Por el grupo Félagit (La comunidad)
Introducción
Los aficionados a los wargames, y creo que por herencia directa los jugadores de rol, tendemos a una faceta relacionada con nuestra afición que podríamos denominar como erudita.
Me refiero a que, en mayor o menor medida y sin importar mucho a que genero nos dediquemos (Mas al histórico que al fantástico o al de ciencia ficción, eso sí) todos acabamos mirando libros que no son el reglamento o suplementos de juego o páginas web que no son para ver si hay erratas o si las que había ya habían sido corregidas. Y lo que buscamos suele ser inspiración o ideas para empezar o rematar un proyecto que hemos iniciado, aunque también se da muchas veces el caso de lo que se busca simplemente es saciar una curiosidad que se nos ha despertado de pronto, primero como un simple picor y que no es raro que acabe siendo una increíble comezón que queremos aplacar a toda costa con la pomada del conocimiento. Por eso empezamos a rebuscar por libros de toda clase y pelo, desde enciclopedias a tratados o ensayos.
Y las empresas, no solo las dedicadas directamente a los juegos, no tardan en darse cuenta de que hay una veta comercial muy jugosa que convendría explotar y lanzan líneas de productos en ese sentido, como libros de referencia, suplemento especiales o simplemente, colecciones temáticas que aúnan todo lo que uno puede buscar y desear: laminas ilustradas a color que sirvan de inspiración para pintar las miniaturas o hacer transformaciones, datos de toda índole para hacer escenarios, crear trasfondos o simplemente ajustar al máximo lo que hacemos para hacerlo más fiel (pero a escala y sobre una mesa de juego) a la historia. Lo cual hace que surja un gran abanico de posibilidades al que nos dedicamos con entusiasmo.
Pese a todo, la información y las curiosidades (que creemos que son la “sal” de la vida) surgen a veces de los lugares más insospechados. Igual, donde menos te lo esperas acabas dando con un hilo que no puedes resistirte a seguir. A veces, la sorpresa te viene de cosas que conoces de antes y que una lectura más enfocada a otras materias ha hecho que pases por alto algo. Y ese algo, como un niño enrabietado, te da una patada en la espinilla y te chilla desde debajo de tu barbilla un “eh, que estoy aquí, préstame un poco atención”.
Este es el caso de esta obra que os traigo, que viene a reconciliar y unir un poco más dos mundos, dos aficiones, que son la de los juegos de guerra o “wargames” y la de los juegos de rol.
Si yo digo a un grupo de personas cualquiera Ernest Gary Gygax o simplemente Gary Gygax (1938- 2008), prácticamente la mayoría de las personas hablara automáticamente de Dungeons & Dragons, de la compañía TSR (de la cual fue el uno de los fundadores) o simplemente de los juegos de rol que el ayudo a crear o de su gran talento creativo en general. Y eso estaría muy bien y sería correcto.
Pero supongo que poca gente (o menos aun) haría referencia a que Gary Gygax, el llamado por algunos como “padre de D&D” (Titulo que también en su justa medida le pertenece a Dave Arneson 1947-2009) era un consumado aficionado a los wargames desde su más tierna infancia además de activo miembro y fundador de diferentes grupos y asociaciones. Con solo 15 años fundo, con su amigo Don Kaye (1939-1975 el otro fundador de TSR, años más tarde), su primer reglamento de un wargame para poder sacar más rendimiento a sus colecciones de miniaturas de 54 mm y 70 mm. Tampoco creo que mucha gente, en líneas generales hiciera notar que durante sus primeros años de vida D&D (y luego más adelante, en Advanced Dungeons & Dragons) estuvo íntimamente relacionado con los wargames. Más allá del hecho, quiero decir, de que descienden directamente de ellos. Es más, esa íntima relación siguió dándose durante mucho tiempo después de que Gygax abandonase su empresa. Y que aun a día de hoy, con todos los cambios que se han producido en el juego y en el género lúdico en el que se ubica, aun se pueden ver esas trazas si uno se fija con cierta atención.
Por ejemplo, está el propio nombre de la empresa creadora, ya que TSR son las siglas de Tactical Studies Rules (Y también de la primera encarnación de la revista The Dragon, que en sus inicios se llamaba The Strategic Review). Luego está el hecho de que D&D se desarrolló a partir de un “wargame” creado por Gygax y Jeff Perren llamado Chainmail y que en su primera edición de 1974 debajo de su título saliera esto:
“Reglas para campañas fantástico-medievales de juegos de guerra jugables con papel y lápiz y miniaturas”, viene a decir. Como se puede comprobar, no salen las palabras “Role-playing game” bajo el nombre de Dungeons & Dragons hasta muchos años después. O el hecho de que en medio de la vorágine que habían provocado los juegos de rol, siguieran apostando por los wargames, aunque de corte fantástico y relacionados con D&D, como fue el caso de Battlesystem.
Estos son los hecho más conocidos o al menos los más visibles, a poco que se investigue, pero si nos adentramos un poco más en D&D acabamos descubriendo que Gygax y más tarde los creativos que siguieron sus pasos en TSR, iban incluyendo retazos de información que estaban mucho más orientados directamente a los wargames históricos que a los juegos de rol de fantasía. Unas veces, una imagen acompañada de unos pocos párrafos y otras veces artículos enteros. Por ejemplo: En el set 4 de D&D, que salió a la venta en 1985 (Oficialmente conocido como “Master Set”, pero que todo el mundo conoce como “Black Set”, por el color de la caja y de las encuadernaciones), tenemos en la página 19 esta curiosa imagen acompañando reglas de algunas armas:
A primera vista, lo que parece que tenemos aquí no es más que una imagen que nos identifica cada arma con su nombre, que estaba en la página anterior. Pero el equipo que creó este suplemento para D&D, con Frank Mentzer a la cabeza, considero muy oportuno y necesario incluir diferentes modelos de Alabarda y de Bardiche, diferenciándolos por su nacionalidad: alemana, austriaca, suiza, turca… lo cual no deja de ser algo llamativo en un juego de rol de fantasía pura y dura. Ni por asomo pienso que este mal o fuera de lugar, todo lo contrario. Creo firmemente en eso de que el saber no ocupa lugar. No obstante, uno no puede dejar de preguntarse porque les dio por incluir esa información realmente.
Tal vez esto tuviera su germen en un artículo de la revista The Dragon, seis años antes y que es el motivo de este documento que estás leyendo.
En el número 22 de la revista, que se publicó en febrero del año 1979, salió un artículo titulado “The Nomenclature of Pole Arms”. La nomenclatura de las armas de asta, sería la traducción más adecuada. Algo así como nominar, o dar un nombre apropiado, a las armas de asta.
Lo escribió Gary Gygax, firmando como E. Gary Gygax. En un primer momento, pensé que era obra de su hijo mayor, que se llama como su padre (Ernest), pero que todo el mundo conoce como Ernie, y que fue junto con su hermano Lucion (Luke, para los amigos, Gygax) uno de sus mayores colaboradores. Pero él es solo Ernest “Ernie” Gygax, no Ernest Gary Gygax, ya que de haber sido de la otra forma llevaría tras de sí el “Jr” de Junior (o su padre hubiera llevado “Sr”, de Senior). Además, me confirmaron que la autoría era del padre, ya que me hicieron notar que firmaba igual (como E. Gary Gygax) en su columna “The Sorceror’s scroll”.
The Nomenclature of Pole Arms fue re-editado dos veces, al menos. Una vez fue en el Best of Dragon Magazine II (1981), que recogía artículos de todo tipo de los cuatro primeros años de la revista. Es el último artículo de esta compilación y ocupa 5 paginas completas (de la 76 a la 80, ambas incluidas). Más tarde, volvió a parecer en el suplemento de D&D Unreathed Arcana (1985), creado por el propio Gary Gygax. Solo que aquí salió como un apéndice (Señalado con la letra “T”, acompañando el titulo), al final de la parte dedicada a los Dungeon Masters (DM’s) y por lo tanto al final del suplemento. Aquí ocupa casi 6 páginas enteras (de la página 123 a la 128, que la ocupa entera, salvo un breve espacio donde se da por finalizado el suplemento con los créditos y unas indicaciones adicionales. Ambas incluidas). El motivo de que ocupe más en un lugar que en otros es bastante sencillo: en el original había unas pequeñas ilustraciones de las cabezas o moharras de diferentes armas de asta, pero pese a estar señaladas con letras para saber cuál era cada una, al final resulto algo lioso por su colocación, fruto del maquetado final. Además, no estaban todas las que tenían que estar, por salir en el texto y salían algunas que estaban relacionadas en parte con las armas de asta. En la versión que sale en el Unreathed Arcana salen ilustraciones completas y fácilmente identificables de cada arma de asta referida en el texto (están usadas en esta obra, junto con algunas otras de la primera versión del articulo). Eso hace que se gane más información visual y más claridad, manteniendo el texto original.
Gary Gygax, como aficionado a los wargames, entre otras cosas (cuentan que era un excelente cazador y tirador con armas de fuego y con arco, además de coleccionista de armas de fuego cortas, rifles y escopetas) parecía sentirse un poco frustrado por el hecho de que en el campo de las armas de asta hubiera muchas confusiones a la hora de nombrarlas y describirlas en libros y tratados, sobre todo las de época medieval (su preferida) en Europa. Unas veces, las armas se llaman con el nombre de otras, o las traducciones de otros idiomas suelen estar salpicadas a veces de inexactitudes o nombres mal utilizados, etc. Lo cual es un poco caótico y molesto para cualquier aficionado, académico, traductor,… Incluso la propia definición de “arma de asta” no está del todo consensuada, según donde mires. Esto acaba causando un montón de problemas o al menos, casos peculiares.
Por ejemplo, cuando se empezó a traducir la Saga de Njal, una de las sagas islandesas más famosas junto con la de Egil, se toparon con que varios de los pasajes se hablaba de un arma de asta llamada “Atgeir”, y que no era un nombre propio. Esta arma la usaba uno de los personajes (Gunnar Hámundarson) con gran habilidad y, pese a salir algunos datos y descripciones de la misma, no acababa de casar del todo con modelos parecidos y no tan restringidos geográfica y culturalmente (Islandia y el mundo escandinavo medieval). Pues los primeros traductores cortaron por lo sano y la acabaron traduciendo como “Alabarda”. Como aún no se ha encontrado una pieza arqueológica que se pueda identificar correctamente con lo que sale en la saga de Njal y nos saque a todos de dudas, nos tenemos que quedar “Alabarda”. Y no es el único caso en las sagas, como se verá más adelante.
Otro caso muy conocido, pero en este caso por motivos muy diferentes, es el de la famosa obra de Robert Graves, Yo, Claudio. Cuando el autor la escribió, decidió poner prácticamente todos los términos latinos lo más claros posible para que sus lectores, que en su principio iban a ser ingleses, no tuvieran que mirar en otras obras que era qué. Lo que hizo primero fue poner todos las localizaciones geográficas de la época del emperador Augusto (que es cuando nace el protagonista, que luego más tarde sería entronizado como el emperador de Roma, sucediendo al infausto Calígula) con nombres actuales. Así, en vez de poner “Claudia Agusta Lugdunun “ o “Lugdunun” a secas puso directamente Lyon o Francia en vez de “las Galias”. Pero no se detuvo ahí y cuando llego a otras cosas como las armas, “tradujo” la “Pfreim/Framea” de los germanos (Tácito, gran historiador romano la llama “Frameae”) por Azagaya…porque dijo que la Azagaya empuñada por los Zulues (“Assagai”) se le parecía mucho, y como los ingleses habían luchado contra ellos en Sudáfrica y les sonaba más, era más claro que usar Framea.
El historiador romano Tácito (esto esta sacado de la obra El Ejercito Romano, de Antonio Diego Duarte Sánchez. 2ª edición, 2004.) la describe así: “[…] utilizan venablos cortos que llaman Frameae con una hoja de hierro largo y estrecha; dicha arma es tan eficaz y de fácil manejo que se sirven de ella lo mismo en la lucha cuerpo a cuerpo que a distancia[…]” y añade que la usaban tanto a pie como montados. La Azagaya, por otro lado, es básicamente un arma de infante (los Zulues no tenían tropas montadas), más orientada sobre todo como arma arrojadiza (El rey Shaka reformo a los Zulues en este aspecto, creando la “Iklwa” o “Ixwa”, una versión más corta y solo de combate cuerpo a cuerpo de la tradicional Azagaya) y hay algunas sutiles pero importante diferencias en cuanto formas, materiales, tácticas,…Son parecidas, pero no son lo mismo.
Considero que la intención de Mr. Graves fue buena, sin duda alguna, pero los resultados son, en ese aspecto, como poco cuestionables. Ya se sabe lo que se suele decir de las buenas intenciones y el Infierno… Un glosario al final de la obra hubiera sido, creo, mucho mejor.
Por otro lado hay que ser cien por ciento justo: de la misma forma que hay errores y fallos muy serios en autores modernos y contemporáneos, también los hay en fuentes antiguas como en el caso de la descripción del equipamiento de las tropas que lucharon en la batalla de Birmingham (1643) del lado del Príncipe Rupert. Al lado de sus fuerzas de caballería un regimiento de infantería iban armados…(primero la cita original, sacado de las memorias del propio príncipe):
“with pikes, half-pikes, halberds, hedge-bills, Welsh hooks, clubs, pitchforks, with chopping-knives, and pieces of scythes.”
Si el original ya plantea algunas dudas en cuanto a los nombres de las armas, si lo traducimos al español la confusión aumenta, ya que algunas armas no tienen equivalencias en español y tenemos que usar aproximaciones:
“con picas, medias picas*, alabardas, hocinos*, hocinos galeses*, garrotes, horcas, con cuchillas de carnicero y piezas de guadañas*”
¿Medias picas son Espontones ? ¿Hocino es el termino adecuado para esas dos armas? ¿Y que son “piezas de guadañas”?
Creo que por todo esto y por muchos más casos, Gary Gygax escribió ese artículo: para ayudar a saber que es que cada cosa y diferenciarlas mejor o al menos no causar más confusiones al respetable. De hecho, es lo primero que dice en el artículo nada más empezar: ”Durante la Edad Media se usaron una cantidad alucinante de armas diferentes. Lo que es casi igual de sorprendente es la falta de uniformidad en los nombres con los que esas armas son nombradas. Aparentemente, los autores que deberían ser autoridades en esta materia, etiquetan descuidadamente un tipo de arma en una clasificación completamente equivocada, confundiendo de esta manera al lector no informado en la materia, y haciendo generalmente haciendo la identificación difícil y dudosa”.
Lo que hace diferente y a la vez tan interesante este artículo, comparándolo con otros parecidos que fueron apareciendo en revistas como The Dragon Magazine, es que Gary Gygax escribió un artículo divulgativo, sin incluir nada relacionable ni con D&D ni con wargames, cuando hubiera sido lo lógico, como reglas adicionales o alternativas, perfiles de juego, etc. Si yo no hubiera dicho nada del autor o de donde había salido y solo hubiera dado el texto, podría haber pasado por algo escrito en una revista especializada de historia o en el trabajo de alguien versado en Historia Medieval. Es algo creado para que sea abierto y la gente aprenda, lo cual para mi es uno de los grandes valores positivos tanto de los juegos de rol como de los wargames. Dos hobbys de las cuales Gary Gygax, como otros autores, fue nexo común para comunidades y aficionados.
Este artículo, por lo menos en el mundo de habla anglosajona, es muy usado, especialmente las imagines, en toda clase de webs y publicaciones de todo tipo desde webs de armerías y reproducciones a webs dedicadas a toda clase de juegos. E incluso algunas utilizan total o parcialmente el texto escrito por Gary Gygax o lo incluyen en otras obras… aunque, lamentablemente, sin decir de donde lo han sacado ni el autor original. Por eso, puede que al menos las imágenes os sean para algunos, conocidas.
Hasta donde nosotros alcanzamos a saber, este artículo no fue traducido al español, al menos no de forma profesional (Y amateur, por lo que se ve y hasta ahora, tampoco). Y dado que tiene una clara vocación hacia lo que es la enseñanza y la divulgación, pensamos que sería una idea excelente traducirlo y ponerlo en abierto al alcance de todo el mundo, usando para ello Internet. Procuramos totalmente ser fieles al estilo de Gygax, y usar solo el material gráfico que él y la gente de TSR crearon para esta materia.
Pero no queríamos limitarnos solo a traducirlo y maquetarlo, si no que queríamos ir un paso más allá y añadir nuestro propio grano de arena, siguiendo el espíritu original del artículo, añadiendo a modo de “apéndices” artículos propios sobre las armas de asta medievales, e incluyendo anotaciones, acotaciones y aclaraciones en el de Gary Gygax para hacerlo más claro al autor hispano-hablante.
Para ello tuvimos estos puntos en cuenta:
-Gary Gygax hace algunas menciones muy importantes a la historia de Suiza, en especial a su historia bélica. Y no fue algo casual. No solo por el hecho de que su padre fuera un suizo afincado en Chicago (El violonchelista Ernst Gygax, que fuera miembro de la Orquesta Sinfónica de esta ciudad), sino porque en Suiza hay una gran tradición militar y dentro de esa tradición militar está el uso, desarrollo y hasta invención de muchas armas de asta conocidas en Europa, y sus tácticas asociadas. Por eso, pensamos que sería bueno incluir unos breves comentarios en un anexo fuera del artículo, para que la gente que lea este documento se familiarizarse con esa historia.
-Si bien es cierto que el artículo se centra única y exclusivamente en armas de asta europeas del medievo, y por lo tanto Gygax no hablaba de palos bo, kamayaris, naginatas, espontones o atrapa-hombres por ser de otras culturas y/o de otras épocas, si habrá algunas breves referencias sobre armas de asta, aun siendo de otras culturas y/o periodos si están relacionadas con las que salen en el trabajo de Gary Gygax, también como anexo fuera de él.
A fin de cuentas, creemos que cuando se habla de picas, sería una excelente idea hacer alguna referencia a las sarisas, por ejemplo, por ser su antepasado directo.
-Al traducirlo nos hemos visto en el mismo problema que queremos evitar y que quiso evitar Gary Gygax. Algunas de las armas de asta mencionadas tienen una difícil traducción o equivalencia en español y además tenemos dificultades para tener fuentes de referencia de sobra que nos permitan comparar en nuestra lengua materna. Las que hay son a su vez traducciones de otros idiomas y no son “nacionales” . Además, está el hecho de que algunos documentos y fuentes de los que disponemos caen en errores o contradicciones muy básicos en cuanto a traducciones, por exceso de simpleza o simplemente repitiendo errores de otros, como uno muy típico que cita el propio Gygax en un libro clásico de referencia en estos temas. Así que lo que hemos hecho es, junto con cada arma de asta, incluir su nombre original en el artículo de Gygax y la equivalencia al español, aunque sea aproximada. Si esa arma, además tuviera algún nombre comprobado en otro idioma que conociéramos y Gary Gygax no lo hubiera incluido, lo añadiríamos a parte en los anexos para dar más posibilidad de ser precisos, al tener referencias añadidas.
-Dado que Gygax era norteamericano y allí se usa el sistema Imperial de medidas (pies, pulgadas, yardas,…) como prácticamente todo el mundo anglosajón y nosotros usamos el sistema métrico internacional (milímetros, centímetros, metros…),hemos puesto entre paréntesis la equivalencia en sistema métrico internacional cuando salgan medidas imperiales (U otras que no sean imperiales). Eso lo hará todo más claro para todos.
-Se incluyen, por último, varias bibliografías y lecturas de interés. Unas las que recomendaba el autor en el artículo original y otras que proponemos nosotros, basándonos en el material que hemos consultado nosotros por nuestra cuenta. Y se han usado dos formas académicas de citas. Gygax usaba el formato Chicago (Muy usado en términos académicos, no por otra cosa…) y eso se ha respetado. Nosotros estamos acostumbrados al MLA y nuestras propias citas siguen ese sistema.
Y remarcar el hecho de que este trabajo, muy probablemente, no sea uno que ni siente cátedra ni aclare de forma definitiva muchas de las dudas o confusiones que hay con respecto a las armas de asta. Muchos trabajos publicados y por los que se cobra por ellos (esta obra no tiene ánimo de lucro) cometen fallos edición tras edición y no se corrigen, mientras que en otras se dice algo sobre un arma que, en el libro de al lado, es completamente contraria. Nosotros hemos tratado de ser lo más claros posibles y tratar de aclarar todo lo que se pueda. Eso nos ha llevado a mirar muchos libros y webs y a descartar unos o citar varios dando diferentes opciones sobre una misma arma. Es decir, ni Gary Gygax ni muchísimo menos nosotros, tenemos la verdad última y definitiva sobre este tema. Y pese a que hemos intentado evitar confusiones, meteduras de pata y errores al máximo, es posible que esta obra contenga algunos o al menos, puntos que entren en conflicto con lo que un lector puede conocer de obras que nosotros no hemos podido consultar y comparar. Por lo tanto, pedimos humildemente disculpas por cualquier fallo que alguien pueda encontrar de haberlos y esperamos que se tomen con indulgencia, debido a lo difícil que es esta materia.
En fin y para ir terminando esta parte de una vez por todas, no queda más que decir que esperamos que este documento os sea de interés y de provecho, al tiempo sirva para animaros a acometer proyectos parecidos o al menos para que paséis con su lectura un rato entretenido.
Félagit
(Lo formamos Alally, Kit y Agramar)
Nota de los traductores: En la versión del artículo que se publicó en el Unearthed Arcana(1985), Gary Gygax añadió una nota adicional explicando que las armas dibujadas en él, como estas y otras similares que vais a ver en el artículo estaban a escala 1/20 de su tamaño real. Por lo que la lanza de caballería señalada en rojo mediría en la vida real 15 pies de largo, lo que viene a ser unos 4,5 metros de largo en medidas del sistema métrico internacional. Añade que la escala se aplica solo a las astas de las armas, y que el resto de componentes como las moharras/hierros/cabezas, así como el grosor de las astas, puede que no este del todo dentro de esa escala de 1/20. Esto solo se aplica, además, a las imágenes de las armas al completo, no a las imágenes de las cabezas de las armas que acompañan el inicio de algunas descripciones (Tomadas de la versión original del artículo, de 1979, que salió en la revista The Dragon).
DISCLAIMER LEGAL:
Nación Rolera, al igual que El Descanso del Escriba, como blogs personales sin ánimo de lucro, distribuyen este material cedido por la viuda e hijas de Gary Gygax, y que es propiedad de su autor, Gary Gygax, sin ningún ánimo de lucro ni menoscabo de los derechos del autor original, a los lectores de Nación Rolera. El material mostrado aquí, texto y fotos, no pertenecen ni a Nación Rolera ni a El Descanso del Escriba así que no podemos autorizar su uso en otros medios o canales, más allá del uso personal que se pueda hacer de la información mostrada aquí.
Nación Rolera y El Descanso del Escriba agradecen a la familia de Gary Gygax, muy en especialmente a su viuda e hijas, la cesión del artículo original.
Fui administrador y moderador en varios foros relacionados con Warhammer y juegos de rol (Biblioteca Negra, El Cubil,..), ademas de miembro del desaparecido club Migosh (Sopelana, Bizkaia). Actualmente llevo un blog propio, que es El Descanso del Escriba, dedicado a mis aficiones personales como son los juegos de rol, los wargames y la música metalera, entre otras cosas.
Me gusta la historia de todo tipo, pero ahora estoy interesado en la de los juegos de rol. Resido en Islandia y preparo material fan-made para BRP Mythic Iceland.
1 Comentario
Retrospectiva de las entradas y publicaciones de Nación Rolera en 2018
[…] año empezó con un apasionante artículo del mismísimo Gary Gygax, «La nomenclatura de las armas de asta», donde Agramar de “El Descanso del Escriba” nos regalo cuatro impresionantes entradas sobre […]