Capítulo I-I Ratas en los Muros
Moderador: Lugom
Capítulo I-I Ratas en los Muros
En un punto del camino, el Capitán Schiller se puso a hablar con una de las patrullas y tras un rato de charla, esta os escoltó hasta el interior de la ciudad junto con el resto de los refugiados facilitándoos alojamiento temporal en el hacinado distrito de Ostwald, en la puerta sur. Varios almacenes vacíos habían sido más o menos acondicionados para hacer de campamento de refugiados. Voluntarios de la ciudad, bajo la supervisión de las sacerdotisas de Shallya atiendían a los enfermos y heridos y les facilitaban todo tipo de ayuda, ya que muchos de los refugiados llegaron a la ciudad exclusivamente con lo puesto. Se podía apreciar claramente que esta era una medida de acogida provisional y a aquellos que podían permitirse alquilar un alojamiento en cualquier otro lugar, les instaban a hacerlo.
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Qress
El estaliano apenas durmió aquella noche. Su memoria viajaba constantemente entre imágenes y sonidos relacionados con el combate contra los lobos, el final de Granny y como no, la discusión final con Kurdrim. El enano curiosamente no había regresado al campamento y Qress estaba preocupado. El estaliano consideraba al enano una parte importante de aquella comitiva y a pesar de su a veces intratable carácter, sus motivos eran siempre nobles. Que no hubiera aparecido durante la noche podría ser normal, algo derivado del propio orgullo enano, pero cuándo la caravana decidió a partir y seguía sin haber noticias del enano, Qress comenzó a preocuparse realmente.
El estaliano encaminó sus pasos hacía Gregor. - "Buenos días. Se que esto te va a parecer un poco extraño, pero... Kurdrim no ha regresado en toda la noche y estoy algo preocupado. Con todas estas muertes a nuestro alrededor y los peligros acechándonos detrás de cada recodo, el enano es un buen baluarte. Creo que deberíamos ir a buscarlo..." - Qress confiaba que el enfado del gigantón hubiera decrecido y que su súplica fuera secundada.
Aún así, el estaliano estaba decidido a emprender una búsqueda aunque fuera en solitario. No era realmente un explorador, pero el enano no tenía alimentos ni agua por lo que aunque no se hubiera decidido a quedarse en el campamento, estaba seguro que alguna visita si podría haber hecho. El estaliano sólo buscaba un indicio de que el enano siguiera bien.
---
El hecho de no haber encontrado ningún indicio reseñable del enano, hizo que Qress apenas abriera la boca durante todo el resto del trayecto. Sólo la primera imagen de la fortaleza de Middenheim hizo despertar algo al estaliano que fue desilusionándose poco a poco al encontrar de nuevo los grandes signos de decadencia que la ciudad también presentaba.
Una vez dentro de la ciudad y cuando todo el mundo ya estuvo instalado, el estaliano se dirigió a hablar con el capitán. - "Y bien... la caravana parece instalada... aunque no se durante cuánto tiempo podrá permanecer así. Los recursos son pocos y muchas las bocas que alimentar. Es una situación complicada... ¿habéis hablado ya con el Conde?"
El estaliano apenas durmió aquella noche. Su memoria viajaba constantemente entre imágenes y sonidos relacionados con el combate contra los lobos, el final de Granny y como no, la discusión final con Kurdrim. El enano curiosamente no había regresado al campamento y Qress estaba preocupado. El estaliano consideraba al enano una parte importante de aquella comitiva y a pesar de su a veces intratable carácter, sus motivos eran siempre nobles. Que no hubiera aparecido durante la noche podría ser normal, algo derivado del propio orgullo enano, pero cuándo la caravana decidió a partir y seguía sin haber noticias del enano, Qress comenzó a preocuparse realmente.
El estaliano encaminó sus pasos hacía Gregor. - "Buenos días. Se que esto te va a parecer un poco extraño, pero... Kurdrim no ha regresado en toda la noche y estoy algo preocupado. Con todas estas muertes a nuestro alrededor y los peligros acechándonos detrás de cada recodo, el enano es un buen baluarte. Creo que deberíamos ir a buscarlo..." - Qress confiaba que el enfado del gigantón hubiera decrecido y que su súplica fuera secundada.
Aún así, el estaliano estaba decidido a emprender una búsqueda aunque fuera en solitario. No era realmente un explorador, pero el enano no tenía alimentos ni agua por lo que aunque no se hubiera decidido a quedarse en el campamento, estaba seguro que alguna visita si podría haber hecho. El estaliano sólo buscaba un indicio de que el enano siguiera bien.
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El hecho de no haber encontrado ningún indicio reseñable del enano, hizo que Qress apenas abriera la boca durante todo el resto del trayecto. Sólo la primera imagen de la fortaleza de Middenheim hizo despertar algo al estaliano que fue desilusionándose poco a poco al encontrar de nuevo los grandes signos de decadencia que la ciudad también presentaba.
Una vez dentro de la ciudad y cuando todo el mundo ya estuvo instalado, el estaliano se dirigió a hablar con el capitán. - "Y bien... la caravana parece instalada... aunque no se durante cuánto tiempo podrá permanecer así. Los recursos son pocos y muchas las bocas que alimentar. Es una situación complicada... ¿habéis hablado ya con el Conde?"
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Tras la protección de los muros de la ciudad, el fin de la caravana se aproximaba, pues tras el triste final de Granny ya nada ataba a Gregor a aquella pobre gente. Lo unico que les quedaba a todos era la necesidad de buscar alguna ocupación a fin de ganarse las habichuelas, y para ello quizás pudiera contar con la mano de Torsten y Qress, pues seis ojos siempre vieron mejor que dos.
Por ello le defraudó la propuesta de Qress. Gregor estaba convencido de que la gente de aquella devestada ciudad ya había sufrido bastante como para tener que soportar al matador piafando cual caballo y regalando insultos a aquellos que todo habían perdido salvo la propia vida.
Tras rechazar de modo amable acompañar al estaliano, el bruto dirigió sus pasos hacia la plaza de la villa a fín de despegar algún cartel con el que ganarse unas piezas de oro. Quizás si lograba encontrar algo interesante podría convencer a sus camaradas.
Por ello le defraudó la propuesta de Qress. Gregor estaba convencido de que la gente de aquella devestada ciudad ya había sufrido bastante como para tener que soportar al matador piafando cual caballo y regalando insultos a aquellos que todo habían perdido salvo la propia vida.
Tras rechazar de modo amable acompañar al estaliano, el bruto dirigió sus pasos hacia la plaza de la villa a fín de despegar algún cartel con el que ganarse unas piezas de oro. Quizás si lograba encontrar algo interesante podría convencer a sus camaradas.
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Thorsten Donhart
Thorsten observaba a su alredor, la que otrora fuese la majestuosa middenheim, ahora no era mas que ruinas y desolacion, la destruccion de Archaon era visible por todas partes, pero donde mas se notaba, era en el ánimo de aquellas pobres gentes, dejando a un lado a los refugiados, Thorsten siguió a Gregor hacia la plaza, necesitaba de un buen trago en alguna de las tabernas de la ciudad, tambien tenia que poner en orden sus pensamientos, y con toda la fuerza de voluntad de la que era capaz, intentar averiguar las intenciones de la vieja, quizá les condujera hacia alguna nueva pista.
"Gregror, te apete un trago? creo que nos lo merecemos despues de todos estos dias de marcha..."
Thorsten aun cubierto por su capucha, se dirigió a la taberna mas cercana..
Thorsten observaba a su alredor, la que otrora fuese la majestuosa middenheim, ahora no era mas que ruinas y desolacion, la destruccion de Archaon era visible por todas partes, pero donde mas se notaba, era en el ánimo de aquellas pobres gentes, dejando a un lado a los refugiados, Thorsten siguió a Gregor hacia la plaza, necesitaba de un buen trago en alguna de las tabernas de la ciudad, tambien tenia que poner en orden sus pensamientos, y con toda la fuerza de voluntad de la que era capaz, intentar averiguar las intenciones de la vieja, quizá les condujera hacia alguna nueva pista.
"Gregror, te apete un trago? creo que nos lo merecemos despues de todos estos dias de marcha..."
Thorsten aun cubierto por su capucha, se dirigió a la taberna mas cercana..
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Mientras Qress se preocupaba por el futuro de los refugiados y se enteraba por boca del Capitán Schiller que el Conde Todbringer estaba fuera, con la práctica totalidad de los ejércitos de Middenheim, combatiendo las huestes del caos, y que había dejado la ciudad en manos del Mariscal Ulrich Schutzmann, comandante de la guardia de la ciudad ostentando durante su ausencia el poder ducal, Thorsten y Gregor, se fueron, con la intención de tomarse una cerveza después, a mirar en una de las plazas por si había algún cartel con algún empleo.
Thorsten y Gregor avanzaron por las atestadas calles dirección norte. A medida que se adentraban en la ciudad los signos del asedio se iban mitigando hasta casi desaparecer. Llegaron por fin a una plaza, confluencia de calles principales en la que en medio se alzaba una estatua que representaba la figura de un hombre alto y fornido, con un niño en cada hombro. Su cabeza estaba coronada por un yelmo y su rostro, aunque adusto transmitía nobleza. Bajo sus pies una rata gigante de aspecto maligno, yacía aplastada con el cuello roto. Por la avenida de la derecha se veía el Templo de Ulric, una mezcla entre castillo y catedral con una cúpula de más de 35 metros de altura. En aquella plaza no encontraron poste alguno en el que se ofreciera trabajo.
Al principio apenas si se fijaron, pero al poco se hizo patente que la gente de la avenida del templo del Ulric se iba haciendo a los lados y una voz y unos gruñidos ya familiares, llegaron a vosotros. Con la cabeza mirando al suelo y moviendo los brazos como si fueran aspas de molino, para apartar a la gente que se interponía en su camino, ante vosotros apareció Kurdrim, que por un segundo se detuvo al veros.
Thorsten y Gregor avanzaron por las atestadas calles dirección norte. A medida que se adentraban en la ciudad los signos del asedio se iban mitigando hasta casi desaparecer. Llegaron por fin a una plaza, confluencia de calles principales en la que en medio se alzaba una estatua que representaba la figura de un hombre alto y fornido, con un niño en cada hombro. Su cabeza estaba coronada por un yelmo y su rostro, aunque adusto transmitía nobleza. Bajo sus pies una rata gigante de aspecto maligno, yacía aplastada con el cuello roto. Por la avenida de la derecha se veía el Templo de Ulric, una mezcla entre castillo y catedral con una cúpula de más de 35 metros de altura. En aquella plaza no encontraron poste alguno en el que se ofreciera trabajo.
Al principio apenas si se fijaron, pero al poco se hizo patente que la gente de la avenida del templo del Ulric se iba haciendo a los lados y una voz y unos gruñidos ya familiares, llegaron a vosotros. Con la cabeza mirando al suelo y moviendo los brazos como si fueran aspas de molino, para apartar a la gente que se interponía en su camino, ante vosotros apareció Kurdrim, que por un segundo se detuvo al veros.
- Kurdrim Barbahierro
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Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Kurdrim Barbahierro
La visita al templo me habia reportado escasas satisfacciones, tal vez la unica fue el ver que Dietrich no era el unico hombre con orgullo como los de antaño, con lo que prontamente me deje guiar hasta la salida donde me indicaron una taberna donde poder saciar mi sed y olvidarme de todo aquel asunto del medallon. Ahora nuevamente era libre para poder seguir buscando mi destino sin mas remordimientos que el no haber podido encontrar una muerte digna mucho antes.
Sali al exterior observando con el ceño fruncido a los viandantes de la zona. La calle estaba ahora atestada de gente y una autentica marea de humanos parecia ir y venir al son de innumerables pasos mientras barbotaban toda clase de sandeces sin mas interes que el que podria tener una roca a un lado del camino. Chasquee la lengua mientras fruncia el ceño, ninguna marabunta de humanos iba a privarme de mi bien merecida cerveza
Dejadme pasar, humanos - masculle a los dos pasos cuando una pareja de humanos se achuchaba y hacia arrumacos con esmero, deshaciendo el intenso abrazo en el que estaban
Quitaos de enmedio, enclenques- rezongue cuando dos comerciantes habian iniciado una estupida discusion en mitad de la calle sobre quien tenia mejores mercancias, abriendome paso entre ellos por la fuerza
Tras casi derribar a un gordo holgazan que no hacia mas que jactarse de la suerte de su negocio al haber acabado la guerra y el aun conservar su hacienda, echar a un lado a un quejumbroso pastor y espantar con un par de gruñidos a unas fulanas con demasiadas ansias de ganar unas monedas llegue a la plaza donde, para mi sorpresa, me tope con Gregor y con Thorsten
Me detuve alli mismo, mirandolos con ojo critico mientras mesaba mi larga barba de forma ausente sin quitarles ojo de encima, en especial al grandullon, pues aun no se me habian olvidado sus necias palabras. Torci el gesto ligeramente cuando me estire mas de la cuenta de la barba al recordar aquel hecho y, con paso calmo me encamine hacia ellos
Asi que al final habeis llegado - gruñi con cierta desgana - Bah! que diablos. Tengo sed, vayamos a tomar unas cervezas - añadi algo mas contento al recordar el motivo de mis andanzas por aquella plaza, nuevamente, empunando ligeramente a ambos humanos a fin de ponerlos en movimiento, pues se habian quedado tanto o mas sorprendidos que yo mismo
Pero en ese instante repare en que el grupo ya no sumaba cuatro sino tres integrantes, ante lo que menee mi cabeza de lado a lado haciendo cimbrear la cresta y parando en el sitio al mago y al guerrero, aferrandolos por los antebrazos - ¿Donde esta el estaliano?
Un saludo!
La visita al templo me habia reportado escasas satisfacciones, tal vez la unica fue el ver que Dietrich no era el unico hombre con orgullo como los de antaño, con lo que prontamente me deje guiar hasta la salida donde me indicaron una taberna donde poder saciar mi sed y olvidarme de todo aquel asunto del medallon. Ahora nuevamente era libre para poder seguir buscando mi destino sin mas remordimientos que el no haber podido encontrar una muerte digna mucho antes.
Sali al exterior observando con el ceño fruncido a los viandantes de la zona. La calle estaba ahora atestada de gente y una autentica marea de humanos parecia ir y venir al son de innumerables pasos mientras barbotaban toda clase de sandeces sin mas interes que el que podria tener una roca a un lado del camino. Chasquee la lengua mientras fruncia el ceño, ninguna marabunta de humanos iba a privarme de mi bien merecida cerveza
Dejadme pasar, humanos - masculle a los dos pasos cuando una pareja de humanos se achuchaba y hacia arrumacos con esmero, deshaciendo el intenso abrazo en el que estaban
Quitaos de enmedio, enclenques- rezongue cuando dos comerciantes habian iniciado una estupida discusion en mitad de la calle sobre quien tenia mejores mercancias, abriendome paso entre ellos por la fuerza
Tras casi derribar a un gordo holgazan que no hacia mas que jactarse de la suerte de su negocio al haber acabado la guerra y el aun conservar su hacienda, echar a un lado a un quejumbroso pastor y espantar con un par de gruñidos a unas fulanas con demasiadas ansias de ganar unas monedas llegue a la plaza donde, para mi sorpresa, me tope con Gregor y con Thorsten
Me detuve alli mismo, mirandolos con ojo critico mientras mesaba mi larga barba de forma ausente sin quitarles ojo de encima, en especial al grandullon, pues aun no se me habian olvidado sus necias palabras. Torci el gesto ligeramente cuando me estire mas de la cuenta de la barba al recordar aquel hecho y, con paso calmo me encamine hacia ellos
Asi que al final habeis llegado - gruñi con cierta desgana - Bah! que diablos. Tengo sed, vayamos a tomar unas cervezas - añadi algo mas contento al recordar el motivo de mis andanzas por aquella plaza, nuevamente, empunando ligeramente a ambos humanos a fin de ponerlos en movimiento, pues se habian quedado tanto o mas sorprendidos que yo mismo
Pero en ese instante repare en que el grupo ya no sumaba cuatro sino tres integrantes, ante lo que menee mi cabeza de lado a lado haciendo cimbrear la cresta y parando en el sitio al mago y al guerrero, aferrandolos por los antebrazos - ¿Donde esta el estaliano?
Un saludo!
Si matas a un hombre, eres un asesino.
Si matas a diez, eres un monstruo.
Si matas a cien, eres un héroe.
Si matas a diez mil ¡Eres un conquistador!
Si matas a diez, eres un monstruo.
Si matas a cien, eres un héroe.
Si matas a diez mil ¡Eres un conquistador!
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Thorsten Donhart
Thorsten no pudo evitar formar una tosca mueca al ver al enano, "vaya, parece que, lamentablemente, aun no has coseguido tu meta no?, he disfrutado cada minuto en que tu ronca voz no atormentaba mis oidos, parece que la paz llegó a su fin...."
Thorsten miró alrededor suya, como buscando a alguien, "el estaliano.... andaba por aqui, pero entre este tumulto es dificil saberlo, vamos a la taberna, nos reuniremos alli...."
Thorsten hizo un gesto a Gregor, y se metió en el gentio, si el enano decidia seguirles, era cosa suya....
Thorsten no pudo evitar formar una tosca mueca al ver al enano, "vaya, parece que, lamentablemente, aun no has coseguido tu meta no?, he disfrutado cada minuto en que tu ronca voz no atormentaba mis oidos, parece que la paz llegó a su fin...."
Thorsten miró alrededor suya, como buscando a alguien, "el estaliano.... andaba por aqui, pero entre este tumulto es dificil saberlo, vamos a la taberna, nos reuniremos alli...."
Thorsten hizo un gesto a Gregor, y se metió en el gentio, si el enano decidia seguirles, era cosa suya....
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
El encuentro fue frío, y Gregor taciturno ni siquiera dirigió la palabra al enano, fue Thorsten el que pareció adoptar la decisión acerca de donde ir. Habían pasado, en su camino hacia la plaza, por delante de una taberna así que hacia ella encaminó sus pasos.
A los pocos pasos aprecias como una pareja de guardias de la ciudad se dirige hacia vosotros. - Bienvenidos a Middenheim - os dice el más alto de los dos, en un intento mal disimulado de resultar amistoso. - Al comandante de la guardia le gustaría hablar con ustedes sobre los hombres bestia que encontraron. Pueden acompañarnos ¿por favor? -
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En otra parte de la ciudad Qress seguía manteniendo una agradable charla con el Capitán. Cuando esta tocaba a su fin y ya estaban despidiéndose, Schiller pareció acordarse de pronto de algo. - Perdone Qress, se me pasó decirle, que el Comandante de la guardia, tras hablar con él y explicarle los motivos por el cual los habitantes de Untergard veníamos a Middenheim en busca de refugio, cuando le comenté que un grupo de extranjeros nos había ayudado a venir, me comentó que quería hablar con vosotros para que le contarais qué noticias teníais sobre los hombres bestia, y me encomendo que os dijera que fuerais a verle lo antes posible al cuartel general de la guardia. -
A los pocos pasos aprecias como una pareja de guardias de la ciudad se dirige hacia vosotros. - Bienvenidos a Middenheim - os dice el más alto de los dos, en un intento mal disimulado de resultar amistoso. - Al comandante de la guardia le gustaría hablar con ustedes sobre los hombres bestia que encontraron. Pueden acompañarnos ¿por favor? -
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En otra parte de la ciudad Qress seguía manteniendo una agradable charla con el Capitán. Cuando esta tocaba a su fin y ya estaban despidiéndose, Schiller pareció acordarse de pronto de algo. - Perdone Qress, se me pasó decirle, que el Comandante de la guardia, tras hablar con él y explicarle los motivos por el cual los habitantes de Untergard veníamos a Middenheim en busca de refugio, cuando le comenté que un grupo de extranjeros nos había ayudado a venir, me comentó que quería hablar con vosotros para que le contarais qué noticias teníais sobre los hombres bestia, y me encomendo que os dijera que fuerais a verle lo antes posible al cuartel general de la guardia. -
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Difícil era que el gesto de Gegor delatara sus pensamientos, pues era dado a despachar muerte y sanación con la misma parsimonia, por lo que tampoco esperaba que Kurdrim se tomara su frialdad como un desrecio, aunque tanto le daba el cómo encajara el enano las reacciones de quien formaban la excursión.
Por otro lado, la irónica interveción de Thorsten y posteriormente de aquellos alguaciles hizo que todos tuvieran rápidamente algo en lo que pensar. Además, Gregor sin duda prefería entrevistarse con quien tuviera algun interés en ellos antes que alternar en una taberna con el matador, pues con el carácter de éste era más fácil que les echaran de Meiddenheim a que les sirvieran unas pintas.
Por otro lado, la irónica interveción de Thorsten y posteriormente de aquellos alguaciles hizo que todos tuvieran rápidamente algo en lo que pensar. Además, Gregor sin duda prefería entrevistarse con quien tuviera algun interés en ellos antes que alternar en una taberna con el matador, pues con el carácter de éste era más fácil que les echaran de Meiddenheim a que les sirvieran unas pintas.
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Thorsten Donhart
Al llegar los alguaciles, Thorsten se detuvo en seco, "vaya, en verdad me apetecia beber algo antes de enfrascarnos en alguna otra busqueda, esta bien os acompañaremos..."
Moviendo pesadamente los pies, Thorsten siguió a los guardias...
Al llegar los alguaciles, Thorsten se detuvo en seco, "vaya, en verdad me apetecia beber algo antes de enfrascarnos en alguna otra busqueda, esta bien os acompañaremos..."
Moviendo pesadamente los pies, Thorsten siguió a los guardias...
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Qress
La noticia sobre el requerimiento de las autoridades a la hora de dar parte sobre los ataques de los hombres bestia, pilló al estaliano por sorpresa. - "Si, por supuesto. Supongo que querrán saber acerca de su número, rutas de viaje y demás... información similar a la que entregamos en Grimminhagen" - Qress se despidió del capitán con la intención de buscar a sus compañeros.
El estaliano había oído a Thorsten decir algo sobre 'tomar algo' por lo que Qress supuso que buscar una taberna cercana sería lo más conveniente. El espadachín apenas tardó en encontrar a sus compañeros, más bien el rastro que dejaban ya que según los comentarios que escuchaba cada cinco pasos eran los de atribuibles a un descarado y maleducado enano el cual seguía o era seguido por varios soldados de la guardia local. El estaliano sonrió pues estaba claro que sólo había una criatura que pudiera recoger tales halagos; Kurdrim había regresado.
Tras apretar el paso en la correcta dirección tras preguntar a varios lugareños, por fin el estaliano divisó unos metros más adelante, al final de una calle, al grupo compuesto por sus compañeros y por los soldados. Cuando Qress estuvo cerca de ellos, a unos metros, y para llamar la atención del enano, sostuvo en voz alta: - "Pensaba que esta ciudad estaba podrida... ahora veo que es ese enano el que perfuma así el ambiente!!!"
La noticia sobre el requerimiento de las autoridades a la hora de dar parte sobre los ataques de los hombres bestia, pilló al estaliano por sorpresa. - "Si, por supuesto. Supongo que querrán saber acerca de su número, rutas de viaje y demás... información similar a la que entregamos en Grimminhagen" - Qress se despidió del capitán con la intención de buscar a sus compañeros.
El estaliano había oído a Thorsten decir algo sobre 'tomar algo' por lo que Qress supuso que buscar una taberna cercana sería lo más conveniente. El espadachín apenas tardó en encontrar a sus compañeros, más bien el rastro que dejaban ya que según los comentarios que escuchaba cada cinco pasos eran los de atribuibles a un descarado y maleducado enano el cual seguía o era seguido por varios soldados de la guardia local. El estaliano sonrió pues estaba claro que sólo había una criatura que pudiera recoger tales halagos; Kurdrim había regresado.
Tras apretar el paso en la correcta dirección tras preguntar a varios lugareños, por fin el estaliano divisó unos metros más adelante, al final de una calle, al grupo compuesto por sus compañeros y por los soldados. Cuando Qress estuvo cerca de ellos, a unos metros, y para llamar la atención del enano, sostuvo en voz alta: - "Pensaba que esta ciudad estaba podrida... ahora veo que es ese enano el que perfuma así el ambiente!!!"
- Kurdrim Barbahierro
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Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Kurdrim Barbahierro
El reencuentro con el mago y el grandullon no fue, ni mucho menos, como cabria esperar de unos antiguos compañeros de armas aunque, para ser sinceros, no les tenia el menor apego a aquellos dos que parecian haber iniciado un romance de tan juntos que estaban siempre. Arquee una ceja ante las palabras de Throsten, que creia fuera del alcance de mis pullas, y mis golpes, por el simple hecho de estar acompañado de Gregor.
Escupi al suelo ante el mago - ¡Ja! Y yo que pense que solo tenias agua en las venas, ahora veo que tambien la tienes en la sesera. Si me he alegrado de veros es solo por estar seguro que me hareis acabar dando con alguna bestia que abatir, no porque me guste vuestra compañia. Sea como sea bebamos; siempre es mejor beber con desagradecidos que solo- masculle reprochandome interiormente el haberme mostrado cordial con ellos; no volveri a cometer el mismo error
Unos cuantos pasos mas alla la voz de un soldado de la ciudad me llamo la atencion, y a las dos sabandijas enamoradizas que me acompañaban, dandonos el alto con la excusa de que el comandante de la guardia quiere saber de nuestros labios lo que ha ocurrido con las bestias del bosque. Lo mire por encima del hombro, con una mueca de claro descontento, mientras torica el mostacho.
Pero ante la orden, pues estaba claro que lo era por el tono de voz mal disimulado del tipo, Thorsten y Gregor accedieron aunque de mala gana a acompañarlos. Sonrei con desden; mucho hablar pero luego siguen teniendo corazon de conejo huidizo. Chasquee la lengua y, sin girarme siquiera, deje claras mis intenciones
Tengo sed humano y quiero beber, asi que eso es lo que hare - indique serio - Si tantas ganas teneis de saber lo que ocurre hablad con esos dos, parecen mas dispuestos a secarse la boca hablando con desconocidos que con viejos camaradas... o mejor aun, meteros en el bosque, seguro que alli sacais informacion jugosa sobre bestias y brujas adoradoras del caos- añadi reticente a obedecer en aquellos momentos orden alguna
Tenia el gaznate seco, la mente revuelta y el apetito despierto. La conversacion con el sacerdote no habia ayudado a mejorar aquello, mucho menos las escasas palabras cruzadas con aquellos dos, asi que el soldado no iba a apaciguar mi talante ni contradecir mis intenciones por muchas ansias de informacion que tubiera su superior.
Fue entonces cuando, de entre el gentio, una voz se alzo lanzando una clara relacion sobre mi permanencia en aquel lugar y el olor que emanaba. Me gire ipsofacto, apretando el puño, buscando con la mirada al autor de tales palabras, solo para toparme con la descarada figura del estaliano avanzando entre el gentio hacia nosotros. Sonrei por vez primera de forma sincera en aquella ciudad. Aquello si que era una sopresa
¡JAJA! He matado por menos que eso Qres, pero por ser tu esta vez lo pasare por alto - le dije con tono jocoso, aunque con mi ronca voz para alguien ajeno a mi conducta bien podria parecer una amenaza - Espero que no seas otro aguafiestas como esos dos, que por cierto les importa un ardid donde andas, y me acompañes a tomar unas buenas jarras de cerveza - añadi con cierto jubilo haciendo caso omiso a las miradas de soldados y extraños, acercandome al estaliano y dandole un apreton de manos. De todos cuantos componian la caravana era el unico que habia logrado ganarse mi confianza con sus palabras y actos
Un saludo!
El reencuentro con el mago y el grandullon no fue, ni mucho menos, como cabria esperar de unos antiguos compañeros de armas aunque, para ser sinceros, no les tenia el menor apego a aquellos dos que parecian haber iniciado un romance de tan juntos que estaban siempre. Arquee una ceja ante las palabras de Throsten, que creia fuera del alcance de mis pullas, y mis golpes, por el simple hecho de estar acompañado de Gregor.
Escupi al suelo ante el mago - ¡Ja! Y yo que pense que solo tenias agua en las venas, ahora veo que tambien la tienes en la sesera. Si me he alegrado de veros es solo por estar seguro que me hareis acabar dando con alguna bestia que abatir, no porque me guste vuestra compañia. Sea como sea bebamos; siempre es mejor beber con desagradecidos que solo- masculle reprochandome interiormente el haberme mostrado cordial con ellos; no volveri a cometer el mismo error
Unos cuantos pasos mas alla la voz de un soldado de la ciudad me llamo la atencion, y a las dos sabandijas enamoradizas que me acompañaban, dandonos el alto con la excusa de que el comandante de la guardia quiere saber de nuestros labios lo que ha ocurrido con las bestias del bosque. Lo mire por encima del hombro, con una mueca de claro descontento, mientras torica el mostacho.
Pero ante la orden, pues estaba claro que lo era por el tono de voz mal disimulado del tipo, Thorsten y Gregor accedieron aunque de mala gana a acompañarlos. Sonrei con desden; mucho hablar pero luego siguen teniendo corazon de conejo huidizo. Chasquee la lengua y, sin girarme siquiera, deje claras mis intenciones
Tengo sed humano y quiero beber, asi que eso es lo que hare - indique serio - Si tantas ganas teneis de saber lo que ocurre hablad con esos dos, parecen mas dispuestos a secarse la boca hablando con desconocidos que con viejos camaradas... o mejor aun, meteros en el bosque, seguro que alli sacais informacion jugosa sobre bestias y brujas adoradoras del caos- añadi reticente a obedecer en aquellos momentos orden alguna
Tenia el gaznate seco, la mente revuelta y el apetito despierto. La conversacion con el sacerdote no habia ayudado a mejorar aquello, mucho menos las escasas palabras cruzadas con aquellos dos, asi que el soldado no iba a apaciguar mi talante ni contradecir mis intenciones por muchas ansias de informacion que tubiera su superior.
Fue entonces cuando, de entre el gentio, una voz se alzo lanzando una clara relacion sobre mi permanencia en aquel lugar y el olor que emanaba. Me gire ipsofacto, apretando el puño, buscando con la mirada al autor de tales palabras, solo para toparme con la descarada figura del estaliano avanzando entre el gentio hacia nosotros. Sonrei por vez primera de forma sincera en aquella ciudad. Aquello si que era una sopresa
¡JAJA! He matado por menos que eso Qres, pero por ser tu esta vez lo pasare por alto - le dije con tono jocoso, aunque con mi ronca voz para alguien ajeno a mi conducta bien podria parecer una amenaza - Espero que no seas otro aguafiestas como esos dos, que por cierto les importa un ardid donde andas, y me acompañes a tomar unas buenas jarras de cerveza - añadi con cierto jubilo haciendo caso omiso a las miradas de soldados y extraños, acercandome al estaliano y dandole un apreton de manos. De todos cuantos componian la caravana era el unico que habia logrado ganarse mi confianza con sus palabras y actos
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Si matas a un hombre, eres un asesino.
Si matas a diez, eres un monstruo.
Si matas a cien, eres un héroe.
Si matas a diez mil ¡Eres un conquistador!
Si matas a diez, eres un monstruo.
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Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Qress
El estaliano respondió con el mismo apretón de manos que el enano. Qress estaba contento con el regreso del matador y aunque suponía que eso significaría más conflictos con el resto, su espíritu resultó aliviado de sentirse responsable del abandono del enano. - "No te creas que no te echan de menos, lo que pasa es que no quieren que te eches a llorar con tanta adulación. Veamos lo que quiere la guardia local y luego con gusto nos tomaremos algunos litros de cerveza juntos e incluso encontremos alguna damisela a la que cortejar... aunque no te iría mal un baño... ¿dónde has estado durmiendo?, ¿dentro del culo de un oso negro? Apestas!!!"
El estaliano respondió con el mismo apretón de manos que el enano. Qress estaba contento con el regreso del matador y aunque suponía que eso significaría más conflictos con el resto, su espíritu resultó aliviado de sentirse responsable del abandono del enano. - "No te creas que no te echan de menos, lo que pasa es que no quieren que te eches a llorar con tanta adulación. Veamos lo que quiere la guardia local y luego con gusto nos tomaremos algunos litros de cerveza juntos e incluso encontremos alguna damisela a la que cortejar... aunque no te iría mal un baño... ¿dónde has estado durmiendo?, ¿dentro del culo de un oso negro? Apestas!!!"
- Kurdrim Barbahierro
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Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Kurdrim Barbahierro
Mire con suspicacia al estaliano cuando menciono los motivos del mutismo de los otros dos, eche un ojo a estos y, nuevamente, mire a Qres. O me tomaba el pelo descaradamente o aquello era una verdad como un templo. No sabia que pensar de aquel tipo cuya labia lograba descolocarme en ocasiones como aquella. Gruñi por lo bajo un par de frases incomprensibles y, con un bufido. Alce el rostro hacia la mirada del estaliano.
Si no te conociera diria que te ries de mi, humano- masculle finalmente - Ire pues, pero no antes de que me aseguren una buena pinta de cerveza durante lo que sea que nos quiere preguntar ese "comandante" -gruñi entre dientes, reticente a aquello. Si no obtenia la promesa del dorado liquido que se fueran con viento los soldados, yo me iria a la taberna, aunque fuera solo
Pero una nueva exclamacion de Qres sobre mi olor corporal me hizo devolverle la mirada, esta vez seria.
No oleria asi de no haber tenido que ir por delante vuestro, panda de holgazanes, quitando de en medio cuanto pudiera dificultaros la marcha... por desgracia nada de mencion encontre salvo estupidos arboles ¡diablos! Odio los malditos bosques - rezongue exponiendole a grandes rasgos mis andanzas como vanguardia de la comitiva - Lo de la moza... dejo para ti esos dudosos placeres; mientras tu correteas tras sus faldas yo bebere a tu salud-sentencie finalmente, colocandome ante los guardias con los brazos cruzados sobre mi amplio pecho. Mi postura lo decia todo "¿Y bien, tendre cerveza o debera ir a buscarla a la taberna?"
Un saludo!
Mire con suspicacia al estaliano cuando menciono los motivos del mutismo de los otros dos, eche un ojo a estos y, nuevamente, mire a Qres. O me tomaba el pelo descaradamente o aquello era una verdad como un templo. No sabia que pensar de aquel tipo cuya labia lograba descolocarme en ocasiones como aquella. Gruñi por lo bajo un par de frases incomprensibles y, con un bufido. Alce el rostro hacia la mirada del estaliano.
Si no te conociera diria que te ries de mi, humano- masculle finalmente - Ire pues, pero no antes de que me aseguren una buena pinta de cerveza durante lo que sea que nos quiere preguntar ese "comandante" -gruñi entre dientes, reticente a aquello. Si no obtenia la promesa del dorado liquido que se fueran con viento los soldados, yo me iria a la taberna, aunque fuera solo
Pero una nueva exclamacion de Qres sobre mi olor corporal me hizo devolverle la mirada, esta vez seria.
No oleria asi de no haber tenido que ir por delante vuestro, panda de holgazanes, quitando de en medio cuanto pudiera dificultaros la marcha... por desgracia nada de mencion encontre salvo estupidos arboles ¡diablos! Odio los malditos bosques - rezongue exponiendole a grandes rasgos mis andanzas como vanguardia de la comitiva - Lo de la moza... dejo para ti esos dudosos placeres; mientras tu correteas tras sus faldas yo bebere a tu salud-sentencie finalmente, colocandome ante los guardias con los brazos cruzados sobre mi amplio pecho. Mi postura lo decia todo "¿Y bien, tendre cerveza o debera ir a buscarla a la taberna?"
Un saludo!
Si matas a un hombre, eres un asesino.
Si matas a diez, eres un monstruo.
Si matas a cien, eres un héroe.
Si matas a diez mil ¡Eres un conquistador!
Si matas a diez, eres un monstruo.
Si matas a cien, eres un héroe.
Si matas a diez mil ¡Eres un conquistador!
Re: Capítulo I-I Ratas en los Muros
Tras el gesto afirmativo de uno de los guardias a la propuesta del matatrolls, bajasteis andando de vuelta hacia la puerta sur. Allí pegado a la entrada se situaba el cuartel general de la guardia, un gran edificio de piedra lisa de tres plantas.
Una vez dentro, os condujeron hasta el piso de arriba y en una de las puertas el guardia se detuvo, llamó y a continuación abrió la puerta - Señor, aquí están los sujetos de la última caravana de refugiados-,
- Bien, hágalos pasar - escuchasteis desde el interior.
- A la orden señor - dijo el guardia mientras se retira de la puerta y os hizo un gesto para que entrarais.
Atravesasteis la puerta y visteis un espacioso despacho, con un par de ventanas a los lados, varias cómodas y sillas pegadas a las peredes y con un mesa-escritorio al fondo. Tras ella se levantó para recibiros según entrasteis un hombre que a pesar de estar en la cincuentena, era imponente. Ataviado con cota de malla, medía cerca de un metro noventa, iba casi rapado y sus ojos azul oscuro, os miraron escrutadores a medida que entrabais en la sala.
- Muchas gracias por venir - dijo - Mi nombre es Ulrich Schutzmann. Soy el comandante de la guardia de la ciudad y durante la ausencia del Duque estoy a cargo de la seguridad de Middenheim. Bien, acerquen unas sillas - dice señalando a las que se hallan cerca de las paredes - y sientense - dice a la vez que tomó asiento
- He escuchado que os encontrasteis algunos hombres bestia en vuestro camino hacia aquí. Me gustaría saber donde estaban y hacerme una idea de su número. -
Una vez dentro, os condujeron hasta el piso de arriba y en una de las puertas el guardia se detuvo, llamó y a continuación abrió la puerta - Señor, aquí están los sujetos de la última caravana de refugiados-,
- Bien, hágalos pasar - escuchasteis desde el interior.
- A la orden señor - dijo el guardia mientras se retira de la puerta y os hizo un gesto para que entrarais.
Atravesasteis la puerta y visteis un espacioso despacho, con un par de ventanas a los lados, varias cómodas y sillas pegadas a las peredes y con un mesa-escritorio al fondo. Tras ella se levantó para recibiros según entrasteis un hombre que a pesar de estar en la cincuentena, era imponente. Ataviado con cota de malla, medía cerca de un metro noventa, iba casi rapado y sus ojos azul oscuro, os miraron escrutadores a medida que entrabais en la sala.
- Muchas gracias por venir - dijo - Mi nombre es Ulrich Schutzmann. Soy el comandante de la guardia de la ciudad y durante la ausencia del Duque estoy a cargo de la seguridad de Middenheim. Bien, acerquen unas sillas - dice señalando a las que se hallan cerca de las paredes - y sientense - dice a la vez que tomó asiento
- He escuchado que os encontrasteis algunos hombres bestia en vuestro camino hacia aquí. Me gustaría saber donde estaban y hacerme una idea de su número. -