombros, me besó. Ahora podía sentir su exuberante y caliente pecho contra el mío, ya sudoroso. Entonces soltó mi cinturón y mi ropa también cayó. Estábamos listo para el siguiente paso.
La tomé en brazos y la reposé sobre la cama. Nuestros cuerpos empezaron a frotarse y trabarse mientras nos besábamos y acariciábamos. Trataba de reprimir mi violencia habitual para ser delicado con ella, hasta que su cuerpo me pidiera más. Mi boca comenzó a explorar su cuerpo de la misma manera que lo estaban haciendo mis manos, chupando su cuello, torso, pecho... me detuve ahí un rato, masajeando y chupando sus deliciosas tetas mientras con la otra mano le acariciaba entre las piernas, haciéndola convulsionarse y deshinibirse cada vez más. Entonces seguí chupando por su tripa, sus muslos por fuera, sus pantorrillas, sus muslos por dentro... ¡qué muslos! Duros, carnosos y perfectamente torneados, los muslos de una mujer inocente pero implacable asesina. Exhaló un gemido, se convulsionó, cuando llegué a la entrada de su coño, que chorreaba como un torrente primaveral. Lo acariciaba con mi lengua lentamente pero ella me pedía más: acabé devorándolo. Ella se convulsionaba y me aprisionaba la cabeza con sus muslos de acero mientras mi boca babeaba sus flujos. Mi barbilla chorreaba como una cascada. De pronto, apretó sus muslos como un cepo para osos, casi hundiendo mi cara hast ala nariz en ella, seguido por un alarido de placer, que debió despertar a algún muerto. Su cuerpo se relajó y mi cuello lo agradeció mas su sufrimiento me había sido compensado con creces... De hecho ni me percaté hasta que no terminé.
Continuará...
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kinko
Distrito Barrio Nuevo
Haruno
25º día del mes de Akodo de 1186, Mediodía, Soleado
La joven Shinjo escuchó tus explicaciones, mientras observaba mejor el lugar donde estaba.
Eran unos establos pequeños, pero se notaba que los cuidabais con mimo.
¿Mercenario decís? dijo, pensativa. ¿Por cuanto oro podría contrataros? preguntó con interés.
Al preguntarle sobre el motivo de la herida de su caballo, la guerrera puso una mueca de enfado.
Nos atacaron unos bandidos por el camino. Creo que elegí una ruta equivocada... explicó confundida.
Hacía mucho tiempo que no estaba en Rokugan, además de que es la primera vez que piso esta zona del Imperio... o lo que sea ahora. dijo con cierta frustración en sus palabras.
Distrito Barrio Nuevo
Haruno
25º día del mes de Akodo de 1186, Mediodía, Soleado
La joven Shinjo escuchó tus explicaciones, mientras observaba mejor el lugar donde estaba.
Eran unos establos pequeños, pero se notaba que los cuidabais con mimo.
¿Mercenario decís? dijo, pensativa. ¿Por cuanto oro podría contrataros? preguntó con interés.
Al preguntarle sobre el motivo de la herida de su caballo, la guerrera puso una mueca de enfado.
Nos atacaron unos bandidos por el camino. Creo que elegí una ruta equivocada... explicó confundida.
Hacía mucho tiempo que no estaba en Rokugan, además de que es la primera vez que piso esta zona del Imperio... o lo que sea ahora. dijo con cierta frustración en sus palabras.
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
HARUNO
Podría trabajar para ella? El ronin observó sus ojos, su semblante hermoso y embriagador. Parecía honorable, parecía una mujer... y tan hermosa. Luego estaba la amenaza a su padre, podría dejarlo sin protección?
Imagino que Shinjo-sama solo ha estado por el los territorios Unicornio hasta ahora, aunque eso me hace cuestionar que la trae hasta aquí? No soy un ronin cualquiera, y solo sirvo a aquellos que guardan el Bushido en su corazón. Además recientemente hemos recibido algunas amenazas en los establos, por lo que abandonar a la familia me resulta algo difícil. En sus ojos se podía leer que a pesar de sus quejas, el ronin aun deseaba ir con la mujer. Sus ojos deseosos de su presencia. Ahora que la luz brillaba delante de él, apartarse de su calor parecía doloroso. Maldito Yanai... resopló en voz baja. Pero tal vez la Shinjo no necesitaba que él estuviese muy lejos de allí. Que tipo de trabajo requeriría Shinjo-sama de un humilde sirviente?
Podría trabajar para ella? El ronin observó sus ojos, su semblante hermoso y embriagador. Parecía honorable, parecía una mujer... y tan hermosa. Luego estaba la amenaza a su padre, podría dejarlo sin protección?
Imagino que Shinjo-sama solo ha estado por el los territorios Unicornio hasta ahora, aunque eso me hace cuestionar que la trae hasta aquí? No soy un ronin cualquiera, y solo sirvo a aquellos que guardan el Bushido en su corazón. Además recientemente hemos recibido algunas amenazas en los establos, por lo que abandonar a la familia me resulta algo difícil. En sus ojos se podía leer que a pesar de sus quejas, el ronin aun deseaba ir con la mujer. Sus ojos deseosos de su presencia. Ahora que la luz brillaba delante de él, apartarse de su calor parecía doloroso. Maldito Yanai... resopló en voz baja. Pero tal vez la Shinjo no necesitaba que él estuviese muy lejos de allí. Que tipo de trabajo requeriría Shinjo-sama de un humilde sirviente?
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kaiken Matsumoto
Sequé mi barbilla con la sábana y me abalancé sobre mi amante. Entonces ella, como si le diera vergüenza pedirlo, quiso corresponderme... Así que me senté recostado sobre los mullidos almohadones y mi polla, que apuntaba al techo desafiante, marcó su objetivo. La Doji entonces se acercó y comenzó a acariciarme el cuerpo: el pecho, las abdominales, los muslos, hasta llegar a donde deseaba y temía. Tocó delicadamente, poco a poco, como si temiese que algo pudiese ocurrir. Tomé su mano y le mostré como agarrarla mientras le guiaba en el vaivén. Entonces acerqué su cabeza a mi y le besé. Le acerqué a mi pecho y me lo besó, mientras la guiaba cada vez más abajo... Ella me imitó y fue bajando por las caderas hasta los muslos y luego volvió a subir. Sus labios y su lengua se acercaron entonces a mi falo y comenzaron a recorrerlo de abajo a arriba y de arriba a abajo. Le guié entonces hasta mis cojones, que devoró como frutas dulces. Mientras tanto su mano continuaba su masaje y entonces, ya palpitante hasta el extremo, guié delicadamente con mi mano su cabeza hasta la punta del glande. Enseguida Ahoime supo que tenía que hacer y abrió la boca: lentamente fue tragando la carne de mi rabo hasta que no pudo más y comenzó una torpe mamada que, poco a poco, fue refinando conforme a mis reacciones.
Aquello era gloria.
Mi joven amante grulla siguió mamando cada vez con más pasión, dejándose llevar. Nada parecía que fuese a deternerla y yo no paraba de gemir, extasiado. Ella notó algo, sintió cómo mi carne se hinchaba y mi cuerpo se estremecía, desenbocando en una convulsión que llevó a que erupcionase como un volcán en su boca.
-¡Traga o te ahogarás!- advertí, mientras mi esencia, que salía poderosa, como un animal enjaulado y hambriento, invadía su garganta y paladar. Sus mofletes se hincharon y sus ojos se abrieron como platos mientras mi savia resbalaba por la comisura de sus labios e incluso por su nariz, teniendo que dar un par de tragos para no ahogarse de primeras. Se la sacó de la boca, salpicándole los últimos chorros en su hermosísimo e inocente rostro. Tanto pringue le dejó desconcertada.
Sequé mi barbilla con la sábana y me abalancé sobre mi amante. Entonces ella, como si le diera vergüenza pedirlo, quiso corresponderme... Así que me senté recostado sobre los mullidos almohadones y mi polla, que apuntaba al techo desafiante, marcó su objetivo. La Doji entonces se acercó y comenzó a acariciarme el cuerpo: el pecho, las abdominales, los muslos, hasta llegar a donde deseaba y temía. Tocó delicadamente, poco a poco, como si temiese que algo pudiese ocurrir. Tomé su mano y le mostré como agarrarla mientras le guiaba en el vaivén. Entonces acerqué su cabeza a mi y le besé. Le acerqué a mi pecho y me lo besó, mientras la guiaba cada vez más abajo... Ella me imitó y fue bajando por las caderas hasta los muslos y luego volvió a subir. Sus labios y su lengua se acercaron entonces a mi falo y comenzaron a recorrerlo de abajo a arriba y de arriba a abajo. Le guié entonces hasta mis cojones, que devoró como frutas dulces. Mientras tanto su mano continuaba su masaje y entonces, ya palpitante hasta el extremo, guié delicadamente con mi mano su cabeza hasta la punta del glande. Enseguida Ahoime supo que tenía que hacer y abrió la boca: lentamente fue tragando la carne de mi rabo hasta que no pudo más y comenzó una torpe mamada que, poco a poco, fue refinando conforme a mis reacciones.
Aquello era gloria.
Mi joven amante grulla siguió mamando cada vez con más pasión, dejándose llevar. Nada parecía que fuese a deternerla y yo no paraba de gemir, extasiado. Ella notó algo, sintió cómo mi carne se hinchaba y mi cuerpo se estremecía, desenbocando en una convulsión que llevó a que erupcionase como un volcán en su boca.
-¡Traga o te ahogarás!- advertí, mientras mi esencia, que salía poderosa, como un animal enjaulado y hambriento, invadía su garganta y paladar. Sus mofletes se hincharon y sus ojos se abrieron como platos mientras mi savia resbalaba por la comisura de sus labios e incluso por su nariz, teniendo que dar un par de tragos para no ahogarse de primeras. Se la sacó de la boca, salpicándole los últimos chorros en su hermosísimo e inocente rostro. Tanto pringue le dejó desconcertada.
Continuará
Re: Capítulo III: Nuevos Horizontes
Kinko
Distrito Barrio Nuevo
Haruno
25º día del mes de Akodo de 1186, Mediodía, Soleado
La samurai-ko dudó un instante, pero terminó por responder.
En realidad... no resido en Rokugan. Mis padres se marcharon de aquí cuando yo aún no había cumplido el gempuku. Estaban en desacuerdo con la posición del Unicornio frente a la rebelión de Shingen.
Vivimos con otros desidentes en el desierto de las Arenas Ardientes. Una pequeña comunidad fue formada allí, esperando el día en que Rokugan volviera a ser un lugar apropiado.
He venido desde el exilio para encontarme con el Sh?gun, la máxima autoridad militar de Rokugan. He oído que se encuentra en esta ciudad asistiendo a un Festival... explicó para tu sorpresa.
Vuestro trabajo sería como guía por la ciudad y como escolta en caso de necesidad. No creo que nos lleve demasiado tiempo . explicó, dando los detalles.
Distrito Barrio Nuevo
Haruno
25º día del mes de Akodo de 1186, Mediodía, Soleado
La samurai-ko dudó un instante, pero terminó por responder.
En realidad... no resido en Rokugan. Mis padres se marcharon de aquí cuando yo aún no había cumplido el gempuku. Estaban en desacuerdo con la posición del Unicornio frente a la rebelión de Shingen.
Vivimos con otros desidentes en el desierto de las Arenas Ardientes. Una pequeña comunidad fue formada allí, esperando el día en que Rokugan volviera a ser un lugar apropiado.
He venido desde el exilio para encontarme con el Sh?gun, la máxima autoridad militar de Rokugan. He oído que se encuentra en esta ciudad asistiendo a un Festival... explicó para tu sorpresa.
Vuestro trabajo sería como guía por la ciudad y como escolta en caso de necesidad. No creo que nos lleve demasiado tiempo . explicó, dando los detalles.