Capítulo II: Tambores de Guerra

una batalla entre clanes por la lucha del trono de Rokugan
Director: Isildur
Jugadores: Eisai, Serafin, Shukei, Sorrento, Shiba Mugen
Plazas Vacantes: 1, Periocidad de los turnos: 2 a la semana.

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Shiba Mugen
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Re: Capítulo II: Tambores de Guerra

Mensaje por Shiba Mugen »

"Toshi Ranbo debe ser preservada de cualquier amenaza. Es uno de los pocos legados que nos quedan del Linaje de los Toturi, un linaje intrisecamente con el Fenix. Tanto por el Fenix como por el Imperio, debo asegurarme que la misma no corre peligro alguno. Mientras un Shiba se mantenga en pie defendiendo sus murallas, Toshi Ranbo no caerá.", su tono energico y seguro.

Y luego su faz seria, sonrio gentilmente. Habia algo en aquella mujer que llamaba tremendamente su atencion.

Mugen alzo la taza y probo un sorbo de este.

"El te es exquisito, Hitomi-san.", apoyando la taza sobre la mesa.

"No os preocupeis por vuestro hermano y yo. Al parecer, ambos somos guerreros demasiados orgullosos para entender que aquel que nos ofrece ayuda no nos esta insultando. Guerreros demasiado orgullosos, neh?"

¿Acaso asi no eran todos los Matsu? La sorpresa recaia que el Shiba lo fuese tambien.

"Quisiera poder quedarme mas tiempo aqui, pero mis responsabilidades son demasiadas. Quizas en otra oportunidad.", sonrio con cierta alegria en sus labios.

Se alzo del cojin y realizo una profunda reverencia.

"Partiremos una vez hayais terminado con el papeleo necesario. Os agracedere que hagais correr la voz por vuestras tierras tambien y asi evitar retrasos innecesarios.", Mugen espero el permiso para partir y se despidio.

"Ha sido un honor y un placer, Matsu Hitomi-san. Ojala nos crucemos en el campo de batalla como aliados."

Se pregunto si se habia pasado de la raya con ese comentario.



*****************************************************


Luego de despedirse, Mugen se aseguro que el Leon otorgase monturas a los Dragon, hacia donde partia era demasiado peligroso para llevarlos consigo. No hacia falta decirles mucho, habian sido testigos de todo lo sucedido y su meta era asegurarse que no hubiera guerra entre el Fenix y Leon, y esta jamas ocurriria. Ahora tenia cosas mas serias de las cuales preocuparse.

"Nuestro viaje aun no ha terminado, Aikune-san. Llevadnos con Shiba Naoya.", su faz alegre y cordial, se habia puesto demasiado seria.

Una vez alli, Aikune se enteraria el porque de aquel subito viaje.
Isildur
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Re: Capítulo II: Tambores de Guerra

Mensaje por Isildur »

Kosaten Shiro, tierras Grulla
Doji Yukiko había mandado a sus hombres ir en busca de shugenja dentro de la fortaleza. Tardaron poco en regresar con uno de los pocos Asahina que había en el interior.
El shugenja se acercó al cuerpo de Kaneka con una extraña timidez al pasar al lado del niño.
Tras examinar su cuerpo, se giró como avergonzado hacia Doji Yukiko:
Es... está vivo. Su estado es estable, sólo que todabía tardará unas horas en recuperar la consciencia dijo para sorpresa de todos. ¿Cómo era posible que un niño de esa edad hubiera conseguido conjurar un hechizo de tal poder curativo y además sin leer un sólo pergamino y tan sólo con un ligero brillo de sus ojos?
Shiba Danjuro miró la espada como avatido. Se acercó a ella, y la tomó con un paño, embolvíendola con cautela:
Vos... dijo mirando al encapuchado ¿sabéis como destruir este arma impía? preguntó.

El encapuchado asintió con la cabeza, mirando también a Yukiko quién exigía conocer su identidad:
Para destruir esa espada debéis usar jade puro para quitar su magia Corrupta. Luego podréis destruirla como una katana mundana.
Enseguida os revelaré mi identidad y la de mi acompañante.
Antes debo pediros a todos los presentes que sin más tardar reunáis vuestros ejércitos y partáis hacia Toshi Ranbo. Sé que es exigiros mucho, más el futuro del Imperio pende de un hilo.
...


Off-Rol: El resto de la conversación es confidencial, ya sé que he revalado muchas cosas pero eso quitaría bastante emoción a los que todavía no lo sabéis.
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Re: Capítulo II: Tambores de Guerra

Mensaje por Sorrento »

VALE ya me entero...

DOJI YUKIKO

La Grulla defenderá al Imperio, con su vida si hace falta.

Shiba Danjuro-san, ahora debo retirar mis ejercitos. Con vuestro permiso o no, tengo una misión para con el Imperio. Podeis atacarme ahora o marchar a nuestro lado ¿Que decidis?

Me reuno de nuevo con mis soldados y con el shugenja Asahina que he hecho llamar Asahina-san, ruego por que os ocupeis personalmente de Kaneka-sama hasta que se recupere, dos hombres te acompañaran. con ello señalo a dos de mis soldados Daidoji, que rápidamente se unen al sacerdote Marcharemos a Toshi Ranbo en dos días. Tiempo suficiente para reunir a gran parte de nuestras tropas y poder prestar batalla como hicimos antaño
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Isildur
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Re: Capítulo II: Tambores de Guerra

Mensaje por Isildur »

Shiro Matsu, tierras León
El daimyo Fénix completó su frase, y Hitomi esbozó una sonrisa:
Bien, no habrá pues ninguna traba por parte del León. Sé que mi hermano actuaría como yo, puesto que para él la seguridad de Toshi Ranbo es tan o más importante que la seguridad de nuestras tierras. y tras ello empezó a redactar un documento mientras escuchaba el resto de palabras de Mugen.
No os procupéis por Iwashi-sama. Si todo va bien, tras derrotar a Kisada le quedarán pocas ganas de entablar más batalla. Me gustaría poder hacer algo para que vos y él os comprendiérais mejor.
Aquí tenéis el permiso. De todas formas informaré a las patrullas del norte que vuestros hombres van a pasar por nuestras tierras.
¿Os marcháis ya? Pensé que podría disfrutar por más tiempo de vuestra compañía. En todo caso, espero veros pronto.
dijo con un tono algo más suave que el habitual.

Aikune y los Dragón saludaron y el mayor de los Kitsuki añadió:
Gracias en nombre del clan Dragón por vuestro tiempo, y por vuestra decisión. Es una gran notícia saber que existen defensores de la paz como vos. dijo a modo de despedida.

Al salir de Shiro Matsu, los Dragón emprendieron camino de vuelta a sus tierras, con una despedida tan sencilla y formal como su presentación.

Frontera Fénix-León
Shiba Mugen y Shiba Aikune no tardaron en llegar a la localización de Shiba Naoya, pues viajar con la magia de el Último Deseo de Isawa facilitaba mucho las cosas.
El ejército que dirigía el hermano de Mirabu estaba acampado en una zona relativamente boscosa. Se habían asentado allí, pues su situación de no saber si podían avanzar o no, les había hecho quedarse en tierra de nadie por varios días.
Los samurai se quedaron tremendamente sorprendidos al ver aparecer a su Campeón acompañado por el hijo de Tsukune.
Todos se inclinaron como debían hacer ante su Señor, y uno de ellos fue corriendo en busca de Naoya.
El Shiba llegó, no llevaba la parte de arriba de su kimono, con lo cuál se podía ver su cuerpo atlético cubierto por el sudor del entrenamiento. Uno de los soldados le acercó una chaqueta que se puso sin muchas cremonias:
¡Mugen-sama! No esperaba veros por aquí. ¿A qué debo vuestra visita? dijo, mientras los hombres estaban a la espectativa de órdenes posibles.
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Shiba Mugen
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Re: Capítulo II: Tambores de Guerra

Mensaje por Shiba Mugen »

Aun no terminaba de acostumbrarse a viajar gracias al poder del Ultimo Deseo de Isawa.

Al parecer estaban ocultos por un bosque o algo semejante. Habia elegido bien a Naoya para esta mision.

"Vuestras palabras me trajeron aqui, Naoya-san.", dijo Mugen con una leve sonrisa lobezna en su rostro.

Con un gesto de su mano permitio que Naoya se vistiese como era debido y al mismo tiempo rechazo a los subditos que se acercaban a atenderlo.

Mandor llamar a los shugenjas que habian facilitado su comunicacion con su comandante y les agradecio por su tarea, para luego darles una orden mas. Que aseguraran la zona y asi nadie pudiese ver u oir lo que Mugen tenia que decir para sus comandantes.

Una vez todo estuviera, Mugen comenzo.

"Naoya-san me ha informado sobre la posibilidad de que un ejercito oculto haya cruzado hace poco estas tierras.", dijo Mugen mirando a Aikune, explicando asi lo subito de su viaje.

Mugen entrego un pergamino enrollado a Naoya.

"El Leon nos ha permitido atravesar sus tierras en pos de partir a proteger a Toshi Ranbo. El Shogun ya no requiere de los hombres del Fenix.", ahora mirando a ambos de sus comandantes.

Sentia la satisfaccion de saber que todo habia salido como lo habia planeado, a pesar de que uno de sus propios consejeros le habia dicho que tal maniobra debilitaria al Fenix. Sin embargo, no hacia falta refregarselo en la cara, porque sus motivos, eran solo para el bienestar del Fenix y que tuviera la razon, solo incrementaria la confianza de sus hombres en el.

"Necesito saber a cuanto tiempo estamos de Toshi Ranbo y la ubicacion de donde provino el sonido que identificasteis como la amenaza, y a la vez, de la estimada proyeccion de donde se encontrarian ahora, Naoya-san.", despidiendo con un gesto de su mano al comandante.

Una vez quedaron solos Mugen y Aikune prosigio.

"Decidle al Ultimo Deseo de Isawa que estoy sumamente agradecido por llevarnos a tierras Matsu y por traernos hasta aqui. Decidle que el Fenix necesita nuevamente de sus habilidades, puesto parece ser que existe una amenaza oculta a los ojos del hombre y que necesitamos encontrarla, puesto atenta contra la capital del Imperio, capital que el Fenix dio su palabra de proteger. Necesito que tu y el Deseo averigueis todo lo posible sobre este ejercito oculto, Aikune-san. La informacion que Naoya-san nos brinde seguro os servira para achicar la busqueda. Cuento con ambos.", dijo Mugen mirando al hijo de Tsukune a los ojos y luego a la espada que yacia en su obi.

Una vez Mugen se quedo solo, mando a descansar a los shugenjas y llamo a varios yoyimbos para que le hiciesen de guardia. Adopto la pose del Loto y calmo su mente.

No queria que nada mundano lo distraje. Su mente estaba preparada para actuar una vez que Shiba Ningen se comunicase con el trayendo las noticias que marcarian el rumbo de su ejercito.
Última edición por Shiba Mugen el 29 Oct 2007, 00:52, editado 1 vez en total.
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