Capitulo 1 - Xunwae Tormtor

[Tyr]

Xunwae Tormtor

Ya antes habías utilizado teleportaciones mágicas, pero esta había salido realmente mal, fue como haberse arrojado a un gran y profundo pozo.

Al despertarte fue la brillantez, enorme brillantes que te cegó. Tu armadura comenzó a deshacerse en pedazos, sentías como todo lo que tenias se desgranaba y quedabas desnuda. había gritos a tu alrededor, todo el cuerpo te dolía, finalmente una grandes manos te tomaron y te arrojaron a valla sabe donde. Estas a tanteos muchos días, donde te tratan muy mal, te golpearon varias veces para que te calmaras. Como era posible que Xunwae Tormtor, guardia imperial era tratada como una esclava.

Finalmente te llevan a un lugar muy calido, había como una extraña fogata en lo alto que bañaba todo tu cuerpo, claramente estabas en una jaula. Las voces, por que simple tenían que hablar tan alto. Trataste de abrir los ojos pero fue una punzada increíble el dolor que causaba aquella estrella que mas se semejaba a una gran fogata. Alguien con las manos de ceda, con la suavidad de algo muy tierno te toma de las manos y te habla con el idioma de los dedos y dice
- Toma este medallón, pontéenlo en el cuello y entenderás las palabras.
Sin mucho mas que perder te colocas el collar y comienzas a entender lo que allí (aunque el alto volumen seguía)

- Señora Blanca muy buena elección, es nuestra pieza mas exótica ¿cuanto ofrece usted?
- Yo no ofrezco nada por lo que es mío, pero si quieres dinero habla con mi ayudante.-
Aquella mujer se te acerca y te dice en voz muy baja.

- Sagrada señora, te llevare a un lugar seguro donde curaran tus ojos y tus heridas, por favor no te resistas a estas manos.

La dulzura y pasión con la que te dicen fue como una amante le pediría algo a su amor solo por su bien, decides hacerle caso.
Eres llevada de allí, lejos de aquel lugar. Subes a un carro llegas, no sabes donde, pero olía y era mucho mas silencioso. Un hombre te desnuda y comienza a palparte mientras sentías que los golpes y los cortes de látigos sufridos por los esclavistas desaparecían y sobretodo, tus ojos dejaban de doler. Los vuelves a abrir y el brillar, esta vez, no te lastimo.
No había muchas razas sintientes en tu planeta, es mas, había una sola, la tuya. Entre los tuyos tenias una altura normal tirando a un poco baja, para nada enana, pero al lado de ella eras un microbio, te adelantaba casi un tercio de tu cuerpo. Su pelo rubio como hebras de oro caían hasta sus caderas, sus pechos sugestivos en su ropa blanca y su larga falda daba un aire de señorío, pero su ropa blanquísima rematada, esto era lo extraño, en una daga ceñida a un costado convertían a esa bellísima mujer de ojos celestes como el cielo en una belleza por la cuales los hombres matarían, al menos, tu padre lo hubiera echo. Ves en aquel muy limpio y cuidado cuarto varios cuadros con el dibujo de un hombre y el mas grande con el de un niño, si hijo supones. Ves en ella gran juventud, ella se te acerca y te hace una reverencia diciéndote.

- Mi nombre es Dama Blanca, Matriarca de las mujeres de Las Sombras.Ella te invita a sentarte y te da alimentos riquísimos, aunque los animales de los que estaban hechos no te los cuestionas ya que ese tipo de consistencia en tu planeta no había. Ella miro divertida como comías, en silencio, siempre en silencio, tu respetabas aquello.
Al terminar dices sin miramientos.

- ¿Qué quieres de mi?
- Quiero que seas mi sirviente, no en calidad de esclava, ni en de amiga, si pero en calidad de fiel sirviente.
- YO SOLO SIRVO A LA EMPERATRIZ.- Dijiste en voz alta y enojada con una pata de algo en la mano
- Yo no te pediré jamás nada en contra de ella y cuando ella te llame te dejare ir a su lado.

Te lo piensas y no es una mala oferta.

- Las Sombras esas que tu lideras, que tipo de organización. ¿Qué hace?
- Somos traficantes de vidas que la tomamos cuando queremos y también tomamos todo lo que deseamos, por nuestro capricho o porque alguien mas lo quiere.- Dijo con una leve sonrisa en la cara.
Reíste, ambas rieron, esa mujer te caía bien.

- Acepto, pero mi lealtad esta con mi emperatriz.
- Muy bien, muy bien, pero, por ahora, ¿Eres mi sirviente?
- Si, lo soy.
Se te otorga el mando de diez sirvientes, entre ellos cinco hombres y cinco mujeres, entre ellos dos magos, cuatro bribones y cuatro guerreros, solo para que satisfagan tus caprichos. Se te entrega gran cantidad de monedas de oro (20.000) para que compres lo que desees donde desees, también se te da la oportunidad de ir con el Señor Palabras, el mago de la cofradía para que te diseñe algún objeto.

Bien mi pequeña, que decides hacer, explorar la cofradía, explorar la ciudad (Erin) o que, invéntate todo lo que desees, no hace falta que te explique los limites ya que eres una buena jugadora.

[Helen]

La muchacha miro a su derredor. El ambiente no parecía en si muy diferente de su ciudad natal, los tejados y las paredes tenían otro estilo y toda la ciudad estaba bañada de luz. Pero en si parecía similar. Lo primero era hacer lo obvio, reconocer el terreno. Nadie sabia de su presencia allí, y eso era una ventaja táctica. Ventaja ilusoria dado que no había enemigos conocidos en ella.
- ¿Qué peligros hay en esta ciudad?. ¿Podríais darme un mapa con el que familiarizarme con el lugar y lo que veo?. Me gustaría también una túnica para proteger mi imagen y lo que queda de mi de ojos indiscretos. Gracias.
Inclino la cabeza ante su sirviente y descubrió su propia servilidad, herencia de su pasado.

[Tyr]

Ella rie.
- Mapas, niña, estas a prueba. Advertencias, no tienes ninguna. Tu ve, investiga y busca. Si te ves desorientada busca en tus sub alternos. Primero te quedaras un dia y una noche en este lugar, se te asignara una casa, luego de aquello tu tendras que hacer un negocio.
Te mira y dice.
- Señor Puerta, Señor Puerta.
Un hombre entra en la habitación y saluda a Dama Blanca.
- Señor Puerta, llévala a su habitación para que medite que hacer.

Bien, te explico, describe todo lo que vives y sientes en aquella caza, luego, plantéale un plan lógico a Dama Blanca con respecto a lo que querrías hacer para ver si ella te ayuda en algo, de todas formas, eso me servirá para saber que te responderán tus sirvientes cuando le preguntes sobre donde realizar tu trabajo. Se lógica y hazme sentir que eres una valiosa jugadora.

[Helen]

Cuando hubo terminado de hablar la Señora Blanca, la elfa empezó a reírse. Su risa fue tal que termino en una carcajada tal, que termino doblada apoyándose en las rodillas. Cuando hubo acabado, la mandíbula le dolía, pero podía hablar.
- Mi señora, espero me disculpéis pero soy guerrera, no comerciante. Mi casa es el mundo, voy andando por los caminos hasta que llego donde se halle mi enemigo. Lo mato, y voy a por el siguiente. No es sino mi vida el estar matando continuamente. Mato por dinero, y a veces por que me gusta. Y si no me gusta la persona que me pide que mate, ni le hago caso. Y eso es lo que voy a hacer con vos. Muy buenos días señora. Os agradezco los cuidados pero es hora de que siga mi camino o sino tendré que luchar para ello. No me gusta que me pongan a prueba

Apenas hubo acabado se fue, sin prestar mas atención a posibles represalias. Dispuesta a escabullirse como le resultase mas sencillo y sin herir a nadie de ser posible.
Si la dama intenta me echa en cara que le prometí servirla, rompo mi promesa. Asi son los drows, sin palabra, sin confianza.
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OFF
Pues creo te voy a defraudar. Todo el mundo dice que arbitro mejor que juego, y arbitrando soy penosa.

[Tyr]

- ¡¡¡¡¡Quieta!!!!!- Dijo cuando te diste vuelta
No parabas de reír, en esa voz había más desesperación que orden. Tu cuello comenzó a apretar, aquel medallón se cernió ante tu cuello cortándote la respiración. Intentaste quitártelo pero fue como intentar quitarte una bruma, algo que no existía, pero a pesar de ello sentías gran dolor.
- Pequeña mía, perdona por esto.- Dijo con una caricia que te deshiciste de ella con un golpe. Ella te miro con gran tristeza y replico.- Sabes que esto no debería de ser así, lo sabes, tu deberías ser mi sirviente y ahora tendrás que ir al calabozo para que recapacites.- La última gota de aire abandona tus pulmones y te desmallas.

Aquel lugar te era más familiar, oscuro. Pero la humedad, las ratas y cucarachas, el otro cadáver que tenias como compañero, el riachuelo de inmundicias que corría por frente de ti no lo hacían un lugar que quisieras llamar hogar.
No tienes definido cuantos días pasaron, comenzaste a medir el tiempo en alimentos, alimentos irregulares, pero al fin, era una medida de tiempo, cuando ella apareció.
La muerte podía ser espantosa, si quería, pero esta vez la veías amigable, sonriente y con una voz penetrantemente masculina.
- Pequeña niña, orgullosa hija del último planeta, fuiste muy tonta al desaprovechar esa oportunidad, pero te ofreceré una más, la ultima que tendrás para salir de aquí. Yo soy la muerte ¿Quieres trabajar para mí? Si aceptas, te llevare lejos de este lugar, te daré lo que pedirte y te molestare cuando alguien me quiera enfrentar, pero si te me revelas, simplemente te morirás. ¿Qué dices?

Di lo que quieras, pero no hace falta que aceptes en el siguiente post, puedes interrogarlo antes.

[Helen]

Una negativa quería salir de sus labios, pero por fortuna para ella su mente trabajo mas deprisa que su lengua y acepto con gesto ladino. Estaba actuando, era parte de su entrenamiento. Era para lo que fue creada.
- Si mi señora. Tuvisteis razón desde el principio. ¡Qué tonta fui al pensar que podría rebelarme!.
Recordó la asfixia a causa de la magia de la bruja. Si hubiera tenido las armas desenfundadas habría sido otra historia porque habría muerto al instante. Sin embargo no las tenia y eso la había llevado a aquel acogedor calabozo. Ahora le ofrecía otra oportunidad, y eso iba a ser un error para la bruja. Estaba claro que la necesitaba y quería forzarla a que fuera su mascota. Bien, fingiría serlo. Tenia que conocer el suelo donde pisaba. La bruja había comentado algo de ella era de un planeta lejano que era su hogar, pero no entendía de planetas ni de planos. Solo era brujería de unos y otros. La había amenazado con matarla. Casi le dan ganas de reír pero se contuvo apenas surgió el gesto. Si ella supiera que le daba igual vivir o morir. La muerte no le asustaba ya que era su compañera. Incluso en aquella apestosa celda la muerte residía en un reo muerto recordandole la fragilidad de la vida y su valor temporal.
- Acepto mi señora. No soporto por un minuto más este apestoso lugar. - mintió, pero esperaba no se notase demasiado.

[Tyr]

La muerte la miro un largo rato sin que nada pasara.
- No confías en mí, lo sé, lo sé todo, sé que no me he ganado tu confianza porque te exijo algo en una situación muy apremiante.
Todo cambio, ahora estabas en una taberna en un lugar que no conocías, con tus armas, tu armadura y según parece, todo lo que necesitabas para sobrevivir.
- Estas de vuelta en la superficie, ahora dime, que más deseas. ¿Deseas volver a tu pueblo? ¿Deseas vengarte sobre tus padres y tu padrastro por lo que te hicieron? ¿Deseas un arma encantada y poderosa? Todo ello te puedo conceder. Sé que son meros regalos y que la confianza se gana atreves del tiempo, pero quiero dejarte en un lugar que estés segura, en donde no necesites de mi para que pueda abordarte y volver a formularte la pregunta. Solo no haré si me pides que mate a uno de mis fieles o que mate a alguien con un espíritu más denso que el tuyo. ? Se te acerca y te acaricia el pelo.- Pequeña mía, has sufrido mucho y yo haré que olvides todo ese dolor, todo ese sufrimiento y te entregues a mí, a la muerte, si eso es lo que tú deseas.

¿Le preguntas algo?, ¿le pides algo?

[Helen]

Todo lo que le ofrecia era como un dulce sueño. Deseaba tanto la venganza. Sentía tanto odio por sus padres que danzaban imágenes donde ella rasgaba con sus propias manos las vísceras de sus progenitores. Quería también un arma mágica tal cual la había descrito ella, e idénticamente deseaba volver a su planeta donde el sol no la deslumbrara constantemente. Pero, no dijo nada durante ese tiempo. Pensaba que esa mujer había lanzado algún tipo de hechizo el cual le había revelado sus más profundos deseos. La magia era el enemigo eterno de cualquier guerrero. Y contra el solo se podía luchar con más magia o con acero mágico. La bruja presumía de ser la propia Muerte. Esa era una presunción que la dejo confusa durante un instante. Y a medida que pasaba el tiempo, la duda era mayor. Finalmente hablo...
- Son muchos los charlatanes que presumen ser el fin de la humanidad, de tener el poder para destruir ciudades y planos. Pero ninguno de ellos ha dado muestras de ello. Ahora tú presumes de ser la misma Muerte, sin embargo eres incapaz de matar a uno de tus fieles o a alguien con un espíritu más fuerte que el mio. Ofreces cosas temporales, ¿qué me asegura a mi que lo que me des no me lo quitaras luego?. ¿Qué me asegura a mi, que la muerte de quien odio no sean solo un sueño inducido con tu magia?. Ofreces humo mujer... y lo peor de todo es que a cambio me pides mi alma. Quieres mi confianza y sin embargo quieres esclavizarme. ¿Quieres que te sirva?. Puedo hacerlo, pero lo haré libremente. Dime qué das y qué tengo que hacer. Luego pienso si acepto o si prefiero pudrirme en una celda.

[Tyr]

Vuelve a suspirar. Te mira y apareces lejos de allí, completamente armada, con un arma magnifica y con la cabeza de tu padre y tu madre a tus pies.
- No puedo, o más bien, no quiero matar a nadie por tu deseo que pese su alma más que ti, es una simple regla. No mato a ninguno de mis seguidores, pero si ellos mueren yo personalmente voy a buscarlos. Estos son mis regalos y no te pediré nada, eres libre en este planeta. En tu mochila hay oro, aquí es muy valorado. Ves este valle, sigue hacia el mar y encontraras un camino, tanto elijas como elijas en la dirección del camino llegaras a un lugar que te será propicio. Estas cabezas son las de tus padres, no del hombre que te engendro, sino de aquel que te odio y aquella que te utilizo como escalón para subir a la escalera del poder. Ahora eres libre, este medallón ya no te será una correa, pero su magia seguirá. Solo deberás penar en mí, en la muerte, en llamarme y vendré, pero llámame solo cuando estés dispuesta a servir fielmente. Recuerda, la muerte protege y recompensa a los tuyos. Saborea la libertad, recorre todos los caminos que desees, y cuando quieras servir servirás, y cuando quieras ser libre, serás libre, cuando quieras volver, volverás. Pero si juras, a tu juramento serás atada más allá de la vida. Te lo advierto a todo, para que no se diga que la muerte es artera, que engaña. Soy el principio, soy el fin, soy la verdad, soy lo que es y no lo que aparenta. Ahora pequeña se libre.

Te ves aturdida por tantas cosas dichas y por tantas cosas dadas. Compruebas si aquellas cabezas son reales, sangran, aún están calientes, son reales. Pruebas tu arma, aquella no puedes comprobar su magia si no la pruebas en batalla pero de todas formas golpeas el suelo????. y allí donde golpea se cubre por una redecilla de escarchas.

Caminas bien hacia el mar, y allí ves un camino hacia la izquierda y otro hacia la derecha, sacas algo de comer, sacas tu comida favorita y piensas.
- No me dijo donde estoy, tampoco lo pregunte. ¿Sera esto verdad?, ¿Será esto magia? ¿Sera esto un engaño????


Bien, tienes libertad de ir donde quieras y encontrar donde vayas justo aquello que pensabas que habría. Hazme ver tu talento de directora. Por cierto, mándame una actualización de tu hoja de personaje, en lo inmediato la necesitare.

[Helen]

La mujer escupió a un lado sin dedicarle un segundo pensamiento a la que decía llamarse la Muerte. Su medallón era la única prueba que tenia de que no había sido un sueño. había una presencia que la exasperaba, era el sol. Lo maldijo continuamente alterando el flujo de imprecaciones e incluyéndose en las maldiciones. Pensó que tenia que ir a un lugar alto. Desde allí vería alguna casa o algún rastro de civilización al que encaminar sus pasos. Necesitaba un lugar donde guarecerse del sol y su agobiante luz.

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Offtopic...
Mi pj se llama a partir de ahora Xunwae Tormtor

[Tyr]

Caminaste rápidamente bajo el sol asta una granja. Allí veías animales increíbles siendo pastoreados por humanos. Al verte te saludaron como si te conocieran. Corriste hacia la casa principal y te metiste dentro. El sol allí te resguardaba.
- ¿Qué emoción? ¿Qué emoción?.- Decía una muy alta y gorda mujer.
Esta mujer se te acercaba como para comprobar que realmente existías allí. Tu sacaste la espada para refrenar el abrazo que se te venia.
Carraspeo.
Se disculpo.
- Perdón señora, pero no sabia que nos honraría con su visita.
- Señora, yo no soy ninguna señora.
La mujer aplaudió quedamente.
- Humilde, encima humilde. Mire, para que no vea que descuidamos el altar.
La mujer señalo al costado de el altar y viste una estatua de uno de tu raza pero con seis brazos, con un pie levantado y con algún chisme en cada brazo.
Unos niños se asomaron por la puerta y te miraban. No desaprovecharías la oportunidad.
- Comida, bebida y rápido.
Hubo un gran alboroto por todas partes, te tendieron una mesa, comenzaron a cocinar y te dieron un vino extraño, no era de chinllas como la de tu mundo, era de otra cosa y mucho mas delicioso.
Pensar fríamente, eso era lo que debías de hacer

[Helen]

Despues de atender las necesidades que consideraba básicas, miro a su alrededor. entrecerró los ojos aferrando con fuerza el medallón como si ello le confiriese algún tipo de visión especial. Nada parecía ser una ilusión. La estatua la conocía, o al menos la forma le resultaba familiar. Era un bendecido con extremidades extra de araña. Gente difícil de matar y letal de por sí. Esperaba que solo hubiese una estatua y nadie más de su mundo.
- Dime mujer - dijo con tono amable - ¿Cómo se llama este lugar?. Tengo una misión divina que cumplir y esta villa ha sido bendecida para que sea mi punto de partida. ¿Hay alguien que se conozca bien los alrededores?. Me gustaría que me explicase qué son esas montañas que he visto. También quiero un pellejo lleno de este vino sagrado, una hogaza de pan, y carne desecada. Dejadlo en el altar para que quede bendecido cuando tenga que partir. Por último, ¿hay en esta villa alquimistas, armeros o herreros?.
Miro el altar más de cerca, girando su cabeza a derecha e izquierda y aun con los ojos entrecerrados. Recorrió su superficie y su base con la mirada en busca de inscripciones, un nombre al menos. Se dio cuenta que apoyada sobre sus rodillas y manos como estaba, había descuidado la alerta y era vulnerable. Pero el único peligro aparente de la mujer era que hablaba demasiado. Quizás podría sonsacarle información útil. Miro las sombras por si escondían miradas furtivas que no fueran de niños curiosos. Observo a los niños y extendiendo la palma de su mano como si fuera a recibir algo, pero simplemente la flexiono en un gesto para invitarles a que se acercasen hasta ella.
- ¿Cómo os llamáis?. - Les pregunto sin interés real, tan solo quería obtener confianza de los mocosos.
- ¿Hay más gente como yo, o hay monstruos por aquí?. ¿Habéis visto a otros guerreros antes?.

[Tyr]

Mientras preparaba todo ella decía
- Este lugar se llama Tarí Tinúviel y mi hija es la que mejor conoce esta zona, como sabes en un hombre no se puede confiar mucho para estas cosas (esto ultimo lo dice en voz baja y con una sonrisa)

- Mi nombre es Anië (le resto eran niños y no les prestaste atención)

- ¿Y viste antes otros guerreros?

- No porque ella nos protege.- Dice señalando la estatua.

- Segura, nadie usa espadas.

- Espadas si, las usan ellos (señalan a los niños) porque son brutos para jugar y hacer ejercicios, nosotras (dice como confidente) estamos para mas. (y con un gesto hace aparecer una planta olorosa (una flor))

- Yo uso espada. ¿Me consideras tonta?
El rostro de la niña se mostro asustada.
- No señora, pero tu no la utilizas como ellos, seguro tu tienes gracia al hacerlo.
- Anië, niños, no la molesten.- y con un gesto los espanta.- Perdone señora, ya deje todo en el altar.

- Si preguntas por alquimista, mi hijo es alquimista y vive en una cueva que el mismo construyo atrás de la granja y si sigues el camino del oeste llegaras a un poblado donde hay un muy buen herrero.

Piensas, los nombres que te dio. Esta zona tenia un nombre de tu pueblo y se llamaba ?Reina Araña? y la niña se llamaba ?Odio?

- Mujer sabes el significado del nombre de este lugar y de la niña.
- No, son de una lengua antigua, no sabemos el significado.
- Hay alguien que hable el habla antigua todavía.- Dice mientras prendía saumerios muy conocidos como ofrendas a la estatuilla.
- Si los sacerdotes de la ciudad de Lolïndir Tinwèle (Diablo devorador) allí también esta el mejor herrero de toda Tarí Tinúviel.
- ¿Nunca vieron antes a alguien como yo?
La mujer dejo de limpiar y se sento con ella.
- No señora, si sacamos las estatuas, los tapices y los dibujos, jamás vivos a ninguno.
- ¿Cuál es el animal mas sagrado?
- La cabra.
¿La cabra? Que tipo de respuesta es esa, seguiría preguntado.
- ¿Qué animal no hay que matar nunca?
La mujer quedo pensativa y respondió
- Animal la araña señora. ¿Le gusta el ternero?
- ¿El que?
- El ternero, lo que esta comiendo.
- No se que es ?el ternero?.
- Son los animales que viste al entrar. (dijo con una cara de extraña)
Miraste la comida y te dio algo de asco. ¡Esos bichos se comían! Dios, que salvajes. Seguiste comiendo pensando. Al menos saben bien.

[Helen]

Xunwae se levanto. Aquellas eran gentes ingenuas e ignorantes en apariencia, buena gente. Una raza en extinción. Se encamino hacia donde le dijo estaba el alquimista. Se presento y dijo que venia de parte de la mujer. Luego observo tarros y hierbas que pudiera tener a la vista. Luego, tanto para comprobar lo que sabia como lo que no sabia, le pregunto.
- Dime, ¿es esto todo lo qué tienes?. Quiero hierbas que curen enfermedades, que curen cortes, magulladuras o que curen la mente de sortilegios malignos como el miedo o la estupefacciones. ¿Las tienes?. También me gustarían hierbas para dormir.

[Tyr]

Llegas a esa cueva oscura echa de nada más que tierra apisonada. Te preguntas como puede semejante cosa existir, la tocas y te cuesta sacar un terrón, había mucho arte en aquel lugar. Viste nuevamente antes de entrar en la cámara principal que la puerta estaba asediada por dos estatuas de aquella ?diosa? iluminadas por las mismas sutiles luces de tu mundo. Las miras más cerca, estaban construida con una piedra desconocida en tu mundo pero el ligero movimiento que hicieron al acercarse denotaron que no eran simples moles sin vida. La puerta no tenía cerradura, solo un pasador para que pudieras empujarla, y es lógico, para alguien con semejantes guardianes. El entrar te enceguece la luz del sol, luz que aquel humano apaga inmediatamente solo dejando un cielo ligeramente estrellado. Aquel lugar parecía el aire libre y el humano estaba vestido con una larga túnica negra de tela gruesa y con una máscara que retrataba a un gato de brillantes ojos. Este era muy alto, tú eras algo más de un tercio de su altura, este te vio, se persigno y hablo en tu lengua.
- Mi señora es un honor el que vengas.- Con un pase sobre la máscara saca sus ojos brillantes de gato.

- Dime, ¿es esto todo lo qué tienes? Quiero hierbas que curen enfermedades, que curen cortes, magulladuras o que curen la mente de sortilegios malignos como el miedo o las estupefacciones. ¿Las tienes? También me gustarían hierbas para dormir

Aquel hizo un gesto de desagrado.
- Quieres aun mercachifle de hierbas o a un alquimista. Yo tengo pociones no hierbas curalotodo.- Suspiro sabiendo de su irreverencia.- Mi señora, tengo pociones que curan el cuerpo, otras que curan la mente y las debilidades de esta, pero, la pregunta es ¿Qué gano yo con todo ello?
Tu le muestras el oro y el asienta.
El resto fue simplemente trato y contrato en lenguaje silencioso sobre el precio de tal o cual posición, lo que resulto es lo siguiente

5 Pociones curativas 2d6+4pg (200mo C/U)
Gema de valor (+4 vs ataques mentales) Valor 2500mo
5 pociones de sueño (gas o bebibles) 100mo C/U

Y después??????????????.

El resto lo haces tú, la actitud de aquel es de miedo y respeto pero su rostro enmascarado cubren las emociones. Habla tu lengua pero con mala acentuación pero con la utilización de palabras en desuso, antiguas.