Louis Decklan
El sanitario cayó abatido sobre el banco de la sala de espera. Había sido una noche dura. Demasiado dura, quizás. Y aquello acababa de empezar. Aquella madrugada, su sueño había sido interrumpido por un fuerte portazo, y la voz de alguien que no lograba recordar gritando: ?Arriba todos, rápido. Presentaros ahora mismo en la Unidad.? Mientras se levantaba desganado, varios sanitarios con los que compartía sala de descanso hicieron lo propio, y empezaron a vestirse con rapidez. Apenas diez minutos después, se encontraba en el quirófano, como ayudante del cirujano jefe Becket. Mientras este intentaba aliviar la presión craneal del paciente, fue explicando sin demasiados detalles lo ocurrido. Al parecer, había habido un accidente en uno de los laboratorios de una estación de investigación cercana a una de las lunas de Dofisto, y había gran cantidad de heridos. La Torre en la que estaban destacados era una de las dos más cercanas, por lo que los heridos habían sido distribuidos entre ambas. Según había dicho Becket, la lista preeliminar de victimas mortales era de más de una veintena, y la de heridos de gravedad la triplicaba. Sería una noche, y un día, y por lo menos otra noche, muy largos. El personal médico de aquellas estaciones era limitado, ya que normalmente solo se ocupaban de heridos rutinarios, nunca tenían que hacer frente a crisis de aquel tipo. Y así fue, después de asistir en dos operaciones, y realizar varias curas de diversa consideración, pudo sentarse un rato, a la espera de que quedara algún quirófano libre. Aprovechó también para tomar un café. Minutos después de haberse aposentado, apareció Charles. Era otro sanitario, que había sido asignado a aquella Torre en la misma tanda que el.
- Vaya noche? es una suerte que cosas de estas no pasen a menudo, para todos. Llevo tres operaciones? si no me dejan descansar un rato, me quedaré dormido en la próxima. ¿Qué tal tu?.- preguntó, animado, a pesar del cansancio.
Habría respondido, pero algo se lo impidió. Un leve susurro al final, que no lograba identificar, y un gran estruendo después. El impulso lanzó a ambos al suelo, por encima del respaldo de los asientos de la sala. Cayeron con un fuerte golpe contra el suelo, o más bien contra la pared. Tardó unos segundos en situarse, más o menos el mismo tiempo que la Torre tardó en equilibrar automáticamente los sistemas de propulsión, que debían de mantenerlos en órbita sobre la luna. Había mucho humo, fuego, gente gritando, y un zumbido que seguía resonando en sus cabezas. Pasó un periodo indeterminado de tiempo, y escuchó pasos. Poco después, voces. Seguía aturdido, pero empezaba a recobrarse, y pudo avanzar unos pasos. Buscó a Charles a su alrededor, para encontrarlo tirado en el suelo, con un charco de sangre bajo su cabeza. Los pasos se acercaron más. Se empezaron a oír disparos. Aquello no podía ser, el golpe debía de haberle alterado los sentidos. Unos segundos después, que quedó lugar a dudas. Vio aparecer por el pasillo a varios hombres, vestidos con una especie de trajes espaciales de color negro, armados con fusiles de asalto. Dispararon hacia el interior de una sala de quirófanos, y los gritos que procedían de esta, cesaron. Algunos de aquellos soldados entraron, otros giraron su dirección. No debían de tenerlo a tiro, pero tardaría poco. Moverse de allí, como pudiera, sería una buena decisión. La sala de espera se encontraba en el centro de un largo pasillo. Por la parte de este que se extendía a su izquierda, es por donde venían los soldados. Por la derecha, se iba a la sección de la nave restringida al personal militar. A parte, en aquel mismo corredor, había varios quirófanos, salas para atender heridos de poca gravedad, y un almacén con instrumental médico variado.
Prólogo - Huida [Louis]
Moderador: Ragna
Prólogo - Huida [Louis]
Última edición por Ragna el 16 Sep 2007, 04:04, editado 1 vez en total.
Re: Capitulo I - Huida [Louis]
Louis Decklan
- Vaya noche? es una suerte que cosas de estas no pasen a menudo, para todos. Llevo tres operaciones? si no me dejan descansar un rato, me quedaré dormido en la próxima. ¿Qué tal tu?.
Las palabras sonaron tan endebles en los oídos del sanitario como suspiros llevados en la infinidad del inmenso y oscuro espacio, la respuesta empezó a fraguarse en su cansada cabeza (realmente, sin mantener ningún interés en iniciar una conversación) aun amparando el eco de la pregunta mientras notada el dolor que suponía sujetar esa taza de negro café después de la ultima sutura... cuando ya casi las palabras escapaban de sus labios algo le negó esa respuesta, un nuevo suspiro, apenas audible y después una tormenta...
Los oídos de Loui se llenaron de pitidos y tan pronto como se levanto del duro suelo (o tal vez una aun mas dura pared) donde había acabado su cuerpo sus manos fueron a acallar esos chirridos agudos, por unos segundos pensó que se había quedado completamente sordo pero tan pronto como el equilibrio de la Torre se volvió a estabilizar comenzó a escuchar nuevos sonidos, esta vez pasos, seguidos de gritos y aullidos lo que le llevo a pensar que esos primeros arañazos de pizarra no eran tan malos a pesar de todo. Sus ojos buscaron a Charles, el rostro de su colega se bañaba en ese rojo icor a que tan acostumbrado estaba el joven de cabello rubio pero que tampoco gustaba recordar de donde procedía, por la cantidad que ahora decoraba macabramente el suelo estaba claro que solo podía significa que su compañero ahora debía estar en un lugar mejor, aun así los dedos de Loui buscaron sin esperanza algún signo de vida en el cuello del cadáver pero no tuvieron la mas mínima respuesta como el se temía.
- Disparos- Pensó la torturada mente del sanitario como un resorte cuando oyó las primeras explosiones.
No tardaron en aparecer los causantes de esos sonidos de proyectiles, a pesar del golpe que había aturdido sus sentidos vio claramente a unos hombres vestidos con un pesado traje negro y sin ningún tipo de distinción entrar al quirófano de enfrente suyo y acabar con los chillidos de los que se encontraban dentro (algunos condenados mas que no tardaran en acompañar a Charles) y mientras sus ojos iban una vez mas al suelo, donde una taza rota y un charco de oscuro café comenzaba a compartir sus experiencias con uno rojo de su colega, Loui comprendió que antes de que esos hombres pisaran la sala de descanso el ya debería estar lejos.
Avivo el paso, pero manteniendo el sigilo tomando el camino que le ofrecía el corredor de su derecha, aquel que había visto como tomaban cientos de veces los tipos uniformados, paso por delante de los quirófanos y de las salas de heridos con paso firme, susurrando para sus adentros (y de paso intentando engañarse a si mismo) que entrar y avisarles de lo ocurrido significaría su muerte y la suya propia, finalmente entro sin apenas gastar tiempo en el pequeño almacén de instrumental de aquella planta, tomando a prisa todo lo que pensó que podría ser de utilidad para atender a los futuros heridos, sus oídos (que aun silbaban por la mezcla de la explosión y el golpe) se mantenían alerta de los pasos de aquellos asesinos de negro con fusiles de asalto pudiendo darle una oportunidad en aquel siniestro juego de presa y cazador. Con prisas pero manteniendo el equipo medico aferrado a su cuerpo con fuerza (podía notar como las cajas de cartón se clavaban con malicia en sus costillas) se dirigió a la zona restringida al personal militar con pasos torpes, el no era un oficial comisionado pero la situación actual seguro que podía saltarse ese tipo de formalismos militares.
- Vaya noche? es una suerte que cosas de estas no pasen a menudo, para todos. Llevo tres operaciones? si no me dejan descansar un rato, me quedaré dormido en la próxima. ¿Qué tal tu?.
Las palabras sonaron tan endebles en los oídos del sanitario como suspiros llevados en la infinidad del inmenso y oscuro espacio, la respuesta empezó a fraguarse en su cansada cabeza (realmente, sin mantener ningún interés en iniciar una conversación) aun amparando el eco de la pregunta mientras notada el dolor que suponía sujetar esa taza de negro café después de la ultima sutura... cuando ya casi las palabras escapaban de sus labios algo le negó esa respuesta, un nuevo suspiro, apenas audible y después una tormenta...
Los oídos de Loui se llenaron de pitidos y tan pronto como se levanto del duro suelo (o tal vez una aun mas dura pared) donde había acabado su cuerpo sus manos fueron a acallar esos chirridos agudos, por unos segundos pensó que se había quedado completamente sordo pero tan pronto como el equilibrio de la Torre se volvió a estabilizar comenzó a escuchar nuevos sonidos, esta vez pasos, seguidos de gritos y aullidos lo que le llevo a pensar que esos primeros arañazos de pizarra no eran tan malos a pesar de todo. Sus ojos buscaron a Charles, el rostro de su colega se bañaba en ese rojo icor a que tan acostumbrado estaba el joven de cabello rubio pero que tampoco gustaba recordar de donde procedía, por la cantidad que ahora decoraba macabramente el suelo estaba claro que solo podía significa que su compañero ahora debía estar en un lugar mejor, aun así los dedos de Loui buscaron sin esperanza algún signo de vida en el cuello del cadáver pero no tuvieron la mas mínima respuesta como el se temía.
- Disparos- Pensó la torturada mente del sanitario como un resorte cuando oyó las primeras explosiones.
No tardaron en aparecer los causantes de esos sonidos de proyectiles, a pesar del golpe que había aturdido sus sentidos vio claramente a unos hombres vestidos con un pesado traje negro y sin ningún tipo de distinción entrar al quirófano de enfrente suyo y acabar con los chillidos de los que se encontraban dentro (algunos condenados mas que no tardaran en acompañar a Charles) y mientras sus ojos iban una vez mas al suelo, donde una taza rota y un charco de oscuro café comenzaba a compartir sus experiencias con uno rojo de su colega, Loui comprendió que antes de que esos hombres pisaran la sala de descanso el ya debería estar lejos.
Avivo el paso, pero manteniendo el sigilo tomando el camino que le ofrecía el corredor de su derecha, aquel que había visto como tomaban cientos de veces los tipos uniformados, paso por delante de los quirófanos y de las salas de heridos con paso firme, susurrando para sus adentros (y de paso intentando engañarse a si mismo) que entrar y avisarles de lo ocurrido significaría su muerte y la suya propia, finalmente entro sin apenas gastar tiempo en el pequeño almacén de instrumental de aquella planta, tomando a prisa todo lo que pensó que podría ser de utilidad para atender a los futuros heridos, sus oídos (que aun silbaban por la mezcla de la explosión y el golpe) se mantenían alerta de los pasos de aquellos asesinos de negro con fusiles de asalto pudiendo darle una oportunidad en aquel siniestro juego de presa y cazador. Con prisas pero manteniendo el equipo medico aferrado a su cuerpo con fuerza (podía notar como las cajas de cartón se clavaban con malicia en sus costillas) se dirigió a la zona restringida al personal militar con pasos torpes, el no era un oficial comisionado pero la situación actual seguro que podía saltarse ese tipo de formalismos militares.
Re: Capitulo I - Huida [Louis]
Louis Decklan
Rellenó una mochila con todo tipo de instrumental y medicamentos que pudieran ser de utilidad, sin ser realmente consciente de que era lo que estaba cogiendo. Al fin y al cabo, en una situación así, casi todo acababa siendo imprescindible. Hecho aquello, salió de forma apresurada, sin cerrar la puerta detrás suyo. Vio con pánico como aquellos individuos ya habían sobrepasado el área de descanso. La mayoría no estaban. Supuso que habrían entrado a las diversas salas que había por el camino, a juzgar por el sonido de los disparos. Sin embargo, no habría podido decir con absoluta seguridad si los que quedaban en el corredor le habían visto o no, salir del almacén, y recorrer a toda prisa lo que quedaba de pasillo. A decir verdad, tampoco se detuvo a comprobarlo. Cruzó la puerta de acceso al sector militar, y al no encontrar obstáculo ni bifurcaciones en el camino, continuó su marcha forzada por un interminable pasillo que no sabía donde iba a acabar. Cuando empezaba a limitar la pregunta a si el pasillo tendría fin, éste desembocó en una especie de hangar gigante. A parte de por el que había llegado, había ahora otros tres corredores mas, uno a cada lado del silo rectangular. Estos eran mucho mas grandes. Probablemente pudieran pasar por allí camiones con provisiones, munición o repuestos.
Empezó a caminar hacia el centro, cuando escuchó un ruido extraño a su derecha, a escaso medio metro. Miró rápidamente hacia allí, para encontrar un profundo agujero de algo mas de dos centímetros de diámetro, del que salió humo durante un instante. Un disparo de bala, obviamente. Antes de que tuviera tiempo a reaccionar, escuchó, a través de algún tipo de sistema amplificador:
- ¡Alto ahí! Nombre y código de identificación.- una pausa de unos segundos.- Tiene 5 segundos. Después abriremos fuego.
No estaba seguro de recordar su propio nombre en aquel instante, pero de algo estaba seguro: en ningún momento se les asignó a ninguno de los enfermeros u código de identificación. Solo estaban allí destacados temporalmente, sin ningún tipo de cargo o forma de identificarlo. Eran simplemente, los enfermeros.
Rellenó una mochila con todo tipo de instrumental y medicamentos que pudieran ser de utilidad, sin ser realmente consciente de que era lo que estaba cogiendo. Al fin y al cabo, en una situación así, casi todo acababa siendo imprescindible. Hecho aquello, salió de forma apresurada, sin cerrar la puerta detrás suyo. Vio con pánico como aquellos individuos ya habían sobrepasado el área de descanso. La mayoría no estaban. Supuso que habrían entrado a las diversas salas que había por el camino, a juzgar por el sonido de los disparos. Sin embargo, no habría podido decir con absoluta seguridad si los que quedaban en el corredor le habían visto o no, salir del almacén, y recorrer a toda prisa lo que quedaba de pasillo. A decir verdad, tampoco se detuvo a comprobarlo. Cruzó la puerta de acceso al sector militar, y al no encontrar obstáculo ni bifurcaciones en el camino, continuó su marcha forzada por un interminable pasillo que no sabía donde iba a acabar. Cuando empezaba a limitar la pregunta a si el pasillo tendría fin, éste desembocó en una especie de hangar gigante. A parte de por el que había llegado, había ahora otros tres corredores mas, uno a cada lado del silo rectangular. Estos eran mucho mas grandes. Probablemente pudieran pasar por allí camiones con provisiones, munición o repuestos.
Empezó a caminar hacia el centro, cuando escuchó un ruido extraño a su derecha, a escaso medio metro. Miró rápidamente hacia allí, para encontrar un profundo agujero de algo mas de dos centímetros de diámetro, del que salió humo durante un instante. Un disparo de bala, obviamente. Antes de que tuviera tiempo a reaccionar, escuchó, a través de algún tipo de sistema amplificador:
- ¡Alto ahí! Nombre y código de identificación.- una pausa de unos segundos.- Tiene 5 segundos. Después abriremos fuego.
No estaba seguro de recordar su propio nombre en aquel instante, pero de algo estaba seguro: en ningún momento se les asignó a ninguno de los enfermeros u código de identificación. Solo estaban allí destacados temporalmente, sin ningún tipo de cargo o forma de identificarlo. Eran simplemente, los enfermeros.
Re: Capitulo I - Huida [Louis]
Louis Decklan
Loui pensó que daría cualquier cosa por sentir el frió metal de la empuñadura de un arma aferrado sobre sus dedos, posiblemente, alguien como el no tendría la mas mínima oportunidad contra aquellas personas que parecían saber a la perfección que es lo que estaban haciendo, cual era su objetivo y lo mas macabro del asunto, que todo ello no parecía importarles lo mas mínimo... ¿Acaso no se daban cuenta que aquellas personas que estaban masacrando eran tan solo inocentes? ¿Sanitarios y heridos completamente desarmados? Daba por hecho que no, que ese tipo de minucias no entraban en las ideas de ese comando que había traído la muerte a la Torre y el tampoco seria la persona que se iba a quedar a hacerles cambiar de idea... Lo que daría por un arma, aunque estuviera descargada, nunca se es consciente de la seguridad que proporciona una hasta que no la necesitas...
La mochila comenzó a pesar a los diez minutos (que al joven sanitario se le antojaron mas de dos angustiosas horas) por ese pasillo interminable, en un principio había creído que podría ser una buena idea cargar con ella por si llegara a necesitarla, pero en estos momentos esos pensamientos empezaron a disiparse tan rápido como las esperanzas de que ese interminable pasillo tuviera realmente un fin, por suerte para la mochila, y su nuevo y desesperado propietario, ese fin no tardo en llegar.
Enfrente suyo el pasillo se ensancho dividiéndose a su vez en tres enormes carriles, en segundos la mente de Loui comprendió su uso, posiblemente por habrían pasado ciertos mecanizados pesados o tal vez incluso camiones de suministros y repuestos, lo que si estaba claro que esta zona pillaba tan de nuevas al sanitario que lo mismo le daba tomar un camino u otro, aunque por suerte hacia tiempo que no oía pasos a su espalda, lo cual tranquilizo a Loui y le otorgo mas calma para finalmente tomar la decisión de que seguir por el centro no cambiaria que siguiera perdido, pero tampoco debería empeorarlo.
Sus pasos no tardaron en interrumpirse por un ruido fuerte que no tardo en comprender que pertenecía a un disparo al ver el humeante agujero que había dejado la bala, su corazón por unos segundos se había parado y su cuerpo por completo se encontraba rígido, no era lo mismo trabajar en el combate, que formar parte de este, una voz autoritaria le despertó de su corto letargo.
- ¡Alto ahí! Nombre y código de identificación.- una pausa de unos segundos.- Tiene 5 segundos. Después abriremos fuego.-
- No dispare, por favor.- El Sanitario tiro su mochila al suelo a la vez que levantaba sus manos en pose indefensa y con signos de no portar ningún arma, algunos de los botes de los medicamentos rodaron caóticamente fuera de la mochila.- Soy Sanitario, hemos sido atacados y yo he venido huyendo por ese enorme pasillo desde la sala de descanso... no tengo pase, pero puede ver mis ropas y puedo mostrarle mis credenciales, no dispare, se lo repito.-
Loui pensó que daría cualquier cosa por sentir el frió metal de la empuñadura de un arma aferrado sobre sus dedos, posiblemente, alguien como el no tendría la mas mínima oportunidad contra aquellas personas que parecían saber a la perfección que es lo que estaban haciendo, cual era su objetivo y lo mas macabro del asunto, que todo ello no parecía importarles lo mas mínimo... ¿Acaso no se daban cuenta que aquellas personas que estaban masacrando eran tan solo inocentes? ¿Sanitarios y heridos completamente desarmados? Daba por hecho que no, que ese tipo de minucias no entraban en las ideas de ese comando que había traído la muerte a la Torre y el tampoco seria la persona que se iba a quedar a hacerles cambiar de idea... Lo que daría por un arma, aunque estuviera descargada, nunca se es consciente de la seguridad que proporciona una hasta que no la necesitas...
La mochila comenzó a pesar a los diez minutos (que al joven sanitario se le antojaron mas de dos angustiosas horas) por ese pasillo interminable, en un principio había creído que podría ser una buena idea cargar con ella por si llegara a necesitarla, pero en estos momentos esos pensamientos empezaron a disiparse tan rápido como las esperanzas de que ese interminable pasillo tuviera realmente un fin, por suerte para la mochila, y su nuevo y desesperado propietario, ese fin no tardo en llegar.
Enfrente suyo el pasillo se ensancho dividiéndose a su vez en tres enormes carriles, en segundos la mente de Loui comprendió su uso, posiblemente por habrían pasado ciertos mecanizados pesados o tal vez incluso camiones de suministros y repuestos, lo que si estaba claro que esta zona pillaba tan de nuevas al sanitario que lo mismo le daba tomar un camino u otro, aunque por suerte hacia tiempo que no oía pasos a su espalda, lo cual tranquilizo a Loui y le otorgo mas calma para finalmente tomar la decisión de que seguir por el centro no cambiaria que siguiera perdido, pero tampoco debería empeorarlo.
Sus pasos no tardaron en interrumpirse por un ruido fuerte que no tardo en comprender que pertenecía a un disparo al ver el humeante agujero que había dejado la bala, su corazón por unos segundos se había parado y su cuerpo por completo se encontraba rígido, no era lo mismo trabajar en el combate, que formar parte de este, una voz autoritaria le despertó de su corto letargo.
- ¡Alto ahí! Nombre y código de identificación.- una pausa de unos segundos.- Tiene 5 segundos. Después abriremos fuego.-
- No dispare, por favor.- El Sanitario tiro su mochila al suelo a la vez que levantaba sus manos en pose indefensa y con signos de no portar ningún arma, algunos de los botes de los medicamentos rodaron caóticamente fuera de la mochila.- Soy Sanitario, hemos sido atacados y yo he venido huyendo por ese enorme pasillo desde la sala de descanso... no tengo pase, pero puede ver mis ropas y puedo mostrarle mis credenciales, no dispare, se lo repito.-
Re: Capitulo I - Huida [Louis]
Louis Decklan
Tras la contestación de Louis se hizo el silencio. No sabía si estaban meditando como actuar, o si estaban preparándose para disparar. Pensándolo bien, lo segundo no les habría llevado tanto tiempo.
- No le haga caso, puede estar comprometido.- escuchó decir a alguien, allí en lo alto.
- O puede decir la verdad.- respondió otro. Nuevamente una larga pausa.- Diríjase hacia la sección norte de la Torre. Allí están las cápsulas de emergencia, por la que debe de abandonar la nave todo el personal civil. Cuando os encuentren, la Alianza tendrá tiempo para decidir si eres un espía.- contestó finalmente a Louis, aunque la última parte parecía ir dirigida mas bien hacia su compañero.- Venga, márchese. Pero deje todo el equipo aquí. No podemos arriesgarnos.
La sección norte debía de encontrarse siguiendo por el pasillo de la derecha. Al menos, tenía un ventaja, y es que iría en dirección opuesta a la de los hombres que habían atacado la nave.
Lo dejo aquí por si quieres decir o hacer algo mas. Creo haber leído que andabas de vacaciones, por lo que ya sabes, sin ninguna prisa.
Tras la contestación de Louis se hizo el silencio. No sabía si estaban meditando como actuar, o si estaban preparándose para disparar. Pensándolo bien, lo segundo no les habría llevado tanto tiempo.
- No le haga caso, puede estar comprometido.- escuchó decir a alguien, allí en lo alto.
- O puede decir la verdad.- respondió otro. Nuevamente una larga pausa.- Diríjase hacia la sección norte de la Torre. Allí están las cápsulas de emergencia, por la que debe de abandonar la nave todo el personal civil. Cuando os encuentren, la Alianza tendrá tiempo para decidir si eres un espía.- contestó finalmente a Louis, aunque la última parte parecía ir dirigida mas bien hacia su compañero.- Venga, márchese. Pero deje todo el equipo aquí. No podemos arriesgarnos.
La sección norte debía de encontrarse siguiendo por el pasillo de la derecha. Al menos, tenía un ventaja, y es que iría en dirección opuesta a la de los hombres que habían atacado la nave.
Lo dejo aquí por si quieres decir o hacer algo mas. Creo haber leído que andabas de vacaciones, por lo que ya sabes, sin ninguna prisa.