[Capitulo 1.1.2] La Archivista

¿Preparados para conquistar Azathyr y convertiros en los señores supremos de esta vasta región de las Tierras Oscuras?

Director: Iridal
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Periodicidad de los turnos: variable

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Iridal
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[Capitulo 1.1.2] La Archivista

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27 Neth 2010.

Viene de Apertura, tras vuestra segunda reunión conjunta.

Escena privada para Molvayas (si alguien más quiere unirse, que lo consulte con art).
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Iridal
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Re: [Capitulo 1.1.1] La Archivista

Mensaje por Iridal »

La Cripta de los Secretos no era para uso público. Solo muy pocos tenían acceso a ella, y normalmente a través de la archivista en jefe. Incluso la ilharess tenía que pedirle a Nhilriia acceso a la Cripta.

Molvayas, como archivista, había trabajado allí ocasionalmente, siempre a las órdenes de Nhilriia. Así que las defensas del lugar tenían una excepción para él, al menos para la zona de la entrada. Molvayas nunca había visto los almacenes en sí mismos.

Encontró a Nhilriia en una de las bibliotecas más inofensivas, para lo que era la Cripta de los Secretos. Como siempre que la veía, se maravilló de su aspecto decrépito. Vale que era muy anciana, pero los drows no envejecían como las razas efímeras. Aunque había escuchado algunos rumores que decían que aquel aspecto era el pago que la drow había pagado por extraños poderes y sus misteriosas investigaciones.

-Ah, Molvayas. ¿Qué te trae por aquí? Esperaba que hoy trabajaras con el alur faern -dijo la anciana al verle.
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

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Molvayas

- Señora Nhilriia.- Saludo Molvayas formalmente aunque con una sonrisa. Le gusta la vieja dama, era historia viva, y no solo por su edad, si no por su vocación.

- Así es señora Nhilriia, me temo que hoy no vengo por el placer de vuestra compañía. Al parecer han tenido a bien transferirme a la nueva operación de la ilharess en Fasturvalt. Y lo importante antes de cualquier planificación es la información.- Dijo Molvayas abriendo los brazos como indicando que por eso estaba allí.
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Iridal
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

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Nhilriia

La anciana drow le dirigió una mirada penetrante, tan incómoda como solo resultaban las de Nhilriia.

-Ah, vaya, vaya. Mi pequeño Molvayas ha crecido. Y cómo lo ha hecho... ¿con quien has pactado, pequeño?

Ni Malaggar ni Andaria, que no eran precisamente cortos en cuestiones arcanas, se habían dado cuenta de la transformación de Molvayas. Pero parecía que los ojos de la vieja eran más penetrantes.

Molvayas no supo si la pregunta era real o retórica, porque la archivista le indicó con un dedo decrépito pero con uñas afiladas como garras de demonio que la siguiera.

-Esos engreídos señores demonios se han apropiado de un don que es nuestro desde el golhyrrl' fhaazht. Por supuesto que confiar en el azar es demasiado insatisfactorio para el ambicioso, y madurarlo uno mismo es un juego arriesgado. Aunque no más que poner tu cabeza a disposición de esos aspirantes a diosecillos. Ten cuidado, Molvayas. Incluso los mortales más capaces no son sino peones-esclavos en su tablero de sava.

Nhilriia le condujo a una habitación interior de las Criptas. Nada más traspasar el umbral, Molvayas sintió el ruido blando de numerosas custodias mágicas permanentemente activas. Y es que cuando varias abjuraciones de larga duración se encontraban en estrecha proximidad los campos mágicos interferían entre sí y creaban fluctuaciones de energía apenas visibles, pero perceptibles a aquellos sensibles a las energías arcanas.

Sin embargo, Molvayas se preguntó para qué servirían aquellas protecciones. Allí no había libros almacenados, ni artefactos misteriosos. La mitad de la habitación estaba ocupada por lienzos situados sobre tripodes, paletas de mezclas de pigmentos, y pinceles y trapos que lucían un abigarrado muestrario de manchas de diversos colores. Algunos lienzos estaban en blanco, otros estaban terminados o a medio pintar. Entre los muchos cotilleos que circulaban entre los nobles de la Gran Torre, se decía que Nhilriia tenía un talento peculiar para la pintura, pero que sus obras siempre resultaban espeluznantes. Desde luego la vieja había tenido tiempo para perfeccionar sus talentos pictóricos, incluso si los rumores sobre su longevidad estaban solamente la mitad de acertados.

A pesar de estos rumores, Molvayas no recordaba haber visto ninguna obra suya exhibida por la Torre, aunque de normal eso suponía un signo de orgullo para cualquier drow. Después de todo, solo las razas inferiores eran tan bárbaras como para no apreciar el buen arte.

La otra mitad de la habitación estaba ocupada por lo que parecían urnas de piedra, algunas cerradas, otras abiertas. Era difícil ver lo que contenían desde allí,
pero entre ellas había herramientas de taxidermista dispuestas en anaqueles, y componentes mágicos para diversos conjuros necrománticos. Y el centro de la habitación tenía una mesa con un cuenco de escudriñamientos, no muy diferente al del alur faern, aunque sin la imaginería demónica y más runas, demasiado pequeñas e intrincarlas para leerlas desde lejos. Incluso desde donde estaba, cerca de la entrada, Molvayas acercó a ver el círculo de ojos vivos incrustados en los bordes del cuenco, moviéndose en todas las direcciones con perezosa indolencia.

En un rincón de la habitación, había una alfombra sobre la que habían dispuesto una mesa en la que había una jarra de vino drow y diversos alimentos, que no parecían haber sido tocados.

-Así que buscas información, el más valioso tesoro que existe -dijo Nhilriia, aunque con ironía-. Bien, pequeño. Quizá te ayude. Todo depende de lo poco o mucho que logres despertar mi interés.
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artemis2
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

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Molvayas

- Lo se señora Nhilriia.- Asintió Molvayas.- Pero no he hecho ningún pacto, ha sido el adelanto del pago por un trabajo, uno que no podía rechazar. No con vida al menos.- Añadió con algo de humor negro.- Esta bien ser prevenido pero cuando la vida nos arrastra podemos resistirnos futilmente o dejarnos llevar y aprovechar el trayecto.

Molvayas estudio y catalogó lo que vio en el recinto privado de la archivista con educación pero avidez.

- ¿Interés dice? Si, creo que se vienen tiempos interesantes, al menos lo parece viendo las cosas que confluyen de repente aquí. Y diría que algunas de esas cosas os interesan dado el como os hicisteis cargo de Quav’zara.

- Supongo que os habéis enterado que la nueva ilharess ha decidido conquistar Fasturvalt. Un honor que compartiré como representante del alur faern.- Apuntó el joven.

- Lo que quizás no sepáis es que demonios de la Hendidura, al parecer relacionado con Gogunta, han penetrado en nuestro territorio y un grupo de cruzados humanos les sigue.

- En otro orden de cosas, pero con una sorprendente sincronización temporal los skis'raal han asaltado el repositorio cercano a Fasturval y se han llevado todo el preparado alquímico.

- Y complicándolo todo un poco más un alto cargo de la corte de Abraxas ha decidido pactar con unos jovenzuelos para que le consigan lo mismo que buscan los de Gogunta.

- Hay demasiadas cosas fuera de lugar y al mismo tiempo para hacerme creer que esta invasión a Fasturvalt transcurrirá de forma normal. Y me preocupa lo que nos pueda debilitar esta campaña, además de mi pellejo claro, si nos vemos atrapados en algo que no comprendemos. Y por eso he comenzado a hacerme preguntas, y esas preguntas me han llevado a una muy curiosa ¿Por que nadie ha relacionado el "accidente" de Piedra Cantarinas con el nuevo aliado de los gnomos que les salvo en Fasturvalt?
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Iridal
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

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Narración

En las paredes había cuadros, todos con el mismo tema: una caverna húmeda, donde grupos de seres se agazapaba entre las sombras, aunque de buenas a primeras Molvayas no distinguió los detalles. Conforme se fijó con más atención, se dio cuenta que eran elfos Traidores. Sus rostros estaban desencajados de terror, y veces de ira. Muchos parecían estar en trance, pese a sus extremas emociones.

Molvayas sintió un escalofrío, porque los cuadros resultaban a la vez terriblemente familiares y perturbadores a la vez. Aquellos cuadros no representaban a Traidores, después de todo.

Pocos drows no habían soñado alguna vez con aquella caverna, la caverna donde había sucedido la golhyrrl' fhaazht, la Gran Pesadilla. Los cuadros eran tanto más perturbadores porque Molvayas podía apreciar detalles que él recordaba vagamente, pero que le eran tanto o más familiares cuanto más miraba, como las facciones de un elfo en particular, la ropa de otro, o la forma de una estalagmita o formación rocosa a nivel del suelo. Sólo que él apenas recordaba algunos detalles fragmentarios, y aquellos cuadros tenían un nivel de detalle asombroso.

Los rumores no mentían: Nhilriia tenía en verdad un gran talento pictórico… o había hecho trampa usando magia, pero aun así, no era fácil transmitir tanta emotividad con unos simples trazos en lienzo. Cada cuadro parecía examinar la escena bajo diferentes perspectivas, desarrollando como una parte de diferente de aquella compleja historia. Como un lienzo, donde se veía a un elfo corriendo con la cabeza hacia atrás, la boca abierta emitiendo un aullido que obviamente allí no podía sino intuirse, pero que resonaba con fuerza en la memoria de Molvayas, un aullido enloquecido, airado, desaforado, que había terminado cuando su portador se suicidaba, tras descuartizar a otros dos de sus compañeros. No en vano la primera lección tras la transformación había sido: los débiles se quiebran y perecen, los fuertes aguantan y se adaptan.

Molvayas miró de reojo a Nhilriaa. Sí, todos los drows recordaban un poquito de la golhyrrl' fhaazht, una especie de eco psíquico que seguía latente en las pesadillas de la raza al completo a lo largo de todas aquellas generaciones, pero nunca había oído hablar de nadie que recordarse tantos detalles como los que mostraba allí Nhilriia, un número apabullante en un cuadro tras otro.

En la otra zona de la habitación, más allá del centro limitado por el material dedicado a adivinaciones, estaban las urnas y los anaqueles y mesas con material necromántico. Al cotillear el interior de las urnas, Molvayas entendió por qué la archivista necesitaba de ese material, pues allí había, protegidos de la descomposición mediante conjuros de reposo gentil, cuerpos de casi todas las razas que se podían encontrar en Azathyr, algunos enteros e intactos, otros abiertos tras efectuarles algún tipo de análisis anatómico. Incluyendo micónidos, que habían sido diseccionados para un estudio detallado de las láminas productoras de esporas situadas en la parte interna de los sombreros fúngicos que eran, en realidad, las cabezas de esos seres. Molvayas pudo comprobar también de que eran ciertos los rumores acerca de que los Skis’raal eran en realidad seres cambiaformas con una forma alternativa humanoide. Dos formas, diría, a juzgar por los ejemplares allí expuestos.
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Iridal
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

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Nhilriia

La mirada de la anciana drow se volvió más penetrante, tanto como un conjuro de desintegración dirigido a la cabeza de Molvayas, pero su expresión no se alteró en modo alguno. Nhilriaa pertenecía a esos drows que, lejos de mostrar la naturaleza ardientemente caótica de la raza, eran controladamente fríos. O más bien Nhilriaa representaba el máximo exponente de esos drows maquinadoramente analíticos y fríamente inmisericordes.

-Recuerda que el destino de los peones-esclavos es ser sacrificados para que las piezas más valiosas logren la victoria. Aunque de vez en cuando, uno de esos peones logra llegar al otro extremo del tablero y consigue una transformación gloriosa –replicó simplemente-. Gogunta… bueno, no he observado actividad demónica inusual por Azathyr, tal vez eso signifique o que los paladines se han adelantado, o que los enviados abisales han venido en plan muy silencioso. Lo que sí he observado es que ha aumentado la frecuencia de las expediciones de recolección de carroña de los Xan.

Se encogió de hombros.

-Aunque por supuesto, sería difícil detectarlo si han contactado con lo que queda del culto de Jubilex por aquí. Esos han aprendido a no llamar la atención, por su bien.

Molvayas conocía los antecedentes históricos. Cuando los drows habían llegado a Azathyr al mando de la ilharess Xeledra se habían encontrado a los kobolds divididos y en guerra entre las dos tribus más importantes, los adoradores del dragón y los seguidores de Jubilex. Los drows habían conquistado con relativa facilidad a la raza, y la habían esclavizado. Hasta donde él sabía, aun había adoradores de ambas "deidades" (y es que el dragón ni siquiera había sido divino, obviamente, aunque los kobolds lo veían como tal) entre los esclavos, pero la raza kobold no podía ser tomada en serio hoy en día. Claro estaba que Jubilex siempre había tenido más captación entre seres monstruosos que entre los humanoides, dada su naturaleza netamente aberrante y legamosa.

-Observo que no has dicho por qué los han mandado a Azathyr, y de los cuatro lugares en que puedo pensar que pueden interesar a un señor demonio, los cuatro son sugestivamente interesantes, y a cual más tóxico para nosotros los mortales. Interesante –dice ella, dando información parcial, tal y como Molvayas estaba haciendo para picarla.

Desdeñó con un movimiento de la mano el robo del material alquímico.

-Los skis'raal también están inquietos, pero parecen preocupados por seguir los movimientos de los Xan. No he visto movimientos en torno a los Pasajes de Seda. Eso me hace pensar que el que ha realizado ese robo tiene que haber sido un grupo pequeño, discreto. Demasiado pequeño para llevarse de golpe todo el reservorio. Puede que sigan incluso allí, aunque históricamente los skis'raal han evitado los Pasajes. Hasta donde mis interrogatorios me han permitido saber, es porque los skis'raal temen a un habitante de los Pasajes, alguien a quien llaman variadamente como el Ermitaño, el Asesino o el Ejecutor.

Nhilriia miró significativamente a los cuerpos arácnidos que descansaban en los ataúdes de piedra. Molvayas conjeturó que ninguno de los sujetos que habían proporcionado la información había sido invitado a tomar licor fúngico con la vieja dama.

Tras dejar caer que ella conocía mucho más de Azathyr que los mejores exploradores al servicio de la ilharess, esbozó una sonrisa ironica.

-¿Por qué nadie lo ha relacionado? Lisa y llanamente, porque son idiotas. Están todos tan ocupados con sus objetivos a corto plazo y sus patéticas ambiciones que olvidan mirar a la caverna más allá de los hongos. Olvidan la perspectiva más amplia, son seres de cortas miras –el desdén de Nhilriia por sus parientes más jóvenes era palpable. Aunque que Molvayas supiera, la vieja nunca se había movido para tomar el poder o desafiar al gobernante de turno.

Nhilriia bufó suavemente.

-Para mí es obvio que Neheedra selló un pacto en Piedras Cantarinas, un pacto que pagó con las vidas de sus subordinados. Pero intenta explicárselo a los seres de cortas miras, especialmente cuando uno de esos seres es una madre sin otras hijas en las que apoyar la continuidad de su reinado. Piedras Cantarinas es un lugar lleno de secretos, y ni siquiera es el más intrigante de Azathyr.

>>Azathyr es un lugar complicado y fascinante, jovencito. Tan fascinante y lleno de misterios como mantenerme aquí más tiempo del que puedes imaginar.


Sonrió irónica.

-Lo que me costó convencer a la valsharess de Parathra que debíamos fundar justo aquí un puesto de vigilancia. Oh sí, quemé unas cuantas de mis influencias para lograrlo… -movió un dedo hacia arriba en señal de advertencia-. Pero no olvides tampoco que Azathyr es también un lugar herido, frágil. En algunos lugares el tejido de la realidad y las fronteras planares se han visto seriamente debilitados. No al modo en que ha sucedido Arriba, en lo que los de la superficie llaman la Herida del Mundo, pero sí lo suficiente para haber atraído a todo tipo de emigrantes y oportunistas.

Tras haber dejado caer suficiente información como para intrigar a Molvayas, la vieja dama esperó a que el joven moviera ficha.
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artemis2
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

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Molvayas

Molvayas observó los cuadros con cierta curiosidad. Desde luego eran muy detallados, demasiado para ser de oídas. El joven drow no pudo evitar preguntarse que proceso adivinatorio y/o onírico estaría usando para extraer esos detalles. Aquel sin duda era un registro de gran valor histórico y social, pero Molvayas no era de los nostálgicos. La golhyrrl'fhaazht había sido uno de los hechos fundamentales que les habían llevado a ser quienes eran como raza, un hecho tan importante como misterioso, pero ahí no parecían haber respuestas a las principales preguntas que dejaba aquel evento.

Igualmente interesante, pero más práctica, le pareció la información que se extraía de la colección anatómica de Nhilriia. Molvayas observó atentamente para tratar de extraer todo detalle útil que pudiese.

- Una colección impresionante.- Observó el joven drow sabiendo que Nhilriia estaría atenta a sus movimientos.

- Oh, no digo que esta situación me haga feliz, pero ni la pedí ni me parece peor que la muerte. Si hay una posibilidad a mi alcance la cogeré.- Le respondió sobre el destino de los peones. Pero meditó bien en la información que le había dado, al parecer los micónidos también estaban alterados, demasiadas casualidades en demasiado poco tiempo.

- Señora, estoy confiando en usted, pero solo un idiota confía totalmente, y si algo no me conviene en estos momentos es que usted me considere un idiota.- Le respondió sobre lo de que callaba cosas.

- Creo que simplifica mucho las cosas, señora. No creo que muchos drows puedan ser llamados idiotas ni literal ni figuradamente. Pero nos estamos enfocando demasiado a las cuestiones internas, como si no hubiese nada fuera de nuestras burbujas de seguridad, y eso es un peligro. Para todos.

- ¿Un pacto dice?- Musitó Molvayas pensativo.- Si es así le salio tremendamente mal, es más parece haber salido justo al revés de como lo habría querido ¿No os podido decir más Quav'zara?

Molvayas ponderó calmadamente lo que había aprendido, no solo Nhilriia tenía la mejor fuente de sabiduría de la zona si no que también tenía la mejor red de información. Al parecer incluso era la responsable de la fundación de Vothys. Lo que dejaba claro que era alguien extremadamente peligroso y con un objetivo claro, aunque no supiese cual era en concreto. Y si ese objetivo se concretaba en lo mismo que quería Alistraxia, lo cual a la luz de las palabras de la archivista parecía posible, iban a tener un problema.

- Quizás eso tenga algo que ver con lo que Alistraxia nos ha pedido que pedido que consigamos de la Jungla Fúngica.- Respondió Molvayas con una sonrisa amable. Y es que los problemas eran oportunidades, y aquellos puestos contra la pared no tenían mucho que perder.- Al parecer en los tiempos en que la Bestia pretendía devorar Golarion algo al nivel de una pequeña potencia se colo en nuestro y dejó su esencia en algún lugar de lo que serían los paramos fúngicos. Es decir que librarnos de esa cosa simplificará a medio plazo mucho el pacificar la selva. Aunque no deja de parecerme curioso. ¿Por que a todos les ha dado por conseguirlo ahora y que tiene que ver con la agitación de los nativos de la selva? Creo que esto debería pintarle un panorama interesante hasta a usted, señora Nhilriia.
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Iridal
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

Mensaje por Iridal »

Nhilriia

-Mi colección intenta reunir varios ejemplares de estudio de cada raza habitante en esta región. Aunque sólo estudio en profundidad a las más interesantes. Los micónidos se encuentran entre los más fascinantes. Son criaturas complicadas, para ser plantas. No sabemos mucho de ellas, y esta colonia es diferente del resto de su raza, por lo que he podido comprobar. Fuera de Azathyr, los micónidos suelen ser agresivos y crueles, amantes de ver al resto de las razas como seres a los que esclavizar primero, luego usar como sustrato para crecer su siguiente generación, y finalmente usar sus restos como festín. Una mentalidad casi drow, debería decir, a pesar de ser simples plantas.

Nhilriia miró a los cuerpos preservados.

-Pero los Xan son diferentes. No son agresivos ni parecen cazar a seres vivos. Son carroñeros, que recolectan a cadáveres o vegetación que dejar pudrir. Parecen tener una curiosa aversión a la violencia, aunque se defienden muy eficazmente de agresiones. Son completamente diferentes a sus primos que hemos encontrado fuera de Azathyr.

Se encogió de hombros.

-Pero es difícil comunicarse con ellos. Durante mucho tiempo pensamos que ni siquiera podían hablar. Pero en realidad se comunican mediante esporas. Tienes que dejarte infectar por unas esporas de comunicación para poder entablar una comunicación telepática con ellos. Teniendo en cuenta que tienen esporas no tan inofensivas, pocos drows querrían arriesgarse.

Nhilriia esbozó una sonrisita ante el alegato de Molvayas sobre la confianza. Molvayas dudaba que ella confiara en nadie, nunca. Pero se dio cuenta de su interés cuando él le contó sobre la propuesta de Alistraxia.

-Siempre he sabido que había algo raro en la Jungla Fúngica. ¿Sabes que ni siquiera podemos penetrar en ella? Cada una de las tres entradas a la Jungla es un laberinto fúngico que hace honor a su nombre. Entras ahí, y acabas inevitablemente de nuevo en la salida; no hay manera de progresar más adelante. Los Xan y los Skis’raal no parecen tener problemas para atravesar el laberinto, pero el resto de las razas no son capaces de hacerlo. Cuando nos dimos cuenta que los métodos usuales de orientación no funcionaban, intentamos quemar el laberinto fúngico, abrirnos paso cortando los hongos y usar magia para adivinar el camino. Nada funcionó. Intentamos seguir a grupos de xan recolectores. Nada funciona. La Jungla nos desorienta, una influencia sobrenatural, y acabamos de nuevo en la salida. Los que sobreviven. Los Xan son pacíficos, pero hay depredadores ahí dentro.

Nhilriia parecía intrigada.

-Sin embargo, pensé que a Alistraxia le interesaría lo mismo que a los gigantes. Llegaron aquí hace mucho tiempo siguiendo al que probablemente fue el archimago más poderoso de los humanos, Nex. Espero que seas menos cenutrio que el drow medio y al menos reconozcas su nombre. No se puede ser tan ignorante como para ignorar todo lo que sea ajeno a las Tierras Oscuras.

Tras esta tajante declaración, añadió:

-Por lo que me contaron los gigantes, el Archimago Nex vino aquí siguiendo el rastro de un enemigo suyo, un poderoso ser exiliado del Primer Mundo, pero quedó intrigado por la región. Por ello, aunque cuando llegó estaba interesado en la región de Penumbra, quiso explorar mejor todo Azathyr. Nex no se quedó mucho tiempo aquí, pues no quería perder el rastro de su rival. Pero dejó aquí a un grupo de gigantes, pechs y genios bajo el mando de una de sus aprendizas favoritas. Se asentaron en Piedras Cantarinas debido las peculiares características de esa región. La aprendiza, que probablemente nos daba mil vueltas en conocimiento arcano a todos los talentos de Vothys combinados, murió mucho tiempo antes que nosotros llegáramos a Azathyr, pero los descendientes del resto de los subordinados del Archimago Nex aun viven en Piedras Cantarinas, y han prosperado razonablemente. Pueden hacer cosas bastante asombrosas con las piedras de allí. Y no son expansionistas, pero están mucho más interesados en Penumbra y en Vermenide que en la Jungla Fúngica.

Nhilriia alzó un dedo en señal de advertencia.

-Yo tengo un pacto con los gigantes. Pero ese pacto no se extiende al resto de Vothys. Los gigantes no quieren entrar en guerras con nosotros, pero no están demasiado impresionados con nosotros tampoco. Salvo conmigo, tal vez –sonrió fríamente-. Sin embargo, hay que decir que se puede negociar con ellos. Y conservan mucho conocimiento antiguo, a pesar de estar mal informados de acontecimientos mucho más recientes.

Y como considerando la información de Molvayas lo suficientemente valiosa, añadió: -Sí, creo que Neheedra hizo un pacto. Pero quizá deberías hablar tú con las fuentes originales, y sacar tus propias conclusiones. Tal vez te permita acceso a ellas.

Pero parecía secretamente divertida por las palabras de Molvayas.

-Y no sería tan raro que el pacto le hubiera salido mal, pequeño. La mayoría de los pactos no suele tener un fin tan satisfactorio como los que se arriesgan piensan que tendrán.
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artemis2
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

Mensaje por artemis2 »

Molvayas

- Interesante.- Respondió Molvayas con sinceridad y cierta pasión, los rasgos evolutivos y de linaje en los seres vivos era uno de esos temas que siempre le habían apasionado.- Aunque diría que más que mentalidad drow esa es la mentalidad de Sekamina.

- ¿La diferencia es solo sociopsicológica o también biológica?- Preguntó curioso sobre los Xan.- Aunque lo de la comunicación creo que podría solucionarse con una variante de comprensión idiomática y algo de ingeniería arcana aplicada ¿No tendrá algo de esas esporas de sobra por casualidad?

- Pues no, no lo sabía.- Respondió sobre la Selva Fúngica.- Aunque dada la escasez de información, avances o gente con experiencia en esa zona era obvio que había algo repeliéndonos con gran éxito ¿Sabe por que los Xan y los skis'raal no se ven afectados?

- Lo conozco.- Afirmo Molvayas sobre Nex.- Aunque no puedo decir que sea un experto. La información de la superficie cuesta de conseguir y no pensé que tan al norte esa en concreto fuese una prioridad.

- Curiosa coincidencia. Alistraxia quiere algo de un ser que paso por aquí cuando la Bestia estaba libre y decenas de milenios después un ser del Primer Mundo pasa por aquí... ¿Sabe si tenía alguna relación umbría el ser del Primer Mundo? Y no puedo evitar pensar que es curioso esa fijación con Piedras Cantarinas dadas las otras peculiaridades de esta zona.

- ¿Entonces no fue cosa de los gigantes el vuelco que dio la situación de Fasturvalt?

- ¿Puedo entender que me va a dejar acceder a esas fuentes dado que quiere saber que puedo sacar yo en claro de esto?

- Los pactos son herramientas, y quien confía ciegamente en una herramienta esta condenado al fracaso.
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Iridal
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

Mensaje por Iridal »

Nhilriia

-La diferencia es también biológica; las esporas que producen son muy diferentes en ambos casos. Por eso hablo de micónidos y miceloides. Dos razas diferentes, en mi opinión. Pero diría que con un origen común. Tienen muchos otros rasgos compartidos.

Nhilriia movió la cabeza dubitativa.

-En el caso de los micónidos tiene sentido pensar que es porque tienen un vínculo con la Jungla Fúngica. Realmente están muy sintonizados con ese lugar. Pero no tengo tan claro por qué las araneas pueden pasar. No parecen tener el mismo grado de sintonización con la Jungla.

La anciana sonrió irónica.

-Ningún humano es una prioridad para nuestra raza. Pero Nex ha sido uno de los magos más poderosos que han pisado este mundo. Y un gran viajero. Ha dejado rastros de su paso por muchos lugares de las Tierras Oscuras, además de por muchos planos. Su influencia no solo fue importante en la superficie, o por el sur.

Asintió a la pregunta de Molvayas.

-Sí. Según los gigantes con los que hablé, ese ser del Primer Mundo fue el conde Ranalc, a ratos aliado de Nex, a ratos rival y enemigo suyo. Sus pares feéricos lo exiliaron al Plano de la Sombra, pero Ranalc siempre estuvo interesado en el Material. Y Nex siempre estuvo interesado en otros planos que el Material Primario. Supongo que estaban destinados a encontrarse, tarde o temprano.

Se encogió de hombros.

-Según los gigantes, su señor tenía planes para Ranalc. Así que aunque le intrigó mucho Azathyr, no se demoró por aquí. Dejó a su aprendiza y a parte de su cohorte aquí, para investigar el lugar, mientras él seguía el rastro de su presa. Los descendientes de esa gente aun están esperando que Nex vuelva, algo realmente incomprensible.

Por supuesto, ningún drow esperaría demasiado a que volviera un jefe ausente.

Nhilriia negó con la cabeza.

-Los gigantes me juraron que no fue cosa suya. Y les creo. Se llevan bien con los gnomos, pero no están interesados en tomar partido en las rencillas de esta región. Lo único que les hará ponerse violentos será una amenaza contra ellos mismos o Piedras Cantarinas.

Volvió a sonreír divertida.

-Entenderás esa fijación con Piedras Cantarinas cuando examines el lugar y conozcas a ese grupo. Y en cuanto a dejarte acceder a las fuentes… es posible. Pero primero tenemos que dejar claro que tus descubrimientos me los traerás a mí. Ya no solo por la Cripta de los Secretos, sino por mí misma.

La archivista se movió con rapidez pese a su aspecto decrépito, para coger unos cuantos frascos. Con movimientos ahora deliberadamente lentos, vertió parte del contenido de cada frasco en sendos viales, que selló con cera caliente. Nhilriia parecía haber ignorado la petición de Molvayas, pero sólo la había retrasado hasta el momento que le convenía.

No obstante no tendió los viales a Molvayas. Cogió un cuaderno de anotaciones y esperó a ver qué contestaba el joven.
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

Mensaje por artemis2 »

Molvayas

- Si, eso pensaba yo también.- Respondió Molvayas sobre los micónidos y las araneas.- Lo cual quiere decir que hay algún tipo de medio para adaptarse a la Jungla y que los skis'raal tienen la clave.

- Mis prioridades con el conocimiento adquirido se basan solo en mi tiempo y suministro limitado, señora. Cuando uno es joven tiene que priorizar.- Dijo el joven drow, para el no tenía importancia si el conocimiento venía de un drow, un humano o un elfo. El conocimiento estaba por encima de todas las demás nimiedades.

Molvayas solo asintió ante la explicación del enemigo de Nex, pero marco claramente en su mente aquel nombre, Ranalc como prioridad para informarse antes de partir.

- Así que el as en la manga de los svirfneblin no fue cosa de los gigantes ni de Neheedra, pues veo difícil que consiguiese que ese pacto suyo saliese tan mal. Pero parece demasiada casualidad que no sea algo relacionado con Piedras Cantarinas... parece que fue un lugar muy popular en esa época ¿Dijeron los gigantes si sabían quien había ayudado a los svirfneblin?

Molvayas no respondió inmediatamente y se permitió unos momentos para priorizar los haberes, los deberes y las posibles implicaciones de aquella propuesta.

- Parece una condición razonable, aunque eso de "todos mis descubrimientos" parece poco preciso ¿No? Pero si es dentro de lo razonable, o de lo que usted me ha ayudado a descubrir, por supuesto. Después de todo la labor de los archivistas no es solo desenterrar saberes ocultos, si no preservarlos.
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Iridal
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

Mensaje por Iridal »

Nhilriia

La anciana asiente cuando Molvayas dice que los skis'raal podrían tener la clave para entrar en la Jungla Fúngica.

-Eso he pensado también yo, pero no he sido capaz de extraer ninguna información útil al respecto. Ni siquiera alcanzo a imaginar qué podría ser. Alternativamente, los gigantes podrían saber algo. Tienen formas de averiguar información de las que nosotros carecemos. El problema es que no tienen aprecio a nuestra raza. Soy la única que he logrado negociar con ellos, y aun así no se fían de mí.

Nhilriaa suspiró.

-No es una cuestión de moralidad, sino de confianza. La primera hija Neheedra empezó con mal pie con ellos, y desde entonces nos han tildado como gente poco fiable para hacer pactos. Y aunque Neheedra y su madre Xeledra hayan muerto y han pasado casi tres siglos, esa gente tiene una larga memoria.

La archivista miró a Molvayas fríamente.

-Es una petición más que razonable, dado que sin mis conocimientos vais a tenerlo crudo para cumplir vuestro pequeño encargo demoníaco. Conozco mis límites, y no soy rival para Alistraxia. Pero te aseguro que tú no eres rival para mí. No intentes timarme, mi pequeño jovencito.

A pesar de esta advertencia, la mujer cruzó las manos ante ella, y Molvayas comprendió que después de todo iba a compartir sus conocimientos con él.

-Los gigantes me hablaron de un ser llamado Ormathulak, al que definieron como un “peligroso forastero”, que había llegado con otros de su raza en tiempos remotos. Pero según los gigantes, todos los suyos habían sido exterminados, uno tras otro, y sólo quedaba Ormathulak con vida para cuando Vothys fue fundada. Hay muchas leyendas sobre él entre los primeros moradores de Azathyr, las razas que habitaban aquí antes de que nosotros llegásemos. Los kobolds que he interrogado lo consideran la gran calamidad de su raza, aunque a estas alturas sus leyendas ya están totalmente distorsionadas. Esas patéticas razas de vida corta…

Se encogió de hombros.

-Sé positivamente que Neheedra se encontró con Ormathulak. No sé qué pasó con sus acompañantes, sinceramente. Sólo sobrevivió Quav’zara, que perdió la razón en aquella expedición y nunca ha recuperado la cordura, aunque aun balbucea incoherencias acerca del horror de ese encuentro. Quav’zara vive permanentemente aterrorizada, acosada por sueños que no entiende, y voces que sólo ella oye. De modo que como fuente de información es poco fiable, pero si pronuncias el nombre de Ormathulak, se vuelve como loca y busca esconderse como una cría de kobold.

Y añadió:

-En los tiempos de la fundación de Vothys, Ormathulak intentaba robar un artefacto a los gigantes de Piedras Cantarinas. Los gigantes se han resistido a ser explícitos, pero yo tengo mis métodos para obtener información. Y creo que lo que quería robar era algo que facilitaba entrar en contacto y llamar a criaturas de otros planos, algo que perteneció a la aprendiza de Nex. Neheedra buscó a Ormathulak, que por entonces rondaba por Piedras Cantarinas tanteando cómo sobrepasar las defensas del grupo de nexitas. Le encontró, y le debió ayudar. Los gigantes aun están enfadados por la pérdida del artefacto. Y sinceramente, no sé más sobre esa historia. Neheedra volvió con los nuestros tras eso, y nadie, ni siquiera yo por aquel entonces, supo ni que había hecho un pacto con Ormathulak ni qué había pasado después de eso.
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artemis2
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

Mensaje por artemis2 »

Molvayas

- Confianza...- Musitó Molvayas pensativo.- Entiendo por que a los nuestros les cuesta tratar con ellos, la mayoría ni siquiera entienden el concepto. Aunque es algo mucho mejor que la moralidad, deja margen a la negociación.

- Ya le he dicho que era razonable.- Indicó Molvayas levantando las manos para apaciguarla.- Pero no puede culparme por querer dejar claros los límites. Como usted ha dejado claro no soy rival para usted, diría que para nadie involucrado en este asunto en que me han metido.

- He oído antes ese nombre.- Dijo Molvayas pensativo, y también un tanto ávido.- ¿Me esta diciendo que una entidad del Tapiz anda por Piedras Cantarinas? Desde luego cada vez entiendo por que le interesaba tanto Azathyr.

- O sea que Neheedra nos complicó las cosas con los gigantes y lo que consiguió acabo volviéndose contra ella... Desde luego cuanto más escucho de ella menos entiendo como la permitieron llegar viva a la edad adulta.
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Iridal
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Re: [Capitulo 1.1.2] La Archivista

Mensaje por Iridal »

Nhilriia

-Khaless –asintió Nhilriaa. Khaless, la palabra drow que significaba confianza, a menudo era usada para referirse a la confianza fuera de lugar. Y es que aquel concepto era realmente escaso en la sociedad drow-. Los nexitas… vamos a llamarlos así… saben tratar con demonios y otros seres caóticos, pero debido a que no pueden confiar en que cumplan con sus pactos, los tratan con pinzas. Lo mismo que a nosotros, me temo, y peor, porque aun están muy cabreados por la pérdida del artefacto de su antigua jefa.

Asintió. –Me lo contarás todo, lo que averigües sobre los misterios de Azathyr, sobre la fractura de Penumbra, sobre los gigantes y Ormathulak, sobre el destino de Neheedra, sobre el resto de los forasteros que han confluido aquí, y sobre la Jungla Fúngica. No temas, no voy a meterme entre tu misión y Alistraxia. No es eso lo que me trajo a Azathyr, y aunque es interesante, sólo me hace preguntarme cómo se relaciona ese ser que creó la Jungla Fúngica y el pequeño misterio que me intriga a mí.

Sonrió fríamente.

-No digo nada. Pero, ¿cómo explicas sino que Quav’zara, que no sabía hablar aklo, ahora tiene pesadillas en las que susurra en ese idioma?

Se encogió de hombros.

-Yo también me lo pregunto, aunque Neheedra era lista. No era digna de nuestra raza, pero sabía cómo embaucar a la gente. Y era la única hija de Xeledra. La única que sobrevivió, quiero decir. Sospecho que Neheedra dispensó un poco de selección natural entre sus hermanas.
Cerrado

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