Tras haber finalizado de rellenar el formulario del peculiar notario, cruzas la puerta que custodia y te encuentras en una amplia galería. El suele enmoquetado en rojo esta un poco polvoriento, a tu derecha una larga forrada en madera reluciente de buena calidad se pierde a lo lejos en lo que parece otra puerta. La pared de la izquierda esta cubierta por unos grandes ventanales de cristal pulcramente limpiados que impregnan la sala de una agradable y calida luz diurna.
Empiezas a andar y adviertes que la pared de la derecha esta cubierta de cuadros. Te paras a observar alguno. Son retratos de variopintos personajes. En el marco de madera de bella factura tienen un plaquita dorada con lo que seguramente sea el nombre de dicho personaje. Y debajo una placa blanca de mármol parece explicar sus historias.
Tras observar dos o tres llegas a uno que para tu sorpresa esta en blanco. Te lo miras con curiosidad, y para aun más asombro tuyo unas líneas negras empiezan a trazarse en el lienzo, un leve brillo empieza a lucir y de repente manchas de colores cubren los espacios entre las líneas y puntos. En unos segundos no puedes salir de tu asombro. La imagen que se esta creando eres tu!
Y abajo con letras de fuego, tu nombre aparece grabado. El mármol empieza a rascarse y quebrarse dibujando letras aleatorias, que terminan formando palabras? palabras muy familiares? se esta escribiendo tu historia!
Unos golpecitos en tu hombre te devuelven a la realidad, aunque la imagen sigue allí, tú. Te das la vuelta y a dos palmos de tu cara un Menfit de color grisáceo te mira, extendiendo uno de sus brazos en dirección al otro extremo de la Galería.
- Señor, ya va siendo hora de que crucéis esa puerta, el nuevo mundo os aguarda, no os demoréis!
Y dicho esto se aleja volando para posarse otra vez en un capitel en lo alto de la galería.
La Galería de los Héroes: (Imágenes, descripciones e historiales)
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- Racknarock
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Ser consciente de la propia ignorancia es un gran paso hacia el saber.
- SirAlexander
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Re: La Galería de los Héroes: (Imágenes, descripciones e historiales)
Jean Luc Blaisê
Altura: 1,95 m
Peso: 89 kg
Jean Luc nació en Sharn, la ciudad de las torres, en los estratos medios de la zona comercial. Hijo de un famoso herrero, sus padres pensaron que el joven seguiría los pasos de su padre, pero la sangre del joven hervía cada vez que alguno de los clientes de su padre le contaba sus aventuras. Finalmente, cuando cumplió los dieciseis años, Jean Luc se alistó en el ejército de Sharn. Su padre no puso demasiadas objeciones, y convencer a su madre no llevo demasiado trabajo dado que la guerra había terminado. Cuatro años de entrenamiento endurecieron el cuerpo del joven y le enseñaron dos cosas escenciales: el soldado regular de un ejército no ve acción si no hay guerra, y golpear a un superior, por mas que uno tenga razón, equivale a una baja deshonrosa.
Volvió a la casa de sus padres, el único de los círculos habituales del joven donde fué recibido con los brazos abiertos. Algo estaba claro, no podría conseguir trabajo en Sharn por medios legales, su nombre figuraba entre los de los indeseables. Jean Luc se quedó un año en la casa de sus padres, en ese tiempo se dedicó a la herrería, ayudando a su padre en la forja y aprendiendo el oficio. Ni su padre ni su madre se extrañaron cuando vieron cual había sido el trabajo elegido para ganar su título de oficial, una espada y una armadura. La armadura era un trabajo normal, pero la espada era una obra de arte, con el balance justo y apta para ser encantada. Por mas que su padre trató de convencerlo de venderla, era evidente que la había hecho para blandirla.
Elanduin, la estrella del oeste.
Su padre le dió un último encargo, había recibido noticia de que dos personas requerían de sus servicios y no conocían la ciudad. Jean Luc, fastidiado, se dirigió a la taberna donde paraban las ilustres visitas para guiarlas hasta la Forja Blaisê. Su sorpresa fue mayúscula cuando el tabernero le señaló una mesa donde un elfo y una hermosa semielfa esperaban con unos tragos su llegada. Se acercó a la peculiar pareja, y con una voz suave pero potente se presentó.
- Soy Jean Luc Blaisê, vengo en nombre de mi padre a guiaros a su forja, cuando esteis listos para partir buscadme en la barra.
El elfo lo miró de arriba a abajo con asco y desprecio antes de levantarse de la mesa, era mas alto y robusto que la mayoría de los de su raza.
-Mi nombre es Agarwaen Aldaron, llevanos ahora, cuanto menos tiempo pasemos entre esta chusma, tanto mejor
La semielfa, sin embargo, le dio un amistoso codazo al elfo y sonrió de oreja a oreja, tendiendo la mano hacia el hombretón, para estrecharsela con energía.
- Yo soy Scara Aldaron, mucho gusto
La actitud de la joven trajo una sonrisa a la cara de Jean Luc, le hizo una leve reverencia y les indicó el camino de la puerta antes de darse vuelta.
- Un placer señorita Aldanon, ¿Señorita, verdad? por aquí, seguidme por favor.
La semielfa rió con ganas asintiendo.
- Jajaja, sí, señor Blaisê... - al ver como seguramente su hermano se enfadaría por este trato tan respetuoso al humano, simplemente le dedicó la mejor de sus sonrisas. - Vos también sois herrero, ¿señor? ¿Sabéis forjar y todo eso? Y casi no tengo ni idea...
La semielfa siguió con un torrente de preguntas casi medio viaje de ida... matizado por las pullas del elfo en común, y palabras en élfico a su hermana... palabras que por respeto Jean Luc prefería no escuchar a pesar de conocer bien la lengua de los Valenar. En el trayecto de casi media hora, el joven se enteró de que eran hermanos, y de que la pieza a reparar era un estoque perteneciente al padre de la joven. Por los gestos de Agarwaen era evidente que no había apreciado al progenitor de la vivaz Scara, y que extendía el odio que sentía por este hombre a todos los de su raza. También el les contó que en efecto era un herrero, y que la espada que colgaba a su espalda era su obra de oficial, que había sido soldado pero jamás había estado en batalla, y que deseaba partir de aventuras tan pronto como la situación lo permitiera.
El mal humor de Agarwaen era evidente, y a Jean Luc le hubiera gustado poder hacer algo por aplacarlo, pero sabía que el odio es algo que no se cura de un momento al otro. Llegaron a la forja y el humano ayudó a su padre a reparar la espada, manteniendo el calor del fuego con el fuelle mientras los hermanos eran invitados a pasar a la casa a tomar algo fresco por su madre. Jean Luc vio que cada tanto la joven se asomaba a observar el trabajo, y no pudo evitar sentirse orgulloso de su padre al ver como sus hábiles manos soldaban la fina hoja sin dejar seña de la quebradura. Mientras volvían a la taberna, ya que el herrero había insistido en que su hijo los acompañara, ocurrió algo que selló el destino de Jean Luc. Un asesinato, una búsqueda, dias bajo las sombras de Sharn, en las alcantarillas y mas abajo, y cuando finalmente volvieron a la luz Jean Luc estaba seguro de algo, amaba a Scara. Pero sabía que lo que le esperaba no era fácil, el hermano no aprobaría la relación, es más, estaba seguro de que no lo aprobaba a él, y sin embargo estaba seguro de que si quería ser feliz con Scara debía estar en buenos términos con Agarwaen.
Altura: 1,95 m
Peso: 89 kg
Jean Luc nació en Sharn, la ciudad de las torres, en los estratos medios de la zona comercial. Hijo de un famoso herrero, sus padres pensaron que el joven seguiría los pasos de su padre, pero la sangre del joven hervía cada vez que alguno de los clientes de su padre le contaba sus aventuras. Finalmente, cuando cumplió los dieciseis años, Jean Luc se alistó en el ejército de Sharn. Su padre no puso demasiadas objeciones, y convencer a su madre no llevo demasiado trabajo dado que la guerra había terminado. Cuatro años de entrenamiento endurecieron el cuerpo del joven y le enseñaron dos cosas escenciales: el soldado regular de un ejército no ve acción si no hay guerra, y golpear a un superior, por mas que uno tenga razón, equivale a una baja deshonrosa.
Volvió a la casa de sus padres, el único de los círculos habituales del joven donde fué recibido con los brazos abiertos. Algo estaba claro, no podría conseguir trabajo en Sharn por medios legales, su nombre figuraba entre los de los indeseables. Jean Luc se quedó un año en la casa de sus padres, en ese tiempo se dedicó a la herrería, ayudando a su padre en la forja y aprendiendo el oficio. Ni su padre ni su madre se extrañaron cuando vieron cual había sido el trabajo elegido para ganar su título de oficial, una espada y una armadura. La armadura era un trabajo normal, pero la espada era una obra de arte, con el balance justo y apta para ser encantada. Por mas que su padre trató de convencerlo de venderla, era evidente que la había hecho para blandirla.
Elanduin, la estrella del oeste.
Su padre le dió un último encargo, había recibido noticia de que dos personas requerían de sus servicios y no conocían la ciudad. Jean Luc, fastidiado, se dirigió a la taberna donde paraban las ilustres visitas para guiarlas hasta la Forja Blaisê. Su sorpresa fue mayúscula cuando el tabernero le señaló una mesa donde un elfo y una hermosa semielfa esperaban con unos tragos su llegada. Se acercó a la peculiar pareja, y con una voz suave pero potente se presentó.
- Soy Jean Luc Blaisê, vengo en nombre de mi padre a guiaros a su forja, cuando esteis listos para partir buscadme en la barra.
El elfo lo miró de arriba a abajo con asco y desprecio antes de levantarse de la mesa, era mas alto y robusto que la mayoría de los de su raza.
-Mi nombre es Agarwaen Aldaron, llevanos ahora, cuanto menos tiempo pasemos entre esta chusma, tanto mejor
La semielfa, sin embargo, le dio un amistoso codazo al elfo y sonrió de oreja a oreja, tendiendo la mano hacia el hombretón, para estrecharsela con energía.
- Yo soy Scara Aldaron, mucho gusto
La actitud de la joven trajo una sonrisa a la cara de Jean Luc, le hizo una leve reverencia y les indicó el camino de la puerta antes de darse vuelta.
- Un placer señorita Aldanon, ¿Señorita, verdad? por aquí, seguidme por favor.
La semielfa rió con ganas asintiendo.
- Jajaja, sí, señor Blaisê... - al ver como seguramente su hermano se enfadaría por este trato tan respetuoso al humano, simplemente le dedicó la mejor de sus sonrisas. - Vos también sois herrero, ¿señor? ¿Sabéis forjar y todo eso? Y casi no tengo ni idea...
La semielfa siguió con un torrente de preguntas casi medio viaje de ida... matizado por las pullas del elfo en común, y palabras en élfico a su hermana... palabras que por respeto Jean Luc prefería no escuchar a pesar de conocer bien la lengua de los Valenar. En el trayecto de casi media hora, el joven se enteró de que eran hermanos, y de que la pieza a reparar era un estoque perteneciente al padre de la joven. Por los gestos de Agarwaen era evidente que no había apreciado al progenitor de la vivaz Scara, y que extendía el odio que sentía por este hombre a todos los de su raza. También el les contó que en efecto era un herrero, y que la espada que colgaba a su espalda era su obra de oficial, que había sido soldado pero jamás había estado en batalla, y que deseaba partir de aventuras tan pronto como la situación lo permitiera.
El mal humor de Agarwaen era evidente, y a Jean Luc le hubiera gustado poder hacer algo por aplacarlo, pero sabía que el odio es algo que no se cura de un momento al otro. Llegaron a la forja y el humano ayudó a su padre a reparar la espada, manteniendo el calor del fuego con el fuelle mientras los hermanos eran invitados a pasar a la casa a tomar algo fresco por su madre. Jean Luc vio que cada tanto la joven se asomaba a observar el trabajo, y no pudo evitar sentirse orgulloso de su padre al ver como sus hábiles manos soldaban la fina hoja sin dejar seña de la quebradura. Mientras volvían a la taberna, ya que el herrero había insistido en que su hijo los acompañara, ocurrió algo que selló el destino de Jean Luc. Un asesinato, una búsqueda, dias bajo las sombras de Sharn, en las alcantarillas y mas abajo, y cuando finalmente volvieron a la luz Jean Luc estaba seguro de algo, amaba a Scara. Pero sabía que lo que le esperaba no era fácil, el hermano no aprobaría la relación, es más, estaba seguro de que no lo aprobaba a él, y sin embargo estaba seguro de que si quería ser feliz con Scara debía estar en buenos términos con Agarwaen.
Última edición por SirAlexander el 04 Jun 2007, 03:53, editado 1 vez en total.
Re: La Galería de los Héroes: (Imágenes, descripciones e historiales)
Scara Aldaron es una semielfa de Valenar, hermana menor de Agarwaen Aldaron. Mide 1,67 y pesa algo más de 50 kg. De aspecto infantil e inocente, su rostro refleja seguridad y vitalidad con una preciosa sonrisa radiante. Su cabello es castaño oscuro y ondulado, sus ojos son grises y su piel es de un color dorado.
Siempre habla con mucho énfasis y pone vitalidad a todo lo que hace. Apasionada y a veces arrojada, aunque puede que su valor ralle la temeridad. Le gusta sobre todo chinchar a su estirado hermano y conocer gente nueva a la que suele avasallar a preguntas. Es leal y obediente y jamás se rinde aunque la situación esté perdida. Muy alegre y divertida, es la primera en entrar en acción si hace falta e incluso golpear primero aunque la ocasión no lo requiera y a veces parece demasiado impulsiva.
"Scara nació fruto de un horrible suceso. Su madre, superviviente de una de las más sangrientas batallas en la que los Valenar participaron, fue violada por un humano. El hijo superviviente de su madre, Lómion, logró quitárselo de encima, pero ya era tarde. Cuando el elfo intentó asesinar a tan vil criatura, este logró huir desapareciendo entre la espesura. Lómion y su madre regresaron a casa y nueve meses más tarde nació Scara.
Fue muy duro para su madre sobrellevar la vergüenza. A pesar de todo, Lómion cuidaba de Scara como si fuera una hermana de sangre. La semielfa no había cumplido los dos años de edad cuando su madre murió consumida por la tristeza.
Creció bajo la protección de Lómion, que años más tarde empezó a responder por el nombre de Agarwaen. Aunque sus primeros años fueron difíciles en la cerrada sociedad de los elfos de Valenar, la muchacha tenía un carácter vivaz y muy alegre. Le gustaba sobre todo estar con su hermano a todas horas. Este le enseñó a pelear, incluso intentó que aprendiera su estilo de lucha, cosa que resultó imposible. Por este motivo, la joven semielfa aprendió a usar el arco. El tiempo que no estaban entrenando, lo pasaban juntos y Agarwaen trataba a Scara con especial cariño. Se cuidaba sobre todo de evitar a toda costa que la semielfa perdiera su inocencia.
Abandonaron Valenar cuando Scara, que aún no conocía cual era su destino, decidió reforjar la espada que había pertenecido a su padre. Desconcía por completo quién era y en su inocencia pensaba que había sido un hombre importante para su madre y que los había abandonado por motivos mayores. Desconocía la verdad, pues su hermano Agarwaen jamás le reveló cual fue el verdadero motivo de su nacimiento. Entusiasmada con la idea, marchó junto a Agarwaen a descubrir mundo, y con suerte, encontrarse con su verdadero padre."
Última edición por Avhin el 30 May 2007, 18:59, editado 1 vez en total.
- Iriai
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Re: La Galería de los Héroes: (Imágenes, descripciones e historiales)
Agarwaen Aldaron
El tatuador volvió a entrar en la sala, era la tercera vez que lo hacía en aquel día, y el quinto consecutivo que trabajaban con el mismo cliente. El joven había soportado sesiones de 18 horas, que solo se habían interrumpido en dos ocasiones y en ningún momento había pronunciado ni una palabra, ni un grito, a pesar del masivo trabajo que estaba realizando en su torso, brazos y dorso de las manos. Durante estos cinco días no había oído su voz demasiadas veces, solo para dar escuetas órdenes a la perra de presa que dormitaba en ese momento junto a sus pies.
El anciano elfo observo con curiosidad una vez más a su cliente: era joven, debía de rondar los 120 años escasamente y puede que para las mujeres fuese apuesto si su rostro no mostrase ese gesto de severidad y determinación que no había abandonado su rostro desde que apareció en la tienda con el diseño de su tatuaje. Tenía el cabello oscuro como el ala de un cuervo, no excesivamente largo, peinado hacia atrás y con dos pares de pequeñas tranzas sujetándolo. El viejo supuso que eran obra de la joven ?semihumana? que había estado esperando en la parte delantera de su taller. Creía que eran hermanos aunque físicamente no tenían mucho en común, estaba claro que la sangre humana era fuerte en la mestiza, mientras que su cliente mostraba la fría belleza de los nobles del norte de Valenar, con el cabello oscuro y la piel y los ojos claros, que en el caso del joven eran de un azul rabioso y frío, como dos pozos de hielo. Al anciano le inquietaban en sobremanera esos ojos, pues eran unos ojos demasiado viejos para un rostro tan joven, demasiado duros, pintados con un punto de rabioso fanatismo impropio de alguien tan cercano aún a la niñez. Ojos que habían visto la Guerra de cerca, con todo lo que ello suponía. Su pueblo era un pueblo guerrero, pero el tatuador no podía entender a las partidas que llevaban a sus hijos con ellos cuando iban a la batalla. Por lo demás, su cliente superaba con creces la media de su raza, rozando o superando el metro ochenta, y era más robusto que la mayoría de sus congéneres, aún cuando sus músculos seguían siendo fibrosos y poco marcados, pero tensos y duros como el acero bajo la piel que tatuaba.
- Bien, creo que terminaremos en un par de horas más, no creo que tengas problemas para aguantarlo ¿no? .- dijo, intentando ablandar la férrea expresión del rostro del joven
- Si, no hay problema.- dijo vagamente el joven. Su voz en consonancia con su físico, era de barítono.
- Llevo ya cinco días trabajando contigo y aun no me has dicho tu nombre
- Agarwaen, Agarwaen Aldaron
- ?Manchado de Sangre??es un nombre muy duro para alguien tan joven.- el tatuador frunció el ceño intentando recordar algo.- sin embargo me suena ese apellido?¡ah si!, no serás pariente de Aegnor Aldaron ¿verdad? El Guardián del Pasado que cayó junto con su esposa he hijos en a Batalla del lago Cyre, si mi memoria no falla
Por primera vez una sonrisa asomó en el rostro del joven y clavo su azul mirada en el tatuador, que se afanaba con su hombro en ese instante.
- Soy su hijo
- ¿Su hijo? Eso es imposible, todos cayeron en esa batalla. Además, Aegnor no tenia ningún hijo con tu nombre.- dijo el tatuador extrañado
- Si, lo sé. Renuncié a mi nombre infantil en mi ceremonia de mayoría de edad, hasta entonces respondí al nombre de Lómion
- Su hijo menor? apenas tenías 100 años en esa batalla? ¿Cómo participaste en ella?
- Yo era el escudero de mi padre, me entreno como tal desde muy joven. Mi madre y mi hermano Lórindol eran arqueros, por lo que mi padre necesitaba otro flanqueador en el grupo, uno que se compenetrara perfectamente con su estilo de lucha, por eso me entreno a mi?.entre en mi primera batalla como luchador con 80 años, hasta entonces sólo se me había permitido actuar como ballestero.
- ¡¡¡Apenas eras un niño!!!.- gritó escandalizado
- Sí, lo sé. Pero nuestras tierras estaban en una zona fronteriza y la Guerra llegó pronto allí, apenas tengo recuerdos de cómo eran las cosas antes de que empezase. Además, debía honrar a mi ancestro.
- ¿también eres un Guardián?
- Así es, mi hermano era el que habría de heredar las tierras de mi padre, yo heredé su misión.
Un escalofrío recorrió la espina dorsal del anciano. Siempre había respetado a los Guardianes del Pasado, era un elfo religioso, pero la falta de emoción con la que hablaba aquel joven, y el fanatismo que se destilaba de sus palabras era algo que solo la guerra podía haber creado. Miro con gesto crítico su obra, los bucles y espirales, la historia escrita y escondida entre el diseño, los jinetes y guerreros entremezclados que se desplazaban por todo el torso y se concentraban en los brazos en una suerte de estampida salvaje. Entre los omóplatos había grabado los símbolos de todas las razas y dos esbeltas cimitarras dobles adornaban los laterales del cuello.
- todo esto?es la historia de tu ancestro ¿no?- continuo el anciano, intentando cambiar de tema.
- Así es, he de seguir los pasos de Amarth
- No recuerdo quien fue
- Es un ancestro poco conocido, un sacerdote guerrero que abandono nuestras tierras y se internó en el territorio de los gigantes largo tiempo atrás. Estudió las técnicas de combate de todas las razas que existían por aquel entonces y los escritos que dejó fueron tomados como una de las bases para la creación de nuestra escuela de lucha con dos cimitarras. Sin embargo es considerado un traidor a nuestra raza, pues permaneció más tiempo lejos de los suyos que junto a ellos, y se unió durante mucho tiempo a humanos y otra chusma. Sin embargo, considero que fue un gran estratega, sacrifico su vida entre seres inferiores para crear un estilo de lucha perfecto, un estilo de lucha que pusiese a los valenar por encima de otras razas y les permitiese superarles en combate, un estilo de combate que reuniese a todos?pero murió joven, traicionado por los que consideraba ?amigos?, por lo que su obra quedó incompleta.
- ..Y tu vas a completarla.- continuó el tatuador con una sonrisa en los labios.- Al principio pensé que serías como tu padre, que no soportaba al resto de las razas?
- A los únicos que no soporto son a los humanos, son sucios y traidores, indignos de ser englobados entre las razas inteligentes
El tatuador miró a su interlocutor confuso:
- ¿Entonces esa semi-humana que te acompaña?
- ¡¡¡Ni se te ocurra llamarla así!!!- grito el joven.- Es mi hermana, trátala con el respeto que se merece, no tiene la culpa de haber nacido así
- No comprendo?
- La batalla del Lago Cyre no fue tal, fue una masacre, los que creímos nuestros aliados, aquellos que habían contratado nuestros servicios se volvieron contra nosotros una vez vencimos la batalla. Nosotros habíamos constituido la vanguardia del ataque, estábamos agotados y nuestro numero estaba diezmado, vi caer a mi padre poco antes de que un golpe en la cabeza me derribase del caballo? supongo que imaginaron que había muerto.- el joven se mesó los cabellos, dejando al descubierto una cicatriz bajo el pelo, en el lado derecho de la cabeza, sobre la oreja,- Cuando desperté me encontraba bajo los cadáveres de mis compañeros y de mi hermano, me arrastre como pude entre los cuerpos, bañado en sangre y llanto, los humanos saqueaban los cadáveres de los que había considerado amigos y familia y ese hombre, ese ?humano? y mi madre?- el gesto del joven se contorsiono en una mueca de ira y dolor y sus manos se crisparon como garras.- se lo saque de encima utilizando mis cimitarras, partí su arma y le crucé la cara con una herida. ¿Y que hizo él? Huyó, huyó como el perro cobarde que era. Mi madre jamás se recuperó de aquello, y se dejó morir pocos años después de que Scara naciera?- continuó con la mirada perdida.- soy lo único que tiene y es la única familia que tengo, vendrá conmigo cuando abandone valenar. El único miedo que tengo es que encuentre a ese hombre, a su Padre. Nunca le he contado lo que pasó, no quiero que se odie a si misma, pero no puede evitar hacer preguntas. Y esa escoria se ha convertido en un general importante, seguro que sabes quien es
El nombre que pronunció el tatuador se perdió cuando la perra se despertó con un ladrido.
- si, es él
- No puedo creerlo?. Te costará que no se entere
- Tengo su espada
- Eso lo hará mas difícil
- Lo sé ella quiere reforjarla
El tatuador dio el último pinchazo y completo su obra.
- Espero que tengas suerte en tu empresa?
- La necesitaré
- Ahora entiendo tu nuevo nombre?
- Es lo que me han obligado a ser.
El tatuador volvió a entrar en la sala, era la tercera vez que lo hacía en aquel día, y el quinto consecutivo que trabajaban con el mismo cliente. El joven había soportado sesiones de 18 horas, que solo se habían interrumpido en dos ocasiones y en ningún momento había pronunciado ni una palabra, ni un grito, a pesar del masivo trabajo que estaba realizando en su torso, brazos y dorso de las manos. Durante estos cinco días no había oído su voz demasiadas veces, solo para dar escuetas órdenes a la perra de presa que dormitaba en ese momento junto a sus pies.
El anciano elfo observo con curiosidad una vez más a su cliente: era joven, debía de rondar los 120 años escasamente y puede que para las mujeres fuese apuesto si su rostro no mostrase ese gesto de severidad y determinación que no había abandonado su rostro desde que apareció en la tienda con el diseño de su tatuaje. Tenía el cabello oscuro como el ala de un cuervo, no excesivamente largo, peinado hacia atrás y con dos pares de pequeñas tranzas sujetándolo. El viejo supuso que eran obra de la joven ?semihumana? que había estado esperando en la parte delantera de su taller. Creía que eran hermanos aunque físicamente no tenían mucho en común, estaba claro que la sangre humana era fuerte en la mestiza, mientras que su cliente mostraba la fría belleza de los nobles del norte de Valenar, con el cabello oscuro y la piel y los ojos claros, que en el caso del joven eran de un azul rabioso y frío, como dos pozos de hielo. Al anciano le inquietaban en sobremanera esos ojos, pues eran unos ojos demasiado viejos para un rostro tan joven, demasiado duros, pintados con un punto de rabioso fanatismo impropio de alguien tan cercano aún a la niñez. Ojos que habían visto la Guerra de cerca, con todo lo que ello suponía. Su pueblo era un pueblo guerrero, pero el tatuador no podía entender a las partidas que llevaban a sus hijos con ellos cuando iban a la batalla. Por lo demás, su cliente superaba con creces la media de su raza, rozando o superando el metro ochenta, y era más robusto que la mayoría de sus congéneres, aún cuando sus músculos seguían siendo fibrosos y poco marcados, pero tensos y duros como el acero bajo la piel que tatuaba.
- Bien, creo que terminaremos en un par de horas más, no creo que tengas problemas para aguantarlo ¿no? .- dijo, intentando ablandar la férrea expresión del rostro del joven
- Si, no hay problema.- dijo vagamente el joven. Su voz en consonancia con su físico, era de barítono.
- Llevo ya cinco días trabajando contigo y aun no me has dicho tu nombre
- Agarwaen, Agarwaen Aldaron
- ?Manchado de Sangre??es un nombre muy duro para alguien tan joven.- el tatuador frunció el ceño intentando recordar algo.- sin embargo me suena ese apellido?¡ah si!, no serás pariente de Aegnor Aldaron ¿verdad? El Guardián del Pasado que cayó junto con su esposa he hijos en a Batalla del lago Cyre, si mi memoria no falla
Por primera vez una sonrisa asomó en el rostro del joven y clavo su azul mirada en el tatuador, que se afanaba con su hombro en ese instante.
- Soy su hijo
- ¿Su hijo? Eso es imposible, todos cayeron en esa batalla. Además, Aegnor no tenia ningún hijo con tu nombre.- dijo el tatuador extrañado
- Si, lo sé. Renuncié a mi nombre infantil en mi ceremonia de mayoría de edad, hasta entonces respondí al nombre de Lómion
- Su hijo menor? apenas tenías 100 años en esa batalla? ¿Cómo participaste en ella?
- Yo era el escudero de mi padre, me entreno como tal desde muy joven. Mi madre y mi hermano Lórindol eran arqueros, por lo que mi padre necesitaba otro flanqueador en el grupo, uno que se compenetrara perfectamente con su estilo de lucha, por eso me entreno a mi?.entre en mi primera batalla como luchador con 80 años, hasta entonces sólo se me había permitido actuar como ballestero.
- ¡¡¡Apenas eras un niño!!!.- gritó escandalizado
- Sí, lo sé. Pero nuestras tierras estaban en una zona fronteriza y la Guerra llegó pronto allí, apenas tengo recuerdos de cómo eran las cosas antes de que empezase. Además, debía honrar a mi ancestro.
- ¿también eres un Guardián?
- Así es, mi hermano era el que habría de heredar las tierras de mi padre, yo heredé su misión.
Un escalofrío recorrió la espina dorsal del anciano. Siempre había respetado a los Guardianes del Pasado, era un elfo religioso, pero la falta de emoción con la que hablaba aquel joven, y el fanatismo que se destilaba de sus palabras era algo que solo la guerra podía haber creado. Miro con gesto crítico su obra, los bucles y espirales, la historia escrita y escondida entre el diseño, los jinetes y guerreros entremezclados que se desplazaban por todo el torso y se concentraban en los brazos en una suerte de estampida salvaje. Entre los omóplatos había grabado los símbolos de todas las razas y dos esbeltas cimitarras dobles adornaban los laterales del cuello.
- todo esto?es la historia de tu ancestro ¿no?- continuo el anciano, intentando cambiar de tema.
- Así es, he de seguir los pasos de Amarth
- No recuerdo quien fue
- Es un ancestro poco conocido, un sacerdote guerrero que abandono nuestras tierras y se internó en el territorio de los gigantes largo tiempo atrás. Estudió las técnicas de combate de todas las razas que existían por aquel entonces y los escritos que dejó fueron tomados como una de las bases para la creación de nuestra escuela de lucha con dos cimitarras. Sin embargo es considerado un traidor a nuestra raza, pues permaneció más tiempo lejos de los suyos que junto a ellos, y se unió durante mucho tiempo a humanos y otra chusma. Sin embargo, considero que fue un gran estratega, sacrifico su vida entre seres inferiores para crear un estilo de lucha perfecto, un estilo de lucha que pusiese a los valenar por encima de otras razas y les permitiese superarles en combate, un estilo de combate que reuniese a todos?pero murió joven, traicionado por los que consideraba ?amigos?, por lo que su obra quedó incompleta.
- ..Y tu vas a completarla.- continuó el tatuador con una sonrisa en los labios.- Al principio pensé que serías como tu padre, que no soportaba al resto de las razas?
- A los únicos que no soporto son a los humanos, son sucios y traidores, indignos de ser englobados entre las razas inteligentes
El tatuador miró a su interlocutor confuso:
- ¿Entonces esa semi-humana que te acompaña?
- ¡¡¡Ni se te ocurra llamarla así!!!- grito el joven.- Es mi hermana, trátala con el respeto que se merece, no tiene la culpa de haber nacido así
- No comprendo?
- La batalla del Lago Cyre no fue tal, fue una masacre, los que creímos nuestros aliados, aquellos que habían contratado nuestros servicios se volvieron contra nosotros una vez vencimos la batalla. Nosotros habíamos constituido la vanguardia del ataque, estábamos agotados y nuestro numero estaba diezmado, vi caer a mi padre poco antes de que un golpe en la cabeza me derribase del caballo? supongo que imaginaron que había muerto.- el joven se mesó los cabellos, dejando al descubierto una cicatriz bajo el pelo, en el lado derecho de la cabeza, sobre la oreja,- Cuando desperté me encontraba bajo los cadáveres de mis compañeros y de mi hermano, me arrastre como pude entre los cuerpos, bañado en sangre y llanto, los humanos saqueaban los cadáveres de los que había considerado amigos y familia y ese hombre, ese ?humano? y mi madre?- el gesto del joven se contorsiono en una mueca de ira y dolor y sus manos se crisparon como garras.- se lo saque de encima utilizando mis cimitarras, partí su arma y le crucé la cara con una herida. ¿Y que hizo él? Huyó, huyó como el perro cobarde que era. Mi madre jamás se recuperó de aquello, y se dejó morir pocos años después de que Scara naciera?- continuó con la mirada perdida.- soy lo único que tiene y es la única familia que tengo, vendrá conmigo cuando abandone valenar. El único miedo que tengo es que encuentre a ese hombre, a su Padre. Nunca le he contado lo que pasó, no quiero que se odie a si misma, pero no puede evitar hacer preguntas. Y esa escoria se ha convertido en un general importante, seguro que sabes quien es
El nombre que pronunció el tatuador se perdió cuando la perra se despertó con un ladrido.
- si, es él
- No puedo creerlo?. Te costará que no se entere
- Tengo su espada
- Eso lo hará mas difícil
- Lo sé ella quiere reforjarla
El tatuador dio el último pinchazo y completo su obra.
- Espero que tengas suerte en tu empresa?
- La necesitaré
- Ahora entiendo tu nuevo nombre?
- Es lo que me han obligado a ser.
"Despierta..."
Re: La Galería de los Héroes: (Imágenes, descripciones e historiales)
Arhen se revolvió en la cama y se puso a mirar al techo de la habitación
Visto en retrospectiva, el día que Arhen descubrió que podía cambiar su aspecto a voluntad, fue el más triste de su vida. Estaba observando un cuadro de su abuelo, y al mirarse al espejo, se asustó al darse cuenta de que tenía exactamente la misma cara que este. Aún atónito por el descubrimiento, fue corriendo a enseñárselo a su madre. Nunca espero que reaccionara de la forma en que lo hizo. Tras poner una cara de miedo y asombro, le giro la cara de una tremenda bofetada, dejándole la mejilla enrojecida. Pero al observar la cara llorosa de su hijo, no pudo evitar abrazarle y llorar con él.
Al parecer, su madre no era la afable y tradicional campesina que aparentaba ser. Era una replicante que había huido de las cazas de brujas de la iglesia de la llama en una ciudad de Cyre, para terminar casado con un herrero en un pequeño pueblo de las afueras de Sharn. Había tratado de mantener escondida su verdadera naturaleza durante toda su vida, y al haber pasado la edad en que normalmente los replicantes sacan a la luz sus habilidades sin dar muestra de estas, creyó que estaría a salvo de ser descubierta.
Y en ese fatídico instante entro su padre, y al ver el rostro del muchacho, se echo atrás de un salto y profirió un juramento. Entonces, al comprender la realidad, miro a su esposa con ojos enfurecidos, y cogiendo un cuchillo fue directa hacia ella, apartando a Arhen que intentaba detenerle, y a pesar de las suplicas de su esposa, le propino un tajo que la hizo desplomarse al suelo para no volverse a levantar. Luego, todavía enloquecido por la ira, se dirigió a Arhen, derribándolo. Pero en el forcejeo que mantuvieron, el cuchillo termino incrustado en su pecho, muriendo en el acto
Observando horrorizado lo que había pasado, Arhen cogió unas pocas pertenencias y huyo precipitadamente de la casa. Y solo se le ocurrió ir a un sitio, a la ciudad de Sharn, el lugar donde alguien como él podría esconderse entre la multitud
Pero el que fuera fácil esconderse en Sharn no implicaba que fuera fácil sobrevivir en ella. Al llegar a la ciudad, Arhen se interno en unos callejones donde cualquier habitante de Sharn en su sano juicio jamás se atrevería pisar. Cuando quiso darse cuenta, estaba en el suelo, con una puñalada en el costado y con sus asaltantes riendo y alejándose con su dinero.
Se arrastro hacia una pared y se recostó en ella, respirando dificultosamente a causa de la herida. Era consciente de que no tardaría mucho en morir, y decidió que al menos en sus últimos momentos, quería estar en su forma verdadera. Tras la habitual sensación que le producía la transmutación, empezó a sentir sueño y termino por desvanecerse.
Cuando despertó, estaba tumbado en una mullida cama, y tenia el torso vendado. Al intentar moverse, el dolor de la herida le hizo gritar de dolor. Cuando se repuso, vio que había una joven mujer, sentada en frente de él que le estaba mirando. Arhen, asustado, no pudo evitar espetarle ¿Donde estoy, y quien eres tú?
-Soy Marlia- le contesto tranquilamente la mujer.
-¿Porque me has salvado?
-Lo cierto es que no estoy segura. Eres el primer replicante a quien veo con su verdadero aspecto, y eso me hizo sentir la suficiente curiosidad como para traerte aquí.
Entonces Arhen se dio cuenta de que todavía se encontraba en su forma original, y de que ella era la primera persona que lo veía así. Ante el hecho, no pudo evitar sentir una cierta vergüenza, tapándose con la sabana.
Pero la reacción de la mujer fue empezar a reírse, cosa que desconcertó a Arhen. -No te preocupes, no me parece que tengas nada horrible que ocultar-. Solo fue alguna de las cosas que desconcertaron a Arhen sobre aquella mujer.
Durante los meses siguientes, Arhen aprendió que Marlia dirigía una célula de la casa Cannith, que había quedado algo disminuida después de la desaparición de Cyre. Desde entonces había estallado una pugna por el liderazgo entre 3 facciones de la casa. Y vistas las habilidades de Arhen, solo fue cuestión de tiempo de que Marlia empezara a utilizarle para la causa de su facción. Lo cierto es que Arhen no se sentía muy cómodo haciendo algunos de los trabajos que le encargaba, pero era la única persona que le había aceptado tal como era, y sentía una gran devoción hacia ella.
Una voz le saco de su ensimismamiento. Venia del otro lado de la cama, donde se encontraba Marlia, después de haber compartido su cama con él esa noche. Nunca le había gustado el tomar el aspecto de su esposo muerto para tal acto, pues el amaba verdaderamente a Marlia, pero era consciente de que el sentimiento no era reciproco, así que se conformaba con poder compartir la intimidad de la noche con ella.
-Tengo un encargo para ti Arhen. Quisiera que vigilaras a un profesor de Mongrave que esta realizando unos estudios para nosotros. Es por su seguridad y por la nuestra, y necesito alguien de confianza
-Tus deseos son órdenes, mi dama.
Para esa ocasión, Arhen decidió usar su apariencia de semi-elfo, pues eran bastante comunes en la ciudad y le daba un aspecto poco amenazador.
Había estado siguiendo al profesor durante todo el día, y gracias a sus habilidades para camuflarse entre el gentío, le siguió a una distancia prudencial. Había caído la noche y el profesor volvía a su casa después de salir de la universidad. Las calles y pasarelas estaban desiertas a causa de la lluvia que caía. Cuando quiso darse cuenta una enorme sombra se abalanzo sobre el profesor, saliendo de la nada.
Arhen corrió hacía el centro de la pasarela. Pero pareció que algo alertaba al encapuchado y este salto por el borde del puente. Cuando llego donde estaba el cadáver, otras tres personas, un elfo, una bella semi-elfa y un humano, llegaban por el lado opuesto a paso ligero?
Arhen es bastante atípico para ser un replicante. No le gustan los placeres excesivos, ni esta interesado en coleccionar cosas. Aun así, le gusta cambiar frecuentemente su aspecto, aunque suele mantener el suyo propio cuando se relaciona con Marlia. Es calculador y cauteloso en todos los aspectos de su vida, y no le gusta correr excesivos riesgos. Tratara de evitar un combate a ser posible, y en caso de verse obligado, lo planificara al detalle y tratara de terminarlo rápidamente, sin dar opción al enemigo a reaccionar.
Derhelm, el semi-elfo que interpreta Arhen en este momento, tiene el pelo rubio y liso, con los ojos de un verde intenso y la piel morena. Aparenta ser divertido y hablador, pero a la hora de recoger información puede ser diplomático o intimidante, según lo requiera la ocasión.
Visto en retrospectiva, el día que Arhen descubrió que podía cambiar su aspecto a voluntad, fue el más triste de su vida. Estaba observando un cuadro de su abuelo, y al mirarse al espejo, se asustó al darse cuenta de que tenía exactamente la misma cara que este. Aún atónito por el descubrimiento, fue corriendo a enseñárselo a su madre. Nunca espero que reaccionara de la forma en que lo hizo. Tras poner una cara de miedo y asombro, le giro la cara de una tremenda bofetada, dejándole la mejilla enrojecida. Pero al observar la cara llorosa de su hijo, no pudo evitar abrazarle y llorar con él.
Al parecer, su madre no era la afable y tradicional campesina que aparentaba ser. Era una replicante que había huido de las cazas de brujas de la iglesia de la llama en una ciudad de Cyre, para terminar casado con un herrero en un pequeño pueblo de las afueras de Sharn. Había tratado de mantener escondida su verdadera naturaleza durante toda su vida, y al haber pasado la edad en que normalmente los replicantes sacan a la luz sus habilidades sin dar muestra de estas, creyó que estaría a salvo de ser descubierta.
Y en ese fatídico instante entro su padre, y al ver el rostro del muchacho, se echo atrás de un salto y profirió un juramento. Entonces, al comprender la realidad, miro a su esposa con ojos enfurecidos, y cogiendo un cuchillo fue directa hacia ella, apartando a Arhen que intentaba detenerle, y a pesar de las suplicas de su esposa, le propino un tajo que la hizo desplomarse al suelo para no volverse a levantar. Luego, todavía enloquecido por la ira, se dirigió a Arhen, derribándolo. Pero en el forcejeo que mantuvieron, el cuchillo termino incrustado en su pecho, muriendo en el acto
Observando horrorizado lo que había pasado, Arhen cogió unas pocas pertenencias y huyo precipitadamente de la casa. Y solo se le ocurrió ir a un sitio, a la ciudad de Sharn, el lugar donde alguien como él podría esconderse entre la multitud
Pero el que fuera fácil esconderse en Sharn no implicaba que fuera fácil sobrevivir en ella. Al llegar a la ciudad, Arhen se interno en unos callejones donde cualquier habitante de Sharn en su sano juicio jamás se atrevería pisar. Cuando quiso darse cuenta, estaba en el suelo, con una puñalada en el costado y con sus asaltantes riendo y alejándose con su dinero.
Se arrastro hacia una pared y se recostó en ella, respirando dificultosamente a causa de la herida. Era consciente de que no tardaría mucho en morir, y decidió que al menos en sus últimos momentos, quería estar en su forma verdadera. Tras la habitual sensación que le producía la transmutación, empezó a sentir sueño y termino por desvanecerse.
Cuando despertó, estaba tumbado en una mullida cama, y tenia el torso vendado. Al intentar moverse, el dolor de la herida le hizo gritar de dolor. Cuando se repuso, vio que había una joven mujer, sentada en frente de él que le estaba mirando. Arhen, asustado, no pudo evitar espetarle ¿Donde estoy, y quien eres tú?
-Soy Marlia- le contesto tranquilamente la mujer.
-¿Porque me has salvado?
-Lo cierto es que no estoy segura. Eres el primer replicante a quien veo con su verdadero aspecto, y eso me hizo sentir la suficiente curiosidad como para traerte aquí.
Entonces Arhen se dio cuenta de que todavía se encontraba en su forma original, y de que ella era la primera persona que lo veía así. Ante el hecho, no pudo evitar sentir una cierta vergüenza, tapándose con la sabana.
Pero la reacción de la mujer fue empezar a reírse, cosa que desconcertó a Arhen. -No te preocupes, no me parece que tengas nada horrible que ocultar-. Solo fue alguna de las cosas que desconcertaron a Arhen sobre aquella mujer.
Durante los meses siguientes, Arhen aprendió que Marlia dirigía una célula de la casa Cannith, que había quedado algo disminuida después de la desaparición de Cyre. Desde entonces había estallado una pugna por el liderazgo entre 3 facciones de la casa. Y vistas las habilidades de Arhen, solo fue cuestión de tiempo de que Marlia empezara a utilizarle para la causa de su facción. Lo cierto es que Arhen no se sentía muy cómodo haciendo algunos de los trabajos que le encargaba, pero era la única persona que le había aceptado tal como era, y sentía una gran devoción hacia ella.
Una voz le saco de su ensimismamiento. Venia del otro lado de la cama, donde se encontraba Marlia, después de haber compartido su cama con él esa noche. Nunca le había gustado el tomar el aspecto de su esposo muerto para tal acto, pues el amaba verdaderamente a Marlia, pero era consciente de que el sentimiento no era reciproco, así que se conformaba con poder compartir la intimidad de la noche con ella.
-Tengo un encargo para ti Arhen. Quisiera que vigilaras a un profesor de Mongrave que esta realizando unos estudios para nosotros. Es por su seguridad y por la nuestra, y necesito alguien de confianza
-Tus deseos son órdenes, mi dama.
Para esa ocasión, Arhen decidió usar su apariencia de semi-elfo, pues eran bastante comunes en la ciudad y le daba un aspecto poco amenazador.
Había estado siguiendo al profesor durante todo el día, y gracias a sus habilidades para camuflarse entre el gentío, le siguió a una distancia prudencial. Había caído la noche y el profesor volvía a su casa después de salir de la universidad. Las calles y pasarelas estaban desiertas a causa de la lluvia que caía. Cuando quiso darse cuenta una enorme sombra se abalanzo sobre el profesor, saliendo de la nada.
Arhen corrió hacía el centro de la pasarela. Pero pareció que algo alertaba al encapuchado y este salto por el borde del puente. Cuando llego donde estaba el cadáver, otras tres personas, un elfo, una bella semi-elfa y un humano, llegaban por el lado opuesto a paso ligero?
Arhen es bastante atípico para ser un replicante. No le gustan los placeres excesivos, ni esta interesado en coleccionar cosas. Aun así, le gusta cambiar frecuentemente su aspecto, aunque suele mantener el suyo propio cuando se relaciona con Marlia. Es calculador y cauteloso en todos los aspectos de su vida, y no le gusta correr excesivos riesgos. Tratara de evitar un combate a ser posible, y en caso de verse obligado, lo planificara al detalle y tratara de terminarlo rápidamente, sin dar opción al enemigo a reaccionar.
Derhelm, el semi-elfo que interpreta Arhen en este momento, tiene el pelo rubio y liso, con los ojos de un verde intenso y la piel morena. Aparenta ser divertido y hablador, pero a la hora de recoger información puede ser diplomático o intimidante, según lo requiera la ocasión.
Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? Eso es lo que significa ser un esclavo.