Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Para recuperar lo que más se quiere, cualquier precio a pagar es pequeño; incluso la vida propia.

Director: Isildur
Jugadores: Helen, Setzer, Parpadee, Bolgran
Jugadores Reserva: Ninguno
Plazas Libres: 1
Periodicidad de los turnos: Semanal

Moderador: Isildur

Isildur
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

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Tierras Senpet

Matsumoto
La situación apremiaba y la adrenalina fluía por todo tu cuerpo haciendo latir tu corazón a rápidas pulsaciones.
Decidiste hacer caso a Darío y atacar por el lado opuesto del Merenita.
Este llamó la atención de la momia lanzando una de sus dagas contra su cabeza. Como te había pasado a tí, el arma rebotó como si chocara contra un muro, pero al menos sirvió para que Indeh la tomara con el Merenita.

Alzó su cetro y de los ojos de la cobra salió proyectado un rayo rojo que no presagiaba nada bueno. Darío saltó y logró escapar con vida, pero allí donde había impactado el rayo había fulminado el cuero que vestía el Contramaestre y dejado graves quemaduras en su cuerpo que de buen seguro iban a dificultar que siguiera luchando.

Pero todo ello te había dado el tiempo necesario para llegar a su lado.
La criatura fue a alzar su cetro contra tí, pero fuiste más rápido y con un tajo lateral bien calculado mandaste el artilugio despedido varios metros.
La criatura trastabilló como si dudara de cual iba a ser su próxima acción, hasta que finalmente una de sus manazas te agarró con fuerza del cuello.
Su fuerza era tremenda, y si no salías de allí rápido aplastaría tu cuello.
Matsumoto: 8 PD; 20 Totales; -10 Acciones.

Notaste que una extraña katana hecha totalmente de aire flotaba cerca de tu mano, probablemente obsequio de Harumi.

A todo ello, tus compañeros seguían combatiendo a los soldados de piedra, mientras el ruido del portón descendiendo indicaba que no quedaba demasiado para quedar atrapados.

OR: Como no te tiene inmovilizado totalmente puedes atacar igualmente, o probar de salir de la Presa. Saludos!
Isildur
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Kinko
Distrito Barrio Nuevo


Rikku
El Capitán de la Guardia escuchó en silencio e inexpresivo tus explicaciones. Parecía un hombre relajado y paciente, o al menos lo aparentaba.
Veo que habéis obviado lo más básico; ¿por qué motivo vinisteis a la ciudad y por qué tanto interés en buscar a una joven que incluso es de un Clan distinto al vuestro?
Espero que la Grulla esté al tanto de vuestras libres maniobras...
insinuó con cierto tono acusador.

Por otro lado también es extraño que alguien como Doji Hideo-san, residente en Takamichi y quien podría solicitar apoyo a su Clan para cualquier tipo de asunto deba recurrir al servicio de ronin... dijo, pensativo, mientras anotaba en un papel el nombre del Doji y la palabra "ronin".
Ahora seguid. Estabais con el asunto de que Hideo-san rechazó vuestra ayuda. Y de ahí a que terminarais luchando contra Las Arañas Rojas en un almacén del puerto creo que falta algo de información... dejó caer, esperando a que prosiguieras.

OR: Por ahora está relajado, aunque se altera un poco al principio cuando no sabe porqué has venido a la ciudad. Saludos!
Isildur
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Mensaje por Isildur »

Kinko
Distrito Barrio Nuevo


Haruno
Comenzaba un día más en los establos que regentabas junto a tu padre.
Aunque teóricamente estabais registrados dentro de la ciudad, vuestra ubicación era ya a las afueras, pasada la muralla e incluso los enormes establos regentados por el Clan Unicornio.
Era obvio que no podíais competir con ellos, y muchas de las visitas que teníais no eran para solicitar vuestros servicios si no para preguntar donde se encontraban los establos Unicornio.
Pero habías sabido conseguir algunos clientes, que buscaban en vuestras cuadras un servicio más personalizado y económico, y un trato más cercano al animal.

Apenas teníais media docena de corceles, cuatro ponis y dos caballos gaijin, que habían sido repudiados por los Unicornio por nacer en un día gafe o por tener manchas en lugares poco estéticos.

Esa mañana, como cualquier otra, ponías el forraje a los animales, observando los muros de la ciudad no muy lejos, y la pagoda de Shinsei que sobresalía por encima de estos.
De repente llegó un cliente, o tres mejor dicho.
Los dos primeros se quedaron en la entrada de los establos, y aún y con la distancia podías adivinar que estaban en forma y que iban armados, pese a no llevar mon ni distinción alguna.
El tercer tipo, pese a llevar un kimono blanco inmaculado que debería costar varios koku, tampoco daba evidencias de estar afiliado a ningún Clan.
Este último, un hombre bajito, y con una larga trenza y la cara risueña, se acercó a tí.
Buenos días. Vos debéis ser el joven Haruno-san del que he oído a hablar.
Sin duda es este un lugar entrañable y muy acogedor.
Ah, disculpad mis modales. Me llamo Yanai, comerciante de Kinko. ¿Ah, bueno esto es Kinko?
preguntó como de forma burlona.

Estoy aquí para hablaros de negocios.
Un negocio en concreto que os puede reportar muchísimo dinero. El suficiente para vivir el resto de la vida si lo sabéis aprovechar bien...
Vendedme vuestros establos.
dijo sin tapujos, lleno de convicción.
Rafinha
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Mensaje por Rafinha »

Kakita Rikku

- Oh, lo siento.-dijo con franqueza genuina; creyo que el capitan ya sabia la razon de su visita- He sido invitado a la boda de Yasuki Tomiko san y de Doji Hideo sama.-asintio- Aunque la verdad es que la invitacion en si me llamo mucho la atencion. Crei que, por alguna razon, Tomiko estaba en peligro.-Rikku sabia muy bien cuan extraño podia sonar lo que acababa de decir. Pero esa era la verdad.- Con respecto a mi permiso...-busco el documento entre sus ropas- El honorable magistrado Doji Yojiro sama me ha concedido un permiso temporal.-el permiso lo eximia de los deberes para con su clan durante la duracion del mismo. O asi lo habia entendido Rikku.

- Pues...-el Capitan le habia mencionado el almacen y la pequeña refriega que hubo en el mismo cuando el rescate de Tomiko- Para llegar hasta ella tuvimos que ganarnos la confianza de El Hacha, quien pensamos era el lider de los criminales.-arremango el kimono para enseñarle su tatuaje- Tuvimos que cobrar una deuda para "ganarnos" esto.-señalo- Una deuda que pague con mi dinero ya que el hombre a quien debiamos cobrarle no contaba con dicha suma.-el joven Grulla sabia que el Capitan no aprobaria semejante gesto, por asi decirlo- Y por mucho que me pese en el bolsillo y me queme esta marca-se refirio al tatuaje- lo volveria a hacer. Lo que sea por Yasuki Tomiko san.-dijo con fuerte conviccion y seguridad de si mismo.

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Shukei
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Mensaje por Shukei »

HARUNO

Sanaka, el padre de Haruno, observa desde la puerta de los establos mientras el par de hombres tratan de intimidar a la familia con su presencia, y el comerciante se dirige al ronin. Haruno le escucha desde una distancia prudencial mientras aun sujeta el fardo de paja con el que alimentaba a los animales. Sus músculos se tensaron aun más conforme el mercader expresaba su intención.

El ronin deja el fardo delante de él mientras se mueve hacia un lado acercándose a un barril lleno de agua donde se limpia las manos, aunque en realidad solo trataba de dirigir la mirada del trío hacia él y alejarlo de su padre. Por supuesto el no llevaba su arma encima, pues resulta muy incómodo mientras se trabaja, solo el wakizashi que delataba que era un ronin, uno de los samurai sin clan. La magia no era algo innato en su familia, había sido un don que Haruno había trabajado duramente, que había tenido que aprender con sudor, esfuerzo y dedicación, pero tenía un par de ases bajo la manga que podían darle ventaja aun desarmado como estaba.

"Me temo que no esta en venta" sentenció el joven con una dura cara hacia sus visitantes inesperados. Contando con que la pareja de guardaespaldas serían algo más tontos de lo que incluso parecían, Haruno se permitió la libertad de realizar un pequeño farol. "También podrías decirle a tus amigos que tengan cuidado, pues hay algunos sellos mágicos esparcidos por la granja para evitar problemas." Con tal de que el par temiese explotar, sería suficiente.

Sinceridad/Consciencia: 9
Isildur
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Mensaje por Isildur »

Kinko
Distrito Barrio Nuevo


Rikku

En efecto, tienes el documento firmado por Doji Yojiro que te exime de tus deberes en la aldea de Sakai Mura durante un mes.


Jinei escuchó tus explicaciones y revisó con una rápida mirada el documento sellado por el Magistrado Doji, devolviéndotelo rápidamente.

Sinceridad 17, Éxito


Continuaste explicando los motivos que te habían llevado a enrolarte a Las Arañas Rojas y a luchar finalmente en los almacenes del puerto.
El veterano Akodo asintió satisfecho y suspiró un instante, echando para atrás su cuerpo ligeramente.
Vuestro modo de actuar no es el más convencional, y en otras circunstancias podría haberos causados graves problemas; enrolarse a una banda criminal como Las Arañas Rojas y actuar por vuestra cuenta al margen de la ley son motivos suficientes para que como mínimo expulsaros de la ciudad.
Pero no lo voy a hacer.

Es más, tengo una proposición para vos.
dijo, sus negros ojos brillando.

La Guardia de Oro, lamentablemente, no da el abasto. Esta ciudad ha crecido demasiado y con ella los problemas y el crimen organizado. No es de extrañar, la permisiva política del gobierno Mantis es toda una invitación a todo tipo de maleantes y gentes fuera de la ley.
Tratamos de tenerlo todo controlado, pero la proliferación de bandas como Las Arañas Rojas es la confirmación de que aún nos queda mucho por hacer.
Y por si fuera poco, y que esto no salga de aquí, mi confianza en la Guardia Portuaria es escasa, tengo importantes dudas de que se tomen en serio su trabajo; Las Arañas, por ejemplo, encontraron en el Portuario un lugar "tranquilo" donde proliferar.
explicó el Capitán, con visible desagrado.

Os seré sincero, Rikku-san. Vuestra obstinación desmedida en encontrar a la joven Tomiko-san me invita a pensar que posiblemente hay algún tipo de sentimiento que debería avergonzar a un samurai, más tratándose de una dama a punto de contraer matrimonio.
Y como ya os dije, vuestra manera de actuar de espaldas a la ley es altamente cuestionable.
Pero al mismo tiempo sois un hombre de los que ya casi no quedan, que hace lo justo y lo que debe hacerse sin mirar atrás ni dudar.
Y yo quiero hombres así en mi Guardia.
explicó, dándote tiempo a adivinar lo que iba a proponerte.

Uníos a la Guardia de Oro, y os ayudaré a dar el golpe de gracia a Las Arañas.
Supongo que no es necesario explicar que sólo hombres de honor y de demostrada capacidad forman parte del cuerpo, y por tanto se les remunera generosamente.
Aparte de que el Gobernador otorga un domicilio a todos sus miembros en la ciudad.

Supongo que no es algo que podáis decidir ahora mismo, pero os estaré esperando hasta pasado mañana, cuando terminará el Festival de la Pureza.
Hasta entonces, haced cuanto os plazca, no tengo motivos para reteneos.
dijo, y se alzó de su asiento, dándote una última mirada antes de marcharse e indicar a los guardias que te devolvieran el equipo.
Isildur
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Mensaje por Isildur »

Kinko
Distrito Barrio Nuevo


Haruno
El llamado Yanai puso cara de decepción ante tu rápida negativa, mientras sus escoltas sonreían sin inmutarse de tu advertencia. Parecían relajados y saberse lo que se hacían, en consecuencia, no eran novatos.

Es una lástima, Haruno-san. Pero debo pediros que meditéis mi oferta, puedo llegar a ofrecer setenta koku por los terrenos, y compraros los caballos aparte si lo deseáis. Poned un precio, tengo importantes socios en la ciudad.
Lamentablemente en Kinko ya no queda espacio, y los locales que hay en venta no satisfacen nuestros deseos. Pero estos terrenos son lo suficientemente grandes y tranquilos como para llevar adelante nuestros negocios.
dijo, sonriendo de oreja a oreja.

Sacó un documento de su obi y te lo extendió.
Esta es la dirección donde podéis encontrarme. Estoy seguro de que entraréis en razón y procederéis a la venta. Pensad en vuestro bien y en el de vuestra familia... dijo, lanzando una mirada a tu progenitor, que podía interpretarse como despectiva.

Se fue dando media vuelta y se marchó, hablando con sus hombres en voz alta, posiblemente a drede.
Hay que tener cuidado trabajando entre tanto forraje, un despiste y arde todo en segundos...
Vamos a desayunar algo caliente...
fue comentando, alejándose lentamente.

OR: Ya decidirás si quieres decirle algo antes de que se vaya. Los dos tipos van armados uno con pareja de parangu y el otro con Nagamaki. La dirección que te da es del Asobi Yokocho en el Distrito Seita. Saludos!
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Atanvarno
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Mensaje por Atanvarno »

Kaiken Matsumoto

Cuando cerró la mano, enseguida me di cuenta de que la bestia era demasiado fuerte para liberarme forcejeando. Se cerraba como las mandíbulas de un tiburón, valga la ironía, sobre su víctima y cuando un tiburón muerde la única forma de liberarse es que te suelte a drede o le des tu brazo. En mi caso, por desgracia, no se trataba del brazo... forcejear sería precisamente darle tiempo a que me aplastara definitivamente pero... ¿Cómo atacara aquella bestia que parecía intocable? La respuesta apareció antes incluso de pensarla: una extraña sombra, que se asemejaba a una katana flotante, apareció junto a mi mano. ¡Un arma mágica! Quizás la magia haría lo que es incapaz el acero.

Solté mi katana para agarrar la de aire y, sin más vacilaciones, golpeé con todas mis fuerzas.

ataque 34, daño 7
Isildur
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Mensaje por Isildur »

Tierras Senpet

Matsumoto
Tomaste el arma mágica y atacaste a Indeh como pudiste.
El corte destrozó gran parte de su vendaje y permitió que vieras una carne putrefacta donde debería haber estado su hombro.
Indeh: 17 PD


El impacto no pareció importar demasiado a la criatura, que siguió apretando su manaza contra tu cuello, haciendo que empezaras a asfixiarte.
Matsumoto: 9 PD; Total 29, -15 Acciones


La agonía era cada vez mayor, y aunque Darío trató de ayudarte, su estoque sólo hizo cosquillas contra el cuerpo de la momia.
Sin embargo, cuando parecías destinado a morir asfixiado, notaste un extraño calor.
La sala se llenó de luz, como si de una mañana soleada se tratara, pese a que era materialmente imposible que la luz se filtrará a través de las paredes de la pirámide.
El abrumador sol hizo que Indeh empezara a retroceder, soltándote acto seguido y emitiendo un gemido que podía interpretarse como dolor.
Tosiendo y recuperando el aliento, viste el cuerpo de Nafné como la fuente de aquella luz, que empezó a hacer arder a la criatura y a hacer añicos a sus soldados de piedra.
(M)¡Salgamos de aquí! gritó Darío, guardando su arma y tomando a Cornejo en brazos.

Las llamas que bloqueaban el paso se apagaron, si bien quedaba muy poco para que la puerta se cerrara.
Indeh seguía retorciendose de dolor entre las llamas, y Nafné seguía con los brazos extendidos al cielo, como si no fuera consciente de nada.
Había que decidir deprisa.

OR: Las opciones son rematar a la momia (está ya en las últimas), o correr a la salida. Si corres, tirada de Atletismo NO 10, más penalizadores. Si coges a la princesa aumenta en 5. Saludos!
Rafinha
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Mensaje por Rafinha »

Kakita Rikku

Rikku observo al Capitan mientras este revisaba su permiso. Al parecer, todo estaba en orden.

El joven Grulla escucho con atencion la propuesta del Akodo. A decir verdad no esperaba semejante oferta, mas bien todo lo contario. Rikku sabia que habia actuado segun sus instintos y con total libertad e impunidad. Razon por la que creyo que le aguardaba algun tipo de castigo o multa. Nada de eso.

- Me honra con su proposicion, Akodo Jinei-sama.-admitio- Me gustaria creer que hice lo que cualquier hombre hubiera hecho en un caso como este. Yasuki Tomiko-san es para mi una persona muy especial. Nos conocemos desde la infancia. Mis padres y los suyos han hecho negocios en varias ocasiones, motivo por el cual le tengo un afecto.. especial.-concluyo- Su compromiso es de mi total conocimiento y tiene, sin necesitarlo, todo mi apoyo. Pero en cuanto supe que algo andaba mal no pude sino actuar. Ahora que esta a salvo y su vida no corre peligro, o eso me gustaria creer... me siento bien conmigo mismo y me encuentro diespuesto y sujeto a las necesidades de mi clan.-Rikku se reincorporo lentamente mientras alisaba su ropa- Si la Grulla lo dispone, con gusto servire en la Guardia de Oro. Os dare una respuesta en cuanto el festival haya terminado. Hasta entonces, ha sido un honor.-se despidio luego de una perfecta reverencia marcial.

Off: ¿Es esa la forma de dirigirse a un Capitan? Pues si no la es, hazmelo saber :D.
Última edición por Rafinha el 18 Feb 2017, 04:40, editado 1 vez en total.
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Atanvarno
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

Mensaje por Atanvarno »

Kaiken Matsumoto

Recuperé el aliento con gran dificultad, sacudí la cabeza para espabilarme. ¡Lo había conseguido! Y qué poco había faltado... Pero el peligro todavía no había terminado. Por instinto, recogí mi espada (la de verdad) y el cetro mágico del antiguo faraón para que no se sirviera de él en nuestra huida. Tomé a la princesa por el brazo, haciendo pinza con la articulación del mío, y le empujé para que saliera del trance y me siguiera pues no estaba en condiciones ni con tiempo de cargar con nadie. No quería morir pero tampoco quería dejar allí dentro a la princesa. Sólo los dioses, los que fueran, sabían cómo acabaría aquello...

Atletismo 13. No voy a cargar con la princesa, al menos de momento, pues creo que ella está en condiciones de correr por su propio pie. Así que le he dado un tirón con el brazo, con la parte interior del codo (las manos las tengo ocupadas y no hay tiempo de envainar) para que salga del trance y me siga. ¡espero que funcione!
Isildur
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

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Tierras Senpet

Matsumoto
Al tomar el cetro notaste como si este pesara como un tetsubo, pese a que aparentaba ser ligero.
Además de que una extraña sensación, como si alguien susurrara en tu oído, te invadió.

Pero ahora lo que apremiaba era salir de ahí a tiempo.
Corriste hacia la salida, haciendo despertar a Nafné de su trance con un golpecito.
La princesa pareció volver en sí y comprendió la situación tras una mirada, corriendo detrás tuyo.

Tus compañeros también corrieron a la salida, viendo como el portón cada vez estaba más bajo.
Uno a uno fueron cruzando, algunos con más dificultad que otros.
Para cuando tú llegaste, el portón estaba tan bajo que prácticamente tuviste que rodar por el suelo.
A Nafné la salvó Hamis tirando de ella desde el suelo.

Pero ella no era la última.
Yoichi venía cojeando, apenas incapaz de correr. Los guerreros de piedra le habían herido, sin sus pistolas no era el mismo.
¡¡Capitán!! gritó desesperado, entendiendo su final.

Toshiro se tiró al suelo, tratando de alcanzarle, logrando tirar de sus piernas.
¡¡Broom!!
El portón había llegado al suelo.

Toshiro respiraba aceleradamente, Yoichi lo hacía como si acabara de nacer, con la mirada perdida.
Os habíais salvado.
¡He visto ancianas en Futaoka que corren más que tú! gritó entre jadeos Toshiro.

Yoichi no respondió.
Gra... gracias Toshiro-sama... dijo tímidamente.

Menos mal que estás flaco, ¡al gordo no lo hubiera podido salvar!
Bueno, ¿y qué se supone que debemos hacer ahora?
preguntó Toshiro, mirándote.

Al fondo del pasillo, el día parecía amanecer con un sol resplandeciente.
Nafné caminó en cabeza, hasta salir de aquel maldito lugar.
¿Qué habría sido de Indeh?
Por lo pronto, cargabas con su cetro, ante la atenta mirada de Harumi.
Aohime se acercó para asegurarse de que estabas bien.
Darío cargaba a cuestas con el Capitán Cornejo, el motivo por el que habíais venido a esta extraña tierra.
Aunque magullado e inconsciente, podías apreciar que era bastante joven, de cabellos largos y negros y perilla, además de llevar anilladas las orejas.
Al llegar al exterior, te giraste a observar la pirámide en la que habías estado.
Debía medir cincuenta metros o puede que más. Impresionaba sólo verla.

En la ciudad cercana, los ruidos de batalla parecían haber cesado.
Caminando por las calles había cadáveres a uno y otro lado. Reconociste a algunos Moradores entre los cuerpos; al parecer habían logrado entrar en la ciudad, aunque fuera dando sus vidas.
Cuando os acercabais al Palacio, un grupo de soldados os interceptó.
(S)¡Alto!¿¡Quién va!? gritó uno de ellos, visiblemente cansado.

(S)Soy Nafné, Faraona de estas tierras. respondió la princesa con calma.

Los soldados se miraron entre ellos, e instintivamente bajaron sus armas, arrodillandose en el suelo.
Nafné siguió su camino hacia el Palacio donde ahora gobernaría.

OR: Buf le ha ido de 1 de daño a Yoichi, pero se ha salvado. Se acerca el final de las aventuras Senpetianas. Postea lo que creas y seguimos el viaje.
Por cierto, por salvar a la princesa y "derrotar" a la momia, recibes +5 Gloria y +2 Honor. Saludos!
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Shukei
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Re: Capítulo II: Siguiendo Rumbos

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HARUNO

El ronin aprieta el puño fuerte, conteniendo la ira que se fortalece dentro de él. Su padre camina hasta él conforme el trío abandona el lugar dejando al mercenario mordiéndose la lengua.

-No es la primera vez que somos amenazados hijo. Trata de tranquilizarle su padre. Su rostro envejecido de viajes, sus manos encallecidas del duro trabajo. A veces Haruno deseaba que su padre dejase la dura vida en los establos.

Ya él se auto-abastecía con su propio trabajo de mercenario, Sin embargo su padre siempre había encontrado confort en los caballos y su proximidad, así que no podía permitir que su única luz de felicidad se desvaneciese. Lo entiendo otosan Pero mira hacia donde van... El ronin mira hacia el distrito de los campos animados hacia donde parecen perderse. Seguramente se trate de algún grupo de mafiosos tratando de entrar al barrio nuevo. Dando una patada a la bala de heno, maldice Chikusho! Hemos trabajado tanto y ahora vienen con estas.

Mira alrededor, si fuera más fuerte podría realizar esos sellos mágicos de los que había amenazado, pero no aun, su camino con la magia había comenzado reciente.

Debemos prepararnos, preparar a los animales, así como algunos barriles con agua, algunos cortafuegos, en caso de que cumplan sus amenazas, debemos minimizar los daños. Y si les pillo en el acto... quieran las Fortunas que no sea así, pues no dejaré mi Ono a un lado en los días venideros.
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